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Lucha con una mirada diferente

Por Walter O. Mamaní. Licenciado en Gestión de Seguridad 
Domingo, 20 de enero de 2019 00:00

El narcotráfico es sin lugar a dudas una de las principales problemáticas que influyen directamente en la seguridad de toda las sociedades. El tráfico y la venta de estupefacientes en su conjunto es una actividad ilegal de gran rentabilidad y más redituable económicamente que muchas otras actividades ilícitas. Es por ello que este negocio se expande rápidamente. Y como toda actividad comercial debe analizarse desde las variables de "oferta y demanda".

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El narcotráfico es sin lugar a dudas una de las principales problemáticas que influyen directamente en la seguridad de toda las sociedades. El tráfico y la venta de estupefacientes en su conjunto es una actividad ilegal de gran rentabilidad y más redituable económicamente que muchas otras actividades ilícitas. Es por ello que este negocio se expande rápidamente. Y como toda actividad comercial debe analizarse desde las variables de "oferta y demanda".

La oferta y la demanda impacta directamente en el precio del producto comercializado, y esto deriva en la mayor o menor rentabilidad de la actividad comercial ya que tiene injerencia directa sobre las ganancias. En la venta de drogas, la demanda son los consumidores. La oferta la identificamos con aquel o aquellos delincuentes que comercializan las drogas.

Si sube la demanda sube el precio del producto; si baja la demanda baja el precio del producto. Lo que nos indica que a mayor cantidad de consumidores (demanda) el negocio de la venta de drogas arroja mayores ganancias. Visto de esta manera es imposible no pensar que si no tendríamos adictos, desaparecería la demanda, el precio del producto reduciría drásticamente y haría insostenible el negocio. No tener adictos o reducir su número al 0%, es una utopía, pero detener el incremento del número de adictos mediante la prevención y disminuirlo mediante la rehabilitación, sí es posible y nos ayudaría a que el negocio de las drogas instalado en todos los barrios de la ciudad, baje considerablemente.

Están a la vista los excelentes resultados obtenidos por las fuerzas de seguridad en nuestra provincia en la lucha contra el narcotráfico, logrando con esto "disminuir la oferta". Al disminuir la oferta y al mantenerse en los mismos niveles la demanda, lo que tenemos es también un incremento del precio, y en consecuencia mayor ganancia para las bocas de expendio que lograron quedar en funcionamiento, pese al esfuerzo del Estado y las fuerzas de seguridad. Esto es a consecuencia de que el número de consumidores de drogas no solo se mantiene, sino que además incrementa en forma exponencial y no solo en nuestra provincia, sino que es un fenómeno que ocurre a nivel global.

Para exponer estos conceptos en forma más clara, pensemos esta situación mediante un ejemplo: la Policía logra allanar cinco bocas de expendio de drogas en un barrio de Salta capital, el procedimiento es exitoso ya que logra el secuestro de elementos de prueba y la detención de las personas que comercializaban la sustancia. En este barrio ahora habrá cinco lugares menos donde comprar drogas. Pero, ¿qué pasa con los clientes de cada uno de estos negocios ilegales cerrados por la policía?

Son todos consumidores que por su adicción necesitaran comprar la droga en algún otro lugar. Seguramente acudirán a otras bocas de expendio en el mismo barrio o en zonas aledañas. Las nuevas bocas de expendio a la que estos consumidores acudan verán incrementar la demanda pues cinco de sus competidores se encuentran cerrados gracias al accionar policial, que indirectamente colocó a otros vendedores de drogas en una situación de ventaja comercial.

Atacar el consumo

Sería irracional culpar a los jueces y policías que cerraron las cinco bocas de expendio en nuestro ejemplo, por el incremento en las ganancias de otros vendedores. Pero sí queda claro que es una consecuencia inevitable si no se trabaja en forma conjunta con disminuir la demanda, mientras el número de consumidores siga incrementando día a día o en el mejor de los casos se mantenga y no disminuya; el negocio de la venta de drogas seguirá proliferándose a consecuencia de la alta rentabilidad del mismo y de la grandes ganancias que generan.

El Estado está haciendo su parte en esta materia y como sociedad debemos reconocerlo, pero está en cada familia, en cada ciudadano, el desafío de aportar desde su lugar para lograr disminuir o prevenir que nuestros jóvenes sigan formando parte de esa demanda que lo único que hace es enriquecer a los narcotraficantes y arruinar a miles de familias.

 

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