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Persiste derrame de aguas servidas en calle Los Sauces

Los olores nauseabundos tienen a mal traer a los vecinos y ocasionales transeúntes desde hace mucho tiempo, pero no hay soluciones.
Viernes, 21 de febrero de 2020 01:50

 El permanente derrame de líquidos cloacales con la liberación de nauseabundos olores, de los cuales son rehenes vecinos que tienen su residencia sobre calle Los Sauces que delimita los barrios Evita, 280 Vivienda y 1º de Mayo, pareciera que se ha transformado en un problema sin solución.
En la esquina de las calles Los Sauces y Belgrano se encuentra ubicada una boca de registro perteneciente a la empresa Aguas del Norte, por cuya pesada tapa de metal en forma permanente salen hacia la superficie aguas servidas, estas aguas malolientes se desplazan siguiendo el desnivel del terreno, afectando a toda la calle, que es muy transitada por personas en forma peatonal. 
Los viandantes deben saltar los charcos para cruzar la calle, en muchos casos cuando por la cantidad que desborda es caudalosa, hasta llegan a mojarse los zapatos con las aguas servidas.
Las principales quejas que exclaman las familias afectadas se relacionan con los malos olores que en épocas de calor se vuelven insoportables. “El olor penetra en las viviendas, aquí hay varios negocios que deben convivir con una situación que afecta sus ventas, vemos con preocupación cómo los niños en su inocencia caminan por esas aguas como un juego”, dicen.
“Otras personas como los de mi barrio deben pasar a diario y varias veces por día por este lugar, y realmente no se soporta lo que se huele y lo que se llega a ver, nosotros pedimos a la empresa Aguas del Norte que realicen las inversiones correspondientes para dar una solución definitiva a este problema”, manifestó Karina Vázquez, presidenta del Centro Vecinal del barrio 280 Viviendas.
La tan ansiada solución definitiva es bastante compleja porque se trata de un sistema cloacal colapsado. El sistema de cañerías de la ciudad de General Güemes fue construido cuando su población era de 5.000 habitantes, su capacidad estaba prevista hasta 10.000; en la actualidad, la población supera los 40.000 habitantes. 
El sistema no da abasto la cantidad de conexiones a superado su operatividad, lo que trajo muchos problemas de derrames de líquidos cloacales en varios puntos de la ciudad. Cuando llueve, el problema se potencia y las consecuencias afectan a los vecinos, los desechos cloacales salen al exterior por las bocas registros. 
En varias oportunidades, la comunidad se expresó en contra de esta situación solicitando inversiones para una nueva red troncal de cloacas. Pero este problema de los derrames tendría dos aristas, una de ellas se encuentra relacionada con la poca capacidad de distribución de los deshechos cloacales con que cuenta el actual sistema de red, mientras que la segunda relacionada con la falta de cuidado de la comunidad con el arrojo a las cañerías de elementos inapropiados que provocan los taponamientos. 
La tapa de la boca de registro en cuestión es muy pesada, la presión ejercida por los líquidos no sería suficiente para levantarla, el hecho de que en varias oportunidades este parcialmente abierta se debe al accionar de vecinos del lugar. “Hasta aquí llegan todos los deshechos de todos los barrios de la ciudad, porque la red troncal pasa por aquí en su recorrido final hacia la planta depuradora de líquidos cloacales, entonces, al haber quedado ya chica su capacidad, se produce una saturación que no permite su desplazamiento”.
“Frente a tanta presión ejercida desde su interior, el liquido busca una salida y lo hace ingresando a nuestras casas saliendo por los baños, eso me obliga a ir hasta la boca de registro y levantar la tapa, para que todo salga a la calle y no ingrese a mi vivienda”, explicó un vecino muy cercano al sector del derrame. 
La solución definitiva sería construir otra red troncal que reciba los deshechos de las viviendas, para trasladarlos hacia la planta depuradora, descomprimiendo la presión que actualmente se ejerce sobre la única disponible, algo de lo que se habló en reiteradas oportunidades pero que nunca llegó a concretarse.

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 El permanente derrame de líquidos cloacales con la liberación de nauseabundos olores, de los cuales son rehenes vecinos que tienen su residencia sobre calle Los Sauces que delimita los barrios Evita, 280 Vivienda y 1º de Mayo, pareciera que se ha transformado en un problema sin solución.
En la esquina de las calles Los Sauces y Belgrano se encuentra ubicada una boca de registro perteneciente a la empresa Aguas del Norte, por cuya pesada tapa de metal en forma permanente salen hacia la superficie aguas servidas, estas aguas malolientes se desplazan siguiendo el desnivel del terreno, afectando a toda la calle, que es muy transitada por personas en forma peatonal. 
Los viandantes deben saltar los charcos para cruzar la calle, en muchos casos cuando por la cantidad que desborda es caudalosa, hasta llegan a mojarse los zapatos con las aguas servidas.
Las principales quejas que exclaman las familias afectadas se relacionan con los malos olores que en épocas de calor se vuelven insoportables. “El olor penetra en las viviendas, aquí hay varios negocios que deben convivir con una situación que afecta sus ventas, vemos con preocupación cómo los niños en su inocencia caminan por esas aguas como un juego”, dicen.
“Otras personas como los de mi barrio deben pasar a diario y varias veces por día por este lugar, y realmente no se soporta lo que se huele y lo que se llega a ver, nosotros pedimos a la empresa Aguas del Norte que realicen las inversiones correspondientes para dar una solución definitiva a este problema”, manifestó Karina Vázquez, presidenta del Centro Vecinal del barrio 280 Viviendas.
La tan ansiada solución definitiva es bastante compleja porque se trata de un sistema cloacal colapsado. El sistema de cañerías de la ciudad de General Güemes fue construido cuando su población era de 5.000 habitantes, su capacidad estaba prevista hasta 10.000; en la actualidad, la población supera los 40.000 habitantes. 
El sistema no da abasto la cantidad de conexiones a superado su operatividad, lo que trajo muchos problemas de derrames de líquidos cloacales en varios puntos de la ciudad. Cuando llueve, el problema se potencia y las consecuencias afectan a los vecinos, los desechos cloacales salen al exterior por las bocas registros. 
En varias oportunidades, la comunidad se expresó en contra de esta situación solicitando inversiones para una nueva red troncal de cloacas. Pero este problema de los derrames tendría dos aristas, una de ellas se encuentra relacionada con la poca capacidad de distribución de los deshechos cloacales con que cuenta el actual sistema de red, mientras que la segunda relacionada con la falta de cuidado de la comunidad con el arrojo a las cañerías de elementos inapropiados que provocan los taponamientos. 
La tapa de la boca de registro en cuestión es muy pesada, la presión ejercida por los líquidos no sería suficiente para levantarla, el hecho de que en varias oportunidades este parcialmente abierta se debe al accionar de vecinos del lugar. “Hasta aquí llegan todos los deshechos de todos los barrios de la ciudad, porque la red troncal pasa por aquí en su recorrido final hacia la planta depuradora de líquidos cloacales, entonces, al haber quedado ya chica su capacidad, se produce una saturación que no permite su desplazamiento”.
“Frente a tanta presión ejercida desde su interior, el liquido busca una salida y lo hace ingresando a nuestras casas saliendo por los baños, eso me obliga a ir hasta la boca de registro y levantar la tapa, para que todo salga a la calle y no ingrese a mi vivienda”, explicó un vecino muy cercano al sector del derrame. 
La solución definitiva sería construir otra red troncal que reciba los deshechos de las viviendas, para trasladarlos hacia la planta depuradora, descomprimiendo la presión que actualmente se ejerce sobre la única disponible, algo de lo que se habló en reiteradas oportunidades pero que nunca llegó a concretarse.

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