La pandemia ha signado la economía mundial, y ha agravado aún más la situación del país. Según un informe del Banco Mundial, durante el segundo trimestre de 2020 Argentina sufrió una caída trimestral del PBI del 16,2%, la mayor retracción de su historia. “Luego de dos años de recesión y fuertes debilidades económicas, el impacto de la COVID-19” ha sido significativo en el país.
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La pandemia ha signado la economía mundial, y ha agravado aún más la situación del país. Según un informe del Banco Mundial, durante el segundo trimestre de 2020 Argentina sufrió una caída trimestral del PBI del 16,2%, la mayor retracción de su historia. “Luego de dos años de recesión y fuertes debilidades económicas, el impacto de la COVID-19” ha sido significativo en el país.
El Tribuno convocó a representantes de tres sectores de la economía salteña para que hicieran un balance del año que culmina. Paula Bibini, presidenta de la Unión Industrial de Salta; Eduardo Kira, de la Cámara de Hoteleros y Gastronómicos, y Juan Carlos Segura, de la Cámara de la Construcción, hablaron acerca de cómo vivieron desde sus sectores este año, también sobre sus expectativas y sobre qué le piden al Estado para superar un tiempo totalmente atípico.
“El peor año”
“El peor año de la historia para el sector no solo de la República Argentina sino también en todo el mundo, si pensamos que el turismo es prácticamente uno de los que mayor cantidad de empleo genera, mucho e inmediato. Cuando hay turismo, la necesidad de empleo es asombrosa”, señaló Eduardo Kira, asumiendo la voz de uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria y económica en Salta.
Con una federación con presencia en todo el país y que nuclea “50.000 establecimientos hoteleros y gastronómicos y a 650 mil empleados”, Kira enmarcó la situación de los hoteleros y gastronómicos en el contexto nacional: “La última medición que venimos haciendo mes a mes fue prácticamente lapidaria para el sector. Por lo tanto, quiere decir que si no tenemos una recomposición que sabemos que no va a ser inmediata, vamos a seguir al filo de la cornisa, con negocios cerrados, varios de ellos con muchos despidos y llegaremos a fin de años con más o menos 200 mil empleados menos, cuando nosotros somos en su gran mayoría empresas pymes, y trabajamos a la par de nuestros propios empleados”.
Por su parte, Bibini, de la Unión Industrial de Salta, dijo sobre las prioridades en el sector: “Deberíamos hablar de poder retomar las actividades con los niveles de productividad y producción que teníamos en 2019, y mejorar los canales de logística y exportación”.
El rol del Estado
La construcción no tuvo tantos sobresaltos como la gastronomía y la hotelería. Juan Carlos Segura hizo hincapié en la obra pública como generadora de la reactivación.
“Y la prioridad es fundamentalmente que el Estado vuelva a licitar obras, de manera que todas las empresas puedan volver a trabajar a partir del futuro inmediato”, dijo, y agregó: “Sería fundamental que esos proyectos ya se encuentren aprobados por Nación y se pueda lograr que se liciten esas obras aquí en la provincia. Si nosotros conseguimos que esas obras se liciten, se contraten y se comiencen a ejecutar en el primer trimestre del 2021, va a ser un año que considero muy bueno”.
Bibini señaló: “Necesitamos medidas concretas de reactivación productiva con foco en las economías regionales, generando desarrollo en el interior, donde hay un gran potencial. En nuestra región NOA, venimos solicitando desde hace tiempo, entre otros puntos, medidas impositivas que nos permitan competir con las empresas del centro del país. Queremos una política de financiamientos reales y federales, con tasas accesibles y que lleguen a todas las empresas. Que se flexibilicen las leyes laborales para volver a generar empleos genuinos, y finalmente, que el Gobierno nos apoye y nos acompañe en un 2021 que se presenta con muchas incertidumbres y escasas certezas”.
Sobre el rol del Estado, Kira fue concreto: “No tengo ningún tipo de dudas. En el momento que saquen el ATP al sector, la caída del empleo va a ser impresionante. Entonces, pedirles que tengan el raciocinio suficiente como para no sacarnos el ATP, porque de alguna forma tenemos que preservar el empleo. Sí o sí necesitamos el ATP, y no por tres meses, o seis, lo necesitamos mientras dure la pandemia, porque se va a caer en la informalidad y no se va a recaudar nada, el Estado no va a poder recaudar. Y ni hablar de pagar impuestos, levantar la economía va a llevar años”.
El dirigente concluyó: “El comerciante que aún se encuentra abierto viene perdiendo, y entonces está más debilitado, todo lo afecta, todo lo molesta. Cuidar la salud es un tema de ayuda mutua, cuidarnos entre todos, y también, como sea, cuidar la economía”.