Beatriz Zulema Conti (68) reclama al PAMI por la burocracia para entregarle un medicamento. Asegura que desde la obra social nacional le piden una serie de estudios previos para recién autorizarlo y entregárselo.
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Beatriz Zulema Conti (68) reclama al PAMI por la burocracia para entregarle un medicamento. Asegura que desde la obra social nacional le piden una serie de estudios previos para recién autorizarlo y entregárselo.
Dichos estudios debería realizarlos en la capital salteña, pero la jubilada alega que es una persona de riesgo y, sumado a esto, que le significa un gasto que no está en condiciones de asumir. Además, según su médico de cabecera, no hacen falta esos estudios y debe empezar con el tratamiento lo antes posible.
"Cuando fui a mi médico de cabecera, me realizó los estudios de rutina y ahí me detectó una arritmia cardíaca. Entonces me envió al cardiólogo y me recetó un anticoagulante para evitar un futuro accidente cerebrovascular", manifestó a El Tribuno.
"Entonces me presenté en el PAMI para solicitar el remedio y me dijeron que tengo que hacerme una serie de estudios previos porque es un medicamento que puede tener efectos colaterales peligrosos", relató.
Cabe señalar que la jubilada cobra una haber de solo $16.000 y el remedio cuesta $6.800 aproximadamente, de los cuales el PAMI le cubre el 50%. Sumado a eso, tiene que vivir, pagar servicios, comida y vestimenta.
"Esos estudios que me exigen, me los tendría que hacer en Salta pero yo soy una persona de riesgo, soy una mujer mayor. Además, con lo que tendría que gastar allá, no me alcanza", se quejó.
"Cuando regresé nuevamente al cardiólogo y le dije todo lo que me pedían en PAMI, me aseguró que no es necesario, que no debo hacerme ninguno de esos estudios, ya que en el medicamento están previstas todas las eventualidades, por lo que podía comprarlo tranquilamente en cualquier farmacia pero de manera particular, que con la sola firma del médico certifica que no voy a tener ningún efecto colateral", dijo.
"Y la realidad es que tengo una jubilación mínima de $16.000 y resulta que tengo que gastar casi $7.000 porque el PAMI no me lo quiere cubrir. Es un anticoagulante que debo tomar de manera permanente", relató la mujer indignada.
Luego agregó: "No puede ser que tenga que gastar esa cifra, ¿y cómo hago para pagar todos los servicios que se fueron por las nubes?, ¿cómo me visto?, ¿con qué plata pago la comida?
La señora también señaló que tiene dos hijos: "Mi hija está casada, tiene su familia y no tiene como ayudarme. Y mi otro hijo está desempleado, ninguno de ellos me puede dar una mano y yo no tengo otros ingresos".
"Encima, soy hipertensa, lo que significa que tengo mayor riesgo. Realmente me indigna la insensibilidad de todos los funcionarios del PAMI que me están poniendo de cara a la muerte, porque un ACV me puede matar", expresó al borde del llanto.
"Me están prohibiendo disfrutar los últimos de año de vida junto a mis nietos. Siendo que mi médico me explicó todo lo que puedo prevenir con el simple uso de esta medicación y que nada de lo que me dicen en el PAMI es así. Si no, él no me recetaría esto", dijo.
La jubilada además contó: "En PAMI también me dijeron que para que me autoricen el remedio, lo deciden en Buenos Aires, donde lo cargan de manera online, entonces yo me pregunto; ¿para qué tenemos los funcionarios en Rosario de la Frontera? ¿Para qué están?".
"Se llenan la boca hablando de justicia social ¿y donde está la justicia social para mí y para todos los jubilados?", manifestó llorando.
Luego agregó: "Al final, sospecho que acá hay discriminación, porque sé bien que a otra gente se le dio medicamentos muchos más caros que el mío".
Finalmente, la mujer señaló: "Este mes no me quedó otra que comprar el remedio con mi jubilación, pero esto lo pude hacer solamente porque he cobrado el aguinaldo, y los meses que vienen, ¿que se supone que debo hacer?, la realidad es que no lo voy a poder comprar de nuevo, siendo que mi cardiólogo me dijo bien clarito que debo tomarlo, porque estoy en riesgo. Para que lo autoricen debo ir a Salta, ni siquiera tengo movilidad propia, encima corriendo el riesgo del coronavirus, gastando un dinero en los traslados que no sé si el PAMI los cubre".