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La vuelta del tren y un homenaje al general Martín Miguel de Güemes

Hace un siglo Joaquín Castellanos asistía al reinicio de la construcción del ferrocarril a Chile.
Domingo, 14 de febrero de 2021 02:07

Finalmente, el tren de pasajeros volvió al Valle de Lerma después de cincuenta años de haber sido suspendido por las autoridades del Ferrocarril Belgrano, en 1970. Según archivos periodísticos, la orden llegó en abril de ese año y los únicos que intentaron resistir la medida fueron los vecinos del barrio El Huasco, de Rosario de Lerma. Levantaron firmas, elevaron notas, recorrieron las redacciones de los diarios locales, peticionaron ante autoridades ferroviarias de aquí, de Tucumán y Buenos Aires, pero no lograron torcer la decisión.
El 1 de julio de 1970 la gente del El Huasco se dirigió por última vez a las máximas autoridades ferroviarias de Buenos Aires, pero la respuesta fue la misma: “Es una decisión de la superioridad”. Pero aun así, estos ahora olvidados vecinos elevaron un petitorio al presidente de facto argentino, general Marcelo Levingston. La respuesta nunca llegó. 
Lo cierto es que el tren de pasajeros regresó el pasado 8 de febrero en calidad de prueba técnica, la primera de una serie que se repetirá hasta que las evaluaciones resulten favorables para su puesta en servicio definitiva.
La primera prueba iba a concretarse el pasado 21 de enero, pero la decisión gubernamental cambió cuando la Junta Promotora del Tren (Juprotren) sugirió que se haga el 8 de febrero por el natalicio del Héroe Gaucho, el general Güemes. A ello el Gobierno provincial sumó la decisión de lanzar ese día el “Año del Bicentenario de la Muerte del General Güemes”.

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Finalmente, el tren de pasajeros volvió al Valle de Lerma después de cincuenta años de haber sido suspendido por las autoridades del Ferrocarril Belgrano, en 1970. Según archivos periodísticos, la orden llegó en abril de ese año y los únicos que intentaron resistir la medida fueron los vecinos del barrio El Huasco, de Rosario de Lerma. Levantaron firmas, elevaron notas, recorrieron las redacciones de los diarios locales, peticionaron ante autoridades ferroviarias de aquí, de Tucumán y Buenos Aires, pero no lograron torcer la decisión.
El 1 de julio de 1970 la gente del El Huasco se dirigió por última vez a las máximas autoridades ferroviarias de Buenos Aires, pero la respuesta fue la misma: “Es una decisión de la superioridad”. Pero aun así, estos ahora olvidados vecinos elevaron un petitorio al presidente de facto argentino, general Marcelo Levingston. La respuesta nunca llegó. 
Lo cierto es que el tren de pasajeros regresó el pasado 8 de febrero en calidad de prueba técnica, la primera de una serie que se repetirá hasta que las evaluaciones resulten favorables para su puesta en servicio definitiva.
La primera prueba iba a concretarse el pasado 21 de enero, pero la decisión gubernamental cambió cuando la Junta Promotora del Tren (Juprotren) sugirió que se haga el 8 de febrero por el natalicio del Héroe Gaucho, el general Güemes. A ello el Gobierno provincial sumó la decisión de lanzar ese día el “Año del Bicentenario de la Muerte del General Güemes”.

Un ramal perdido

A lo largo de estos cincuenta años hubo también muchos reclamos para que se restablecieran los servicios de trenes entre Salta y Quijano (C-14) y con la estación Alemanía (C13). En este último ramal debemos recordar el insistente reclamo de hace 30 años por el recordado “Tren al Cabra”, es decir, de Salta a Coronel Moldes. La lucha, encabezada por el desaparecido licenciado Miguel Cheda, nunca fue atendida por las autoridades del ferrocarril General Belgrano. Por el contrario, parte de la infraestructura fue desmantelada, lo que hace que hoy sea difícil y costosa su recuperación. Finalmente, el trabajo del licenciado Cheda y sus compañeros por recuperar un tramo del Ramal C-13 quedó en la nada. Luego llegaron las ocupaciones de inmuebles y tierras ferroviarias, el robo de rieles y durmientes, muchas veces alentados por autoridades comunales inescrupulosas.

Un tramo salvado

En cuanto al Ramal C-14, entre Salta y Quijano, debemos reconocer que los vecinos de Cerrillos fueron los primeros que reclamaron su recuperación. Los archivos periodísticos dicen que en 1987, ya en plena democracia, se conformó una comisión autodenominada TrenSal para reclamar la recuperación del tren de pasajeros entre Salta y Cerrillos. La vida de TrenSal fue efímera, ya que sus reiteradas peticiones no fueron atendidas ni por el Ferrocarril General Belgrano ni por el intendente y los concejales de entonces. TrenSal se disolvió a los seis meses, y de ese esfuerzo solo quedan los testimonios periodísticos y algunas tarjetas de la entidad.

