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Los que ya cuentan más de dos décadas recuerdan el antiguo uso que tuvo el edificio donde hoy se levanta el Museo Güemes. Por varios años, esa antigua casona fue un restaurante, que además mostraba con orgullo una placa que indicaba su pasado ilustre. Sobre calle España, entre 20 de Febrero y Balcarce, la antigua casona recobró su valor patrimonial y se distingue por el color borravino en sus paredes. Sobre la vereda se pueden ver las antiguas puertas. La principal da paso a una galería de ingreso y la primera sala recibe a los visitantes para mostrarles la historia de los gauchos del Norte.
Isabel Zacca, directora del Museo Güemes, expresa que el espacio que dirige es antiguo como inmueble pero nuevo como museo. “Tiene un poco más de 3 años, abierto al público y en este momento, desde el 13 de marzo, quedó cerrado”, expresó la directora que advierte sobre las medidas sanitarias para controlar al COVID-19 que los mantiene trabajando a puertas cerradas.
Zacca recordó que si bien este museo no tiene una colección, tiene un fin más valioso que es el de proteger la casa. “Esta casona ya estaba en 1780 y hoy es el museo Güemes. Se puede decir que se trata de un museo de sitio. Resguardamos esta casa, donde vivió Güemes con su familia. Eran 9 hermanos”, agregó. Si bien este espacio fue la casa donde vivió la familia Güemes, mientras el padre del general fuera el funcionario de la Real Tesorería, la casona de nacimiento de Martín Miguel se ubicaba en la calle Balcarce, entre España Caseros, donde hoy se levanta una librería.
El paso de la familia Güemes por esta vivienda dejó sin dudas muchas historias y un gran valor patrimonial donde hoy se cuentan la memoria social del General y la época de la revolución y la guerra gaucha.
“Nos pone en alerta, que la guerra tuvo de protagonista a Güemes y comprendió además más espacios que Salta y su jurisdicción. Alcanzó a toda la región y el espacio surandino”, destacó Zacca quién además el objetivo principal de museo es hacer presente una historia del pasado pero con un lenguaje contemporáneo.
Esta es la razón por lo que la antigua casona alberga en su interior un valuarte de alta tecnología que le permite, a quiénes la recorren conocer la historia, casi como si los personajes estuvieron allí todavía.
En este proceso de cambios generados por la necesidad de respetar las normas de aislamiento sociales, es que el Museo Güemes, agilizó la producción para las redes sociales, desde donde se puede realizar recorridos virtuales y consultas.
Salas y aporte educativo
“Cada una de las salas busca que la gente incursione en esos tiempos”, agregó la directora del Museo. Por eso cada espacio cuenta con la tecnología que apunta a destacar la capacidad sensorial de sus visitantes.
El recorrido por la casona mantiene además los elementos constructivos de la época, por lo que los visitantes pueden descubrir estas dos ofertas en el recorrido. En la séptima sala del Museo se puede ver a los que participaron de las milicias de aquellos tiempos. Este patio busca homenajear a los que participaron de la lucha por la Independencia. Se puede interactuar con el medio y ya fue utilizado en las producciones del museo y la Secretaría de Cultura.
Desde la Secretaría Cultura y Patrimonio surgió la iniciativa de Museos Conectados.
Este espacio permite a estudiantes y docentes participar de “La web en mi escuela”. “Se cuenta con propuestas dirigidas a los chicos, docentes y padres. Se trata de juegos y posibilidades que permite acercarse a etapas de la vida de Güemes, como la infancia", dijo Zacca.
"Desde Museos Conectados se cuenta con historias sobre el general, que se pueda capitalizar en su aprendizaje. Esto fue fundamental para poder desarrollar contenidos propios del museo y poder llegar a los nuevos públicos”, agregó Zacca.
