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VIDEO La historia de Emo, el perro “ladrón”: Va al almacén y se lleva lo que desea comer

Cuando el dueño vuelve de trabajar pasa por el negocio a pagar la deuda de lo que consumió su mascota. Lo hace todos los días y se transformó en todo un personaje en Rosario. 
Viernes, 09 de octubre de 2020 11:54

En medio de la escalada de inseguridad en plena pandemia el de “Emo” en la ciudad de Rosario es un caso insólito, porque se trata de un “delincuente” al que todos quieren. Panes de hamburguesas, jugos y hasta bolsas enteras de alimento balanceado son parte del botín que a diario el perro boyero de Berna se lleva sin permiso del almacén de al lado de su casa y después su dueño tiene que ir a pagar la deuda.

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En medio de la escalada de inseguridad en plena pandemia el de “Emo” en la ciudad de Rosario es un caso insólito, porque se trata de un “delincuente” al que todos quieren. Panes de hamburguesas, jugos y hasta bolsas enteras de alimento balanceado son parte del botín que a diario el perro boyero de Berna se lleva sin permiso del almacén de al lado de su casa y después su dueño tiene que ir a pagar la deuda.

“Cuando el dueño se va a trabajar, él viene a buscar comida”, cuenta divertida a Noticiero 13 Mari, la almacenera. Lo descubrieron un día que, al advertir que faltaba mercadería, revisaron las cámaras de seguridad y recién entonces se dieron cuenta quién era el culpable de llevarse las cosas que tenían expuestas en las góndolas.

Al parecer, la rutina de su propietario de salir todos los días a trabajar se volvió también costumbre para el perro, que suele llevarse después los alimentos que “roba” a la plaza para comerlos al sol y sin que nadie lo moleste.

Como es una raza de tamaño grande, Emo logra tomar sin demasiado esfuerzo con su boca hasta las bolsas de un kilo y medio de su propio alimento o cualquier otra cosa que lo tiente. Tan frecuente es su visita al almacén que los comerciantes le abrieron una cuenta corriente. Claro que después, cuando termina de trabajar, su dueño pasa a pagar todo lo que el animal consumió y a veces, admite Mari, “la cuenta es bastante abultada”.

Emo tiene 3 años y ya se hizo conocido entre los vecinos, a quienes también suele visitar en los momentos en que se queda solo. Literalmente, todos lo reciben con las puertas abiertas. “Va la casa de uno, de otro, y a donde va siempre picotea algo”, se ríe Juan, su dueño.

Antes de conocer la historia de Emo, se hizo famoso el llamado “perro vaca” o estafador de la Facultad de Derecho de Rosario. El animal se ganó ese nombre cuando los estudiantes descubrieron que “usaba” su apariencia de perrito callejero para conseguir que le dieran comida a todas horas cuando, en realidad, no estaba solo sino que tenía una familia que cuidaba de él.

 

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