El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N§ 1 de Salta impuso drásticas condenas a tres integrantes de una banda de narcotraficantes a quienes se les el imputó el transporte de más de una tonelada de droga. Las penas oscilaron entre 7 y 17 años de prisión a quienes fueron acusados de pertenecer a una organización narcocriminal y que llegaron a la audiencia de debate imputados de los delitos de contrabando y transporte de estupefacientes.
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El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N§ 1 de Salta impuso drásticas condenas a tres integrantes de una banda de narcotraficantes a quienes se les el imputó el transporte de más de una tonelada de droga. Las penas oscilaron entre 7 y 17 años de prisión a quienes fueron acusados de pertenecer a una organización narcocriminal y que llegaron a la audiencia de debate imputados de los delitos de contrabando y transporte de estupefacientes.
Al momento de emitir su veredicto el tribunal de juicio hizo lugar al monto de las penas requeridas por los fiscales Carlos Amad y Francisco Snopek. En tal sentido, la pena más grave recayó en Eduardo Daniel Catalán, condenado a 17 años de prisión. El nombrado fue encontrado autor responsable del transporte de estupefacientes agravado, en concurso real con el delito de contrabando calificado de estupefacientes. Genaro Atilio Ortiz fue sentenciado a 15 años de prisión, también por contrabando agravado. Por su parte a Eliseo Mario Nieves le aplicaron 7 años, como partícipe secundario.
Durante el debate oral y público quedó acreditada la participación de los acusados en el marco de dos expedientes que fueron acumulados durante la gestión del exjuez federal de Orán, Raúl Juan Reynoso, quien paradójicamente ahora está siendo sometido a juicio acusado de formar parte de una organización delictiva. De las pesquisas surgió que la banda de narcotraficante contaba con múltiples vehículos, comunicaciones satelitales, además de fincas para el descenso aeronaves provenientes de Bolivia en las que transportaban los cargamentos de cocaína.
Mediante sincronizados movimientos la droga era trasladada en camionetas a Buenos Aires. Utilizando caminos secundarios realizaban el barrido de rutas, mediante el uso de antenas, radios (equipos de VI-IF). Esto les permitía eludir los controles de las fuerzas de seguridad en las principales ruta del país.
De acuerdo con las pruebas acumuladas durante el debate se determinó que en abril de 2014, en la finca El Chaguaral, tras efectuarse un rastrillaje como consecuencia de las tareas de inteligencia y escuchas telefónicas, se incautaron 12 bolsas de nylon color amarillas que se encontraban separadas a una distancia aproximada de cincuenta metros. Al efectuarse la requisa se constató que contenían en su interior 360 paquetes en forma rectangular, cuyo contenido sometido a prueba de narcotest dio resultado positivo. Del informe pericial surgió que se trataba de 390 kilos de cocaína de alto porcentaje de pureza. A partir de las escuchas telefónicas se pudo establecer que Genaro Ortiz contaba con un grupo de personas que le hacían inteligencia y con quienes se comunicaba en forma encriptada. Esto le permitía acopiar la droga e iniciar luego el traslado del producto al sur del país.
La investigación condujo luego a los pesquisas a la ruta provincial 52 conocida como Juana de Azurduy, a unos 20 kilómetros desde la curva del Turco en dirección a la provincia de Chaco. Allí las fuerzas de seguridad interceptaron una camioneta ocupada por Eduardo Daniel Catán, quien se dirigía a una pista clandestina de la zona. Paralelamente a ello, en el paraje La Estrella, la Gendarmería identificó a otro vehículo que se encontraba a nombre de Ortiz. Ambos procedimientos fueron determinantes para conocer de qué manera operaba la banda.
El otro tramo de la pesquisa abarcó hechos ocurridos en 2012 y 2013, de los cuales los condenados no eran ajenos. El 12 de septiembre de 2013, personal de Gendarmería Nacional que realizaba tareas de control sobre la ruta nacional 34, a la altura del kilómetro 680, detuvo una camioneta Toyota Hilux conducida por Héctor René Segundo. En este caso, la documentación del vehículo también estaba a nombre del ahora condenado Catán. En esa ocasión, se logró el secuestro de 12 bolsas tipo arpillera que contenían 369 paquetes con un peso total de 411 kilos de cocaína. Ese procedimiento, a su vez, estaba enlazado con otro realizado en marzo de 2012 en el que se secuestraron 356 kilos de cocaína. La suma de todos esos procedimientos dio como resultado el secuestro total de 1.155 kilos de droga, según la acusación fiscal.
Operativo “lluvia de droga”
La banda condenada era la que operaba con la denominada “lluvia de droga”, según los fiscales. Se trata de una modalidad que utilizan los narcos para ingresar desde Bolivia la cocaína al país. Para ello cuentan con aeronaves que arrojan desde las alturas los paquetes de droga en medio de la selva. Este proceder se suma al aterrizaje en pistas clandestinas.
De las investigaciones se determinó que la organización delictiva adquiría fincas para lograr este cometido. Los sitios más aptos para esta actividad se ubican en los departamentos Orán, Rivadavia y Anta.