En mayo de 2015 el país escuchó hablar de Cachi porque reunió a los cocineros más prestigiosos de la Argentina en un evento que instaló recetas con productos como la quinua. En abril de 2018, los alumnos del Alto Valle Calchaquí recibieron un ejemplar de “Ñañito”, un libro creado por maestras rurales para incentivar el aprendizaje con un lenguaje marcado por la identidad local. Hace cinco meses, expertos de Unesco debatieron cómo cuidar el paisaje cultural en el pueblo. Detrás de cada uno de estos logros, hubo un trabajo de acompañamiento y soporte de la fundación “Grupo El Abra”, formada por vecinos que se unieron para proteger el patrimonio del lugar mágico que se descubre a 2.500 metros sobre el nivel del mar y ya se convirtió en ícono del turismo nacional.
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En mayo de 2015 el país escuchó hablar de Cachi porque reunió a los cocineros más prestigiosos de la Argentina en un evento que instaló recetas con productos como la quinua. En abril de 2018, los alumnos del Alto Valle Calchaquí recibieron un ejemplar de “Ñañito”, un libro creado por maestras rurales para incentivar el aprendizaje con un lenguaje marcado por la identidad local. Hace cinco meses, expertos de Unesco debatieron cómo cuidar el paisaje cultural en el pueblo. Detrás de cada uno de estos logros, hubo un trabajo de acompañamiento y soporte de la fundación “Grupo El Abra”, formada por vecinos que se unieron para proteger el patrimonio del lugar mágico que se descubre a 2.500 metros sobre el nivel del mar y ya se convirtió en ícono del turismo nacional.
La organización empezó a gestarse en 2010, cuando varios enamorados de Cachi comenzaron a pensar en la necesidad de compatibilizar el avance turístico y económico con la preservación de la arquitectura, la cultura, la historia y el modo de vida local.
Lo primero fue realizar una reunión para evaluar el interés de la comunidad en el tema y formar la comisión de patrimonio de Cachi, que estaba prevista en una ordenanza pero nunca se había concretado. Dos años después, se decidió crear la fundación Grupo El Abra. Las primeras acciones que encararon se relacionaron directamente con el pueblo, pero luego se expandieron hacia el Alto Valle Calchaquí.
“El crecimiento turístico e inmobiliario es imposible de frenar, pero desde que estamos trabajando juntos en esto hemos logrado que se preste más atención a la preservación del patrimonio”, explicaron a El Tribuno Guadalupe Noble y Gustavo Bergesi, presidenta y vicepresidente de la fundación.
Relevamientos sobre las joyas arquitectónicas y arqueológicas del departamento; apoyo para que la cartelería comercial no tenga un impacto visual negativo; colaboración en la apertura de un registro de artesanos; gestiones para evitar la demolición o los cambios bruscos en viviendas históricas; participación en el ordenamiento del tránsito son algunas de las actividades de las que fueron una parte importante en estos años.
“Es fundamental ordenar el crecimiento porque Argentina está llena de ciudades en donde las cosas empezaron bien y después hubo problemas. Queremos que a la gente no le cambien el lugar donde nacieron sino que mejore y se desarrolle con cuidado de la identidad”, señaló Guadalupe Noble.
Con el tiempo, las tareas de la fundación se fueron haciendo más abarcativas. Ya no se ocupan solo de temas específicos del patrimonio sino que también se involucran en cuestiones como la distribución del agua y la educación. Además, están comenzando a trabajar con profesionales en el ordenamiento territorial del pueblo y el tratamiento adecuado de la basura.
“El ordenamiento territoral es fundamental para que el crecimiento no se nos vaya de las manos. Queremos que sea una política de Estado que quede estable para temas como la ubicación de los hoteles o bodegas. Cachi está en el momento justo para hacer esto, no se ha perdido nada”, sostuvo Noble.
La labor también apunta a apoyar la formación de líderes aporten al desarrollo del turismo y la cultura. En 2017, Grupo El Abra becó a dos funcionarios de la Secretaría de Patrimonio, Cultura y Turismo de Cachi para que viajaran a Sucre, en Bolivia, a interiorizarse sobre la preservación de esa ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad.
“Se está logrando tener un pueblo sustentable, con identidad propia y preservando todos los aspectos culturales, como la arquitectura, los muros de adobe, los tejidos y todo lo que tiene que ver con nuestra identidad”, dijo Bergesi, médico cirujano que fue director del hospital de Cachi y tiene un hotel,
El Cortijo, que ya cumplió 25 años.
En octubre de 2018, expertos de la red Unesco de Turismo cultural participaron en Cachi del taller “El paisaje cultural del Alto Valle Calchaquí y sus Componentes Vitivinícolas”. Con la coordinación de la fundación, se analizaron las distintas posibilidades que ofrece el lugar para avanzar en el desarrollo turístico cuidando el patrimonio cultural y natural.
“Hemos logrado la confianza de las instituciones políticas y ser un órgano de consulta. Eso es un avance enorme. Todos han entendido que estamos para apoyarlos”, definió Gustavo Bergesi.
Un libro con nombre propio
En 2018 se entregó el libro “Ñañito” en las escuelas del Alto Valle Calchaquí.
“Ñañito” llegó a chicos del Alto Valle
“Ñañito” es un libro escolar que empezaron a pensar las maestras de Cachi en 2002, convencidas de que, para incentivar la lectura, necesitaban un texto que a los chicos les resultara más amigable que los manuales que tenían.
El proyecto fue creciendo de a poco y en 2018, tras años de apoyo de la fundación Grupo El Abra, se logró que se repartieran ejemplares en todas las escuelas de La Poma, Cachi y Molinos.
En marzo de 2016 se había entregado el libro en 18 establecimientos gracias a una rifa que organizó El Abra. En octubre de ese año, se celebró el avance de esta iniciativa educativa y se realizó el primer encuentro de maestros rurales del Alto Valle Calchaquí.
“Todo nació del esfuerzo de ocho maestras que querían hacer un libro porque veían que necesitaban algo distinto a los manuales que están basados en las realidades de las ciudades. Primero juntamos fondos para una edición y finalmente el Ministerio de Educación lo repartió en todas las escuelas del Alto Valle”, recordó Guadalupe Noble sobre “Nañito”, que en quechua significa “hermanito”.
Cocina de altura
“Pueblo Abierto, una aventura gastronómica cultural” se llamó el evento que, en mayo de 2015, convocó a cocineros como Narda Lepes, Dolli Irigoyen y Gonzalo Aramburu en Cachi. Elaboraron platos con ingredientes locales, compartieron recetas con referentes del pueblo, dieron charlas y concentraron la atención de medios de comunicación de todo el país que reflejaron lo que estaba pasando. La propuesta se reeditó en mayo de 2016.