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Perpetua para un femicida huidizo

Mató a su pareja en el 2012. Huyo a Bolivia donde terminó en la cárcel por robo. Luego fue enjuiciado.
Viernes, 14 de junio de 2019 02:31

En horas de la mañana de ayer y luego de casi ocho años huyendo de la Justicia, Baltasar Maza, de 28 años, fue condenado a la pena de prisión perpetua.

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En horas de la mañana de ayer y luego de casi ocho años huyendo de la Justicia, Baltasar Maza, de 28 años, fue condenado a la pena de prisión perpetua.

El femicida resultó ser autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y con alevosía en perjuicio de Natalia Noemí Velarde, su pareja.

Los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, Edgardo Laurenci, Mario Maldonado y Aldo Primucci, ordenaron que el hombre continúe alojado en la cárcel penitenciaria local, donde estaba luego de huir de la República de Bolivia, donde había estado escondido durante años, hasta que fue detenido y encarcelado por robo.

En el fallo se dispuso que se practique al condenado el examen médico y extracción de material genético para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, en cumplimiento a la ley 7.775 y su reglamentación.

Una fuga bajo las balas

El hecho juzgado ocurrió en el barrio San Antonio, de la localidad de Pichanal, en el 2012. Maza había concurrido hasta el domicilio donde se encontraba su pareja, Natalia Velarde, con quien se puso a charlar. Momentos después, Maza sacó un arma de fuego y le disparó dos veces.

A las pocas horas de producido el femicidio, Maza huyó por los montes chaqueños perseguido por la familia de la mujer y durante catorce días cincuenta policías rastrillaron la zona de punta a punta sin dar con el criminal, que llegó a Bolivia a caballo, ayudado -se dice- por algunos de sus familiares.

En enero del 2012 la Policía informó que unos setenta policías rastrillaban el área para llegar al criminal antes de que lo atraparan los parientes de la joven. La Policía informó en su momento que trataba de evitar que lo mataran.

Maza, el joven de 25 años, entonces entró en la clandestinidad. Luego del homicidio de Natalia Velardez, ultimada en Pichanal el 6 de enero, la familia de la mujer inició una persecución para dar con Maza y hacer justicia por mano propia pero el criminal alcanzó la frontera. Se dijo entonces que la cabeza de Maza era el premio de una carrera contrarreloj donde todos los parientes de la chica lo buscaban para darle fin, mientras unos 70 policías -por otro lado- intentaban hacer llegar al prófugo a los estrados judiciales.

Durante esos catorce días fueron rastrillados los puestos Las Catas, Tres de Mayo, Puesto del Medio, El Escondido hasta llegar a la zona de El Desemboque, Santa Victoria Este y Misión La Paz, en el límite con el Paraguay pero sin resultados. La suerte del prófugo cambió radicalmente por el hambre, ya que debió recurrir a la violencia nuevamente para poder comer en Bolivia. Allí fue detenido y condenado. Le fue tan mal que apenas le dieron la libertad pretendió ingresar al país en el 2017 y fue capturado.

Desde entonces estuvo preso hasta recibir ayer, luego de 8 años, el peso de la ley, que le reprochó su pasado.

 

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