Natalia Martín es profesional asistente del museo y destacó que el trabajo con las escuelas busca -con el nivel secundario- a través del Proyecto Güemes Itinerante creado para contar con una muestra del museo en diferentes puntos de la provincia.
“Lo que queremos es animar a los chicos a tomar roles diferentes. Acá por ejemplo los técnicos con una soporte fundamental por eso trabajamos con los chicos en estas problemáticas, como es el hacer una animatronix”, agregó Natalia.
El proyecto fue posible gracias a ASETUR (Apoyo Tecnológico al Sector Turismo).
El rincón de los niños es otro de los espacios que trabaja el museo. Se utiliza en las redes sociales, y desde allí el museo trabaja en producciones, donde se destacan actividades con soporte tecnológico. “Estamos en la perspectiva de repensarnos y seguir disponibles en esta otra modalidad” agregó.
En esta página, el Museo buscó ofrecer los docentes, padres y alumnos distintas propuestas de trabajo, que está ligadas a la historia de Martín Miguel de Güemes y la lucha por la independencia en la frontera norte del país.
A través de esta plataforma se ofrece tanto trabajos de aula como practicas lúdicas y de arte, que permiten, por ejemplo, conocer las formas de coloración de las telas en las épocas de la colonia.
La tecnología, aliada indiscutible
Pablo Pucci, está a cargo del área técnica del Museo. En su encuentro con El Tribuno detalló que durante los días de cuarentena se buscó seguir mejorando y actualizando los sistemas de la casona, revisando los sistemas de automatización de las salas y los reproductores.
“El museo es autoguiado, uno de los primeros en este tipo, y permite que la gente recorra el museo sin guía. Eso se logra con los recursos tecnológicos que lo vuelven interactivo. Lo que hace es que la gente en la media que avanza en la sala, activa los recursos. Y se van contando en las distintas salas del museo las etapas de la guerra de la Independencia”, detalló Pucci.
Se cuenta con distintos recursos como proyecciones, maquetas que van sincronizando video e iluminación, cuadros que toman vida, un animatronix de Güemes escribiendo a su padre y hologramas que permiten contar en forma actual la historia de hace tantas décadas.
Estas son las estrategias de comunicación que el Museo logra explotar, no solo con los adultos sino en particular con los más chicos.
Los cambios y pérdidas
La casona fue construida a fines del siglo XVIII, durante el dominio español para don Manuel Antonio de Tejada. En 1789 la cedió para viviera Gabriel de Güemes y su familia mientras este fuera tesorero.
En esta casa vivió durante muchos años don Martín Miguel de Güemes.
“La casa estaba organizada en base a sus patios. Tenía cuatro entradas principales. La del medio comunicaba al patio central, donde estaban las habitaciones más importantes de la vivienda. Por la entrada de la derecha se accedía las oficinas de la Real Tesorería. A la izquierda, a una oficina donde se cree trabajaba el tesorero”, detalló la arquitecta Birmania Giles, de Patrimonio de la Provincia. En el segundo patio estaba la zona de servicio y en el tercero había una huerta, que llegaba hasta la otra calle. “La entonces Tagarete del Tineo, hoy avenida Belgrano”, agregó.
La casona sufrió modificaciones en los siglos XIX y XX. Funcionó como vivienda y luego con actividades comerciales. En 2010, la Provincia adquiere el inmueble por su valor histórico. Este edificio llega al Patrimonio Provincial con un gran deterioro constructivo, de uso y subdividida.
“Ya no están las oficinas del ala derecha y una parte de la zona de servicio. Queda el patio central con habitaciones solo en sus tres lados. El segundo patio estaba en ruinas”, recordó la arquitecta.
La fachada presentaba elementos arquitectónicos italianizantes: balaustradas, cornisas y petriles que ocultaban el techo de tejas. “La recuperación de Casa Güemes y la puesta en marcha del museo, que cuenta con modernos recursos tecnológicos significó un hecho histórico de gran impacto en el medio local”, reflexionó.