Nuevo intento

Pasaron los años y en 2018, en Cerrillos, se agudizó la situación del intenso tránsito vehicular con la ciudad de Salta. Entonces surgió entre los vecinos la idea de recurrir al ferrocarril para alivianar el grave problema que planteaba la creciente circulación por la ruta nacional 68. En mayo de 2019 se constituyó la Junta Promotora del Tren del Valle de Lerma y se convocó a todas aquellas personas interesadas en la recuperación del tren. La convocatoria incluyó a vecinos, legisladores, intendentes y concejales. Fue amplia, generosa y sin exclusiones.
Así, la Junta Promotora se constituyó con vecinos de La Merced, El Carril, Chicoana, Campo Quijano y Cerrillos. Se comenzó a elaborar un proyecto para compartir con los participantes de la campaña electoral que se avecinaba. Y cuando ella llegó, todos los candidatos nacionales y provinciales que visitaron Cerrillos fueron invitados a reunirse con la Junta Promotora para interiorizarlos del proyecto. En este caso, también las convocatorias fueron púbicas, amplias y sin exclusiones, pero la verdad sea dicha: de tres candidatos a senadores nacionales solo concurrió Juan Carlos Romero, y de los innumerables candidatos a gobernador, únicamente asistió Gustavo Sáenz, en compañía del ingeniero Sergio Camacho y de la intendenta Yolanda Vega. Del resto de los aspirantes, solo asistieron María Laura de la Zerda y Gonzalo Caro Dávalos. Los otros brillaron por ausencia y desinterés.

El proyecto

El proyecto de recuperar el tren de pasajeros en esta parte del Valle de Lerma tiene una fuerte carga de nostalgia. Así se pudo apreciar en el primer viaje de prueba del pasado 8 de febrero. Fueron numerosos los exferroviarios y exusuarios que se apostaron a la vera de los rieles, en los pasos a nivel y en las estaciones, solo para poder ver pasar la formación. Muchos lagrimearon de emoción.
Pero la nostalgia no puede ser el único motor de la recuperación del servicio. En la actualidad hay muchas otras razones, como las ambientales, la seguridad vial, los costos y una eficiente, rápida y segura conexión interurbana. 
Según el censo de 2010, la provincia de Salta tenía 1.200.000 habitantes y la ciudad capital, 550 mil. Ahora, por no haberse hecho el censo del 2020, podemos conjeturar, y sin ánimo de polemizar, que la ciudad de Salta hoy tiene unos 700 mil habitantes y el Valle de Lerma más de 200 mil almas. Hablamos de una cifra cercana al millón de habitantes. Pero, lamentablemente, este crecimiento poblacional no fue acompañado en la última década por las vías de comunicación, al menos en esta parte del Valle de Lerma. El último intento por mejorar la conexión en la zona fue la construcción de las autopistas sudeste y sudoeste. Esta última debía unir Salta con Coronel Moldes, pero se paralizó en 2007.
A la falta de caminos adecuados debemos sumar el creciente número de nuevos barrios y loteos a orillas de todos los caminos y que vuelcan y seguirán volcando nuevos usuarios en las ya sobresaturadas carreteras.
Y así es que, ante el acelerado crecimiento poblacional, el aumento desmesurado del parque automotor, la falta de seguridad vial y de caminos, los inadecuados itinerarios de colectivos y los escasos accesos a la ciudad de Salta, la Junta Promotora creyó que el ferrocarril podría ser una parte de la solución, no la única. 

Usuario y utilidad 

La Junta Promotora señaló, en reiteradas oportunidades, que el servicio de trenes debe ser útil para los usuarios, de lo contrario será un nuevo fracaso, como el de los años 70 con el coche motor. La vieja modalidad del servicio “estación a estación”, que data de 1920, es inadecuado. El crecimiento de todos los centros urbanos del Valle de Lerma requiere que el nuevo servicio adopte una modalidad similar al tranvía; es decir, que contemple la existencia de los nuevos barrios que surgieron en los últimos años a la vera de los rieles.
La Junta es consciente de que la actualización del recorrido de los servicios en el Valle de Lerma deberá ser paulatina. El abandono que sufrió la infraestructura ferroviaria en cincuenta años no se puede ni se podrá recuperar de inmediato. Llevará tiempo y requerirá del apoyo de toda la comunidad.
Si efectivamente se logra la reactivación del servicio de trenes, la economía de nuestra subzona crecerá. El ferrocarril siempre ayudó a dinamizar la economía del Valle de Lerma. A su lado se asentaron la Compañía Nobleza de Tabacos, Massalin y Celasco, la Cooperativa de Productores Tabacaleros, el ex Frigorífico Arenales, la Boroquímica de Campo Quijano y hasta la ahora desmantelada destilería Chachapoyas.
Además, el tren servirá para acercar el Valle de Lerma a las universidades, a los hospitales y a los servicios de Justicia. Se beneficiarán el medio ambiente y el tránsito automotor. La voluntad política es lo que no debe faltar y hay que reconocer que el primer paso ya se dio. Sin dudas, fue el más importante homenaje a Güemes en el día de su natalicio y en el bi    centenario de su muerte. 
 

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