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Una nena con retraso madurativo, frente la burocracia de una obra social

Desde febrero su familia tramita en la obra social OSPIS, la autorización de una terapia. Presentó dos veces todos los papeles y ahora le piden que por tercera vez lo haga. Su madre dice estar cansada: “No doy más”, aseguró.
Martes, 04 de octubre de 2022 09:41

Sara Herrera es mamá de Guadalupe, una nena de 5 años con retraso madurativo. Desde su nacimiento presentó serias complicaciones de salud, por lo que tuvo que someterse a largos tratamientos kinesiológicos, psicológicos y asistir a  psicopedagogas y fonoaudiólogas. 
Por falta de obra social, la pequeña recibió atención en el hospital Materno Infantil hasta que cumplió un año. Luego, la familia hizo un gran esfuerzo para continuar con el tratamiento de forma particular en un centro de atención especializado. 

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Sara Herrera es mamá de Guadalupe, una nena de 5 años con retraso madurativo. Desde su nacimiento presentó serias complicaciones de salud, por lo que tuvo que someterse a largos tratamientos kinesiológicos, psicológicos y asistir a  psicopedagogas y fonoaudiólogas. 
Por falta de obra social, la pequeña recibió atención en el hospital Materno Infantil hasta que cumplió un año. Luego, la familia hizo un gran esfuerzo para continuar con el tratamiento de forma particular en un centro de atención especializado. 

“Con el tiempo mi marido comenzó a trabajar formal y a pagar el monotributo, con lo que accedimos a una obra social. Se trata de OSPIS (Obra Social del Personal de Instalaciones Sanitarias). Pensamos que se alivianaría este tema, pero no fue así”, explicó Sara.

La mujer recordó que comenzó con los trámites en febrero de este año para continuar con el tratamiento a través de OSPIS. “Presenté todo en abril. Los informes del neurólogo de la psicóloga, el carnet de discapacidad, entre otros papeles, pero me los rechazaron. Me dijeron que faltaban algunos detalles. Volvía a hacer todo de nuevo y los presenté en julio y también me los rechazaron, hasta me dijeron que mi hija no estaba tan mal, que hay otros casos peores”, relató Herrera.

Cansada de las idas y vueltas, recurrieron a la Justicia y la Superintendencia de Servicios de Salud, pero no le fue mejor que en la obra social. También allí la burocracia le cayó encima. En el órgano de control tuvo que soportar largas filas durante dos meses para hacer el reclamo. “La única respuesta es que los papeles van a Buenos Aires y que tienen que volver y que hay hacer nuevos reclamos, y todo sigue igual. Y en la Justicia en otras palabras dijeron que no pueden hacer nada ya que la obra social no se negó a dar la prestación, sino que pidieron que hagamos de nuevo el papeleo”, contó.

La madre desesperada dijo que no quieren perder más tiempo y echar por tierra todo el sacrificio y los progresos de salud alcanzados por su hija durante todos estos años, así que comenzaron a pagar nuevamente de forma particular las terapias. “Lo hicimos durante julio, agosto y septiembre. Pensamos que iba a ser hasta que nos autorice la obra social. Pero ahora en octubre nos dijeron que nuevamente tenemos que presentar todos los papeles. No podemos más”.

Mi hija pasó de nacer y estar 15 días en terapia intensiva a tener muchos progresos en su salud gracias al esfuerzo que pusimos y la constancia en los tratamientos. “Nos dijeron que ella no iba a poder caminar hasta los 5 años, pero no bajamos los brazos estuvimos al lado de ella estimulándola constantemente y logró caminar al año. No queremos que todo caiga por la borda a causa de una burocracia que no entendemos, sobre todos en estos casos en que estamos hablando de una niña discapacitada”, concluyó Herrera.

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