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El automovilismo nacional, a un paso de bajar la persiana

Las principales escuderías están en jaque ante la inactividad generada por el coronavirus. Grandes equipos cerrarían sus talleres si la competencia no regresa el mes que viene. 
Miércoles, 20 de mayo de 2020 02:37

El automovilismo argentino, en todas sus categorías, atraviesa una severa crisis por la inactividad relacionada a la pandemia de coronavirus, al extremo de que algunos propietarios no descartan cerrar sus talleres el mes próximo si no se reanuda la competencia.
En las dos categorías más importantes de la actividad motor nacional el momento actual es crítico por la falta de ingresos que trae aparejada la suspensión de la temporada. Al momento de decretarse la cuarentena, el Turismo Carretera llevaba corridas dos fechas del calendario 2020, mientras que el Súper TC 2000 estaba a días de iniciar la campaña en San Juan.
Gustavo Lema, director del equipo JP Carrera del TC, confesó “mucha preocupación” por el presente de su escudería que tiene bajo su mismo techo al saltense Guillermo Ortelli y al rionegrino José Manuel Urcera, ambos con Chevrolet, y al arrecifeño Valentín Aguirre, que corre con Dodge. “Podemos aguantar hasta fines de este mes”, advierte.
“Tengo 25 personas que trabajan en el equipo y debo pagar los sueldos y las cargas sociales. Debido al parate no entra dinero de los sponsors y se hace muy pesado sobrellevar todo esto”, comenta Lema antes de admitir que junio puede ser un mes decisivo para el futuro del JP Carrera.
“Para ejemplificar los gastos, a comienzos del año pasado, ir a Neuquén con todo el equipo nos costaba unos 80 mil pesos de gasoil y a fin de ese mismo año, para hacer la misma distancia, tuvimos que gastar unos 230.000”, comparó.
Por su lado, Darío Ramonda, director del Toyota Gazoo Racing del Súper TC2000, comparte la “preocupación” que tiene todo el ambiente y que la pandemia dejará “secuelas” en todos los equipos.
“Esta complicación se proyecta en el tiempo y nadie puede creer que un equipo se salvará solo. Por eso estamos en contacto permanente con la dirigencia de la categoría, que está analizando distintos escenarios para cuando se inicie la actividad tantos del Súper TC 2000 como del Top Race, en el que Toyota también compite”, afirmó Ramonda.
Por otra parte, la misma incertidumbre se comparte en uno de los equipos del Turismo Nacional (TN) de la Clase 3, el Martos Med, regenteado por José Luis “Pepe” Martos, que cuenta con cuatro autos de la Clase 3, dos en la Clase 2 y nueve empleados en su taller.
“Estamos más que complicados, con mucha incertidumbre porque no ingresa dinero por las publicidades, y de las que se cobraron por la última carrera a mediados de marzo en San Luis, la mitad de los cheques vinieron rechazados”, se lamentó Martos.
A su turno, el promotor del Top Race, Alejandro Levi, dijo que están muy “preocupados” por la situación, y que se encuentran “trabajando a destajo” para ver cómo seguirá la categoría.
“Estamos haciendo un relevamiento entre equipos, pilotos, circuitos, para analizar las posibilidades económicas para volver a correr. Estamos tratando de unirnos a otra categoría para abaratar los costos de organización. Esperamos que en agosto vuelvan las carreras”, dijo Levi.

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El automovilismo argentino, en todas sus categorías, atraviesa una severa crisis por la inactividad relacionada a la pandemia de coronavirus, al extremo de que algunos propietarios no descartan cerrar sus talleres el mes próximo si no se reanuda la competencia.
En las dos categorías más importantes de la actividad motor nacional el momento actual es crítico por la falta de ingresos que trae aparejada la suspensión de la temporada. Al momento de decretarse la cuarentena, el Turismo Carretera llevaba corridas dos fechas del calendario 2020, mientras que el Súper TC 2000 estaba a días de iniciar la campaña en San Juan.
Gustavo Lema, director del equipo JP Carrera del TC, confesó “mucha preocupación” por el presente de su escudería que tiene bajo su mismo techo al saltense Guillermo Ortelli y al rionegrino José Manuel Urcera, ambos con Chevrolet, y al arrecifeño Valentín Aguirre, que corre con Dodge. “Podemos aguantar hasta fines de este mes”, advierte.
“Tengo 25 personas que trabajan en el equipo y debo pagar los sueldos y las cargas sociales. Debido al parate no entra dinero de los sponsors y se hace muy pesado sobrellevar todo esto”, comenta Lema antes de admitir que junio puede ser un mes decisivo para el futuro del JP Carrera.
“Para ejemplificar los gastos, a comienzos del año pasado, ir a Neuquén con todo el equipo nos costaba unos 80 mil pesos de gasoil y a fin de ese mismo año, para hacer la misma distancia, tuvimos que gastar unos 230.000”, comparó.
Por su lado, Darío Ramonda, director del Toyota Gazoo Racing del Súper TC2000, comparte la “preocupación” que tiene todo el ambiente y que la pandemia dejará “secuelas” en todos los equipos.
“Esta complicación se proyecta en el tiempo y nadie puede creer que un equipo se salvará solo. Por eso estamos en contacto permanente con la dirigencia de la categoría, que está analizando distintos escenarios para cuando se inicie la actividad tantos del Súper TC 2000 como del Top Race, en el que Toyota también compite”, afirmó Ramonda.
Por otra parte, la misma incertidumbre se comparte en uno de los equipos del Turismo Nacional (TN) de la Clase 3, el Martos Med, regenteado por José Luis “Pepe” Martos, que cuenta con cuatro autos de la Clase 3, dos en la Clase 2 y nueve empleados en su taller.
“Estamos más que complicados, con mucha incertidumbre porque no ingresa dinero por las publicidades, y de las que se cobraron por la última carrera a mediados de marzo en San Luis, la mitad de los cheques vinieron rechazados”, se lamentó Martos.
A su turno, el promotor del Top Race, Alejandro Levi, dijo que están muy “preocupados” por la situación, y que se encuentran “trabajando a destajo” para ver cómo seguirá la categoría.
“Estamos haciendo un relevamiento entre equipos, pilotos, circuitos, para analizar las posibilidades económicas para volver a correr. Estamos tratando de unirnos a otra categoría para abaratar los costos de organización. Esperamos que en agosto vuelvan las carreras”, dijo Levi.

La diferencia con lo que ocurre en Salta

El automovilismo salteño no vive las mismas urgencias que se dan a nivel nacional. La principal razón es que en nuestra provincia solo un equipo se dedica al automovilismo deportivo, mientras que gran parte del espectro fierrero reparte sus obligaciones entre la atención deportiva y de particulares. 
El Vuyovich Racing es la única estructura en Salta que se dedica a poner autos en pista para correr en las dos principales competencias de automovilismo: el Zonal del NOA y el Campeonato Salteño de Karting. 
Después hay preparadores históricos como Mauro D’Abate y Carlos Anselmino que reparten su actividad entre el automovilismo deportivo, el de autos particulares y otros emprendimientos. O sea que no dependen exclusivamente de la competencia en Salta.
Por el momento poco se dice en el Auto Club Salta y en el Club Salteño de Kart sobre algún esfuerzo o gestión para que regrese la actividad al autódromo Martín Miguel de Güemes y al kartódromo Nicolás Vuyovich de Campo Santo.
Poner un auto en pista requiere mucho dinero, ese es uno de los inconvenientes que se presentan para retomar la actividad. El otro es que la gran mayoría de los pilotos no cuentan con licencia para correr, puesto que debido al aislamiento no pudo llegar a Salta el móvil de la Asociación Argentina de Volantes, que otorga las habilitaciones.
 

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