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¿Inversiones o especulaciones?

Martes, 06 de diciembre de 2022 02:29

Según el Indec, en el segundo trimestre de 2022 la curva de inversiones subió un 19% real comparando con igual período del año pasado. Otro dato de la misma fuente dice que los diez primeros meses de este año las importaciones de bienes de capital, especialmente máquinas e insumos industriales aumentaron un 30%. Analizando en frío estos números podemos afirmar que semejante volumen de inversiones corresponde a un país normal con su economía estable, sólida orientada a producir para un crecimiento en el mediano y largo plazo.

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Según el Indec, en el segundo trimestre de 2022 la curva de inversiones subió un 19% real comparando con igual período del año pasado. Otro dato de la misma fuente dice que los diez primeros meses de este año las importaciones de bienes de capital, especialmente máquinas e insumos industriales aumentaron un 30%. Analizando en frío estos números podemos afirmar que semejante volumen de inversiones corresponde a un país normal con su economía estable, sólida orientada a producir para un crecimiento en el mediano y largo plazo.

Lamentablemente esto hoy en Argentina no ocurre; más bien, todo lo contrario. Pero veamos, para entender el porqué de estos números: en tiempos de incertidumbre, desconfianza y gestiones gubernamentales que nos llevan de un lado para otro como lo que estamos viviendo, las inversiones en máquinas, ladrillos y hasta insumos para la producción lucen como un refugio seguro a la cotización de dólares paralelos o financieros y una forma de gastar los pesos de nuestra moneda que permanentemente están perdiendo valor.

Si a esta situación le agregamos la famosa bicicleta financiera, que consiste en comprar por el dólar oficial y vender por el precio del paralelo o financiero con ganancias excepcionales generadas por la diferencia de cotización entre uno y otro, llega a trepar hasta un 70 a 90%. Entonces, lo que se anuncia de inversiones sustentables se envuelve en un manto de sospechas.

Ya el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, afirmó que "hay empresas que se sobre estoquean hasta por ocho años", lo que induce a pensar que grupos económicos con capacidad financiera importante buscaron quedar equipados por varios años aprovechando el dólar oficial barato y antes que sea demasiado tarde.

Por todas estas razones podemos afirmar que no son inversiones sino especulación a gran escala aprovechando las circunstancias por las que atravesamos

Hoy, ni la macro ni la microeconomía son previsibles, razón por la cual los empresarios e inversores tanto locales como extranjeros no realizan desembolsos a mediano y largo plazo; además, la mayoría están buscando condiciones de estabilidad, reglas de juego claras y seguridad jurídica sin ