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Vecinos de Talapampa reclaman con urgencia una red de agua

Se trata de una deuda histórica de servicios a más de 500 habitantes de la localidad.Hicieron pruebas y resultó factible captar agua del arroyo Ayuza, pero la obra no llega.
Miércoles, 16 de octubre de 2019 02:28

La deuda de agua con los vecinos de Talapampa se hace eterna. En los parajes Ayuza y Las Lechuzas, la indiferencia castiga duro a tres generaciones de familias que se empecinaron en permanecer donde están sus raíces. Emigrar no es un verbo que quieran conjugar aunque el más vital de los derechos humanos les sea negado sistemáticamente.

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La deuda de agua con los vecinos de Talapampa se hace eterna. En los parajes Ayuza y Las Lechuzas, la indiferencia castiga duro a tres generaciones de familias que se empecinaron en permanecer donde están sus raíces. Emigrar no es un verbo que quieran conjugar aunque el más vital de los derechos humanos les sea negado sistemáticamente.

Viven racionando el agua potable que les deja un camión cisterna municipal, y esperan la obra que nunca llega mientras ven padecer de sed a sus animales y cultivos de subsistencia.

No es la primera vez que se leerá el clamor de estos vecinos entre estas páginas, y tal vez no sea la última si es que nada de lo expuesto antes, y ahora, logra conmover a quienes tienen en sus manos el poder casi sobrenatural de decidir quién tiene acceso al líquido elemental y quién no.

A solo 90 kilómetros de la ciudad de Salta, a la vera de la icónica ruta nacional 68, viven estos vecinos ignorados en su necesidad más básica insatisfecha. Y es tan fuerte y visceral la deuda de agua que sufren, que en el último Milagro de septiembre peregrinaron desde Talapampa pidiendo agua, como si fuera una bendición que ya, y de última, esperan que baje del cielo.

Hace cinco años, como una burla, las cañerías se tendieron a metros de sus terrenos. Frente a sus narices brotó el líquido vital para un haras de caballos peruano de paso de un entonces funcionario provincial que logró este beneficio exclusivo por el que murieron delirando sus abuelos. Se hicieron los reclamos y denuncias del caso... pero en cinco año el agua no ha llegado a estas familias ni siquiera para disimular tanto abuso de poder.

Hasta el paraje Ayuza, ubicado entre los kilómetros 87 y 89 de la ruta 68, el camión cisterna de la Municipalidad de La Viña llega a entregar agua cada 15 días (dos veces por mes) a sus 175 habitantes. Un número suficiente para hablar de arraigo, de amor por el pago, de merecer tener lo que impone la esencia de la vida, como es el agua. Relatan los vecinos de Ayuza que "personal de Recursos Hídricos realizó una certificación técnica y un relevamiento social de comunidades pertenecientes a la localidad de La Viña. También tomó muestras de agua del Arroyo Ayuza, a 4 kilómetros de la ruta 68, para análisis físico-químico. El resultado fue muy favorable, ya que el desnivel que existe entre la captación y la comunidad es de 97 metros aproximadamente". Con esto, 4 mil metros de cañerías instaladas le darían agua buena a estos vecinos.

Comentaron también: "En el pueblo de Talapampa se hizo un pozo en el predio de la Escuela N´ 4.333, inaugurado en 2012; pero grande fue nuestra sorpresa cuando al consumir por primera vez el agua, nuestra comunidad sufrió problemas de salud serios: diarreas, vómitos, ronchas y náuseas que se atribuyeron al consumo del agua del pozo. Por eso los pobladores de Talapampa no consumen esa agua. Todos compramos agua para beber, porque la del pozo lamentablemente no sirve ni para las plantas".

Y fueron imperativos al reclamar: "Al intendente Mario Aramayo y a los legisladores Esteban Amat y Jorge Soto le preguntamos ¿hasta cuándo tenemos que esperar una solución a nuestro problema histórico? ¿Por qué tenemos que recurrir a Guachipas para que nos provean mangueras para el agua? ¿Cómo nos representan si el agua es nuestra necesidad más básica y no hicieron nada por nosotros? Somos más de 500 habitantes entre Ayuza, Las Lechuzas y Talapampa que reclamamos agua potable. Les rogamos que abandonen sus intereses personales y breguen por las necesidades imperiosas del pueblo que los colocó en sus bancas legislativas".

En el corazón del pueblo

 A 13 kilómetros de La Viña se encuentra ubicada la localidad de Talapampa, a la que se accede por la ruta nacional 68 y que concentra poco más de 600 personas con todos los parajes, la mayoría dedicadas a la producción de autosustento y al trabajo rural en fincas del Valle de Lerma.
Hasta ahora, el corazón de este pueblo que surgió con el desaparecido ramal ferroviario C-13 se provee de agua de la localidad de La Viña. “Pero tres productores agropecuarios ubicados en el acceso absorben el grueso del agua que iba al pueblo y las familias nos quedamos sin el líquido o con un mínimo de provisión durante la madrugada”, contó a El Tribuno un grupo de vecinos. Si a ellos les ocurre esto, no cuesta imaginar la sequía en los parajes interiores. 
La gente del pueblo se ve obligada a juntar agua en tachos o baldes. “No obstante, no podemos cubrir las necesidades básicas de nuestras familias. Encima, muchas veces ni siquiera llegamos a llenar dos baldes”, señalaron los vecinos.
Agregaron también que no pueden darles agua de beber a los animales ni regar las huertas y plantas. “Los cultivos se están muriendo”, dijeron.
 

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