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Lo despidieron por donar mercadería a comedores barriales

Osvaldo Scavone tiene 62 años y hacía 6 años que trabajaba en una fábrica de pastas ubicada en el barrio porteño de San Justo. El miércoles fue despedido por donar los ravioles que él y sus compañeros juntaban cada semana del remanente que la empresa les entrega por convenio. 
Viernes, 23 de agosto de 2019 16:19

"Son las 5 de la mañana, estoy tomando mate y tratando de entender ¿por qué me despidieron? Llegué a la empresa de pastas donde trabajo hace 6 años. Me cambié, fui al comedor a tomar un café antes de comenzar la jornada, se me acerca un compañero de vigilancia y me comunica que no entre, que el señor Alejandro García, de RRHH, le había dado la orden de que no podía entrar. No entendía nada. Recorrí en mi cabeza toda la jornada anterior pero no encontré nada que podría justificar una sanción, nada. Trabajé mis ocho horas a pleno como siempre", escribió en su facebook Osvaldo Gerardo Scavone, en un relato que entristeció e indignó a familiares, amigos y a los asistentes a distintos comedores barriales.

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"Son las 5 de la mañana, estoy tomando mate y tratando de entender ¿por qué me despidieron? Llegué a la empresa de pastas donde trabajo hace 6 años. Me cambié, fui al comedor a tomar un café antes de comenzar la jornada, se me acerca un compañero de vigilancia y me comunica que no entre, que el señor Alejandro García, de RRHH, le había dado la orden de que no podía entrar. No entendía nada. Recorrí en mi cabeza toda la jornada anterior pero no encontré nada que podría justificar una sanción, nada. Trabajé mis ocho horas a pleno como siempre", escribió en su facebook Osvaldo Gerardo Scavone, en un relato que entristeció e indignó a familiares, amigos y a los asistentes a distintos comedores barriales.

Osvaldo tiene 62 años y hacía seis años que trabajaba en la fábrica de pastas D'Agri, en el barrio porteño de San Justo. El miércoles fue despedido por donar los ravioles que él y sus compañeros juntaban cada semana del remanente que la empresa les entrega por convenio. "Es una industria de pasta que fabrica marca propia y para marcas importantes del mercado. Por convenio, nos dan 2 kilos de pastas por semana. Al principio, a los míos los donaba a los cartoneros que pasaban por casa, pero cuando vi que varios compañeros no se llevaban sus 2 kilos, y ante la difícil situación que se vive en el país, les pregunté si no querían donarlos a un comedor en vez de regalárselos a la empresa", relata Osvaldo. Para entregar una donación de 20 kilos cada 15 días, a veces no llegaba con lo que juntaba de sus compañeros, compraba de su bolsillo ravioles de distintas marcas en los supermercados Carrefour, COTO o Día.

"Hace unos días compartí la publicación del comedor Rayito de Luz, de Ciudad Evita, donde llevé este la última donación. Ahí se ven fotos en las que se me ve llegando con la mercadería en mi moto, y los paquetes de los ravioles. En algunos se lee que son de otras marcas. Por esa publicación me despiden. Eso me dijo García de Recursos Humanos, porque sostiene que violé una normativa interna en la que se expresa que no se puede tomar fotos adentro de la empresa. Una excusa. Se ve claramente que no son fotos de adentro de la empresa".

Osvaldo rememora cómo fue el momento en el que se enteró del despido. "Estuve una hora en la puerta de la fábrica tratando de calmar mi angustia porque no podía manejar la moto en ese estado, cuando me sentí mejor fui a darle la novedad a Stella, mi esposa, lo más entero posible. Pero cuando le vi llenarse los ojos de lágrimas yo también me quebré".

"No me arrepiento de haber tratado de ayudar con un granito de arena a compatriotas que la están pasando mal ante un gobierno insensible y -en mi caso- empresas insensibles. Agradezco a mis compañeros por ser solidarios, y a los que colaboran cocinando con muchas dificultades en el comedor Rayito de Luz".

Fuente: Revista Cítrica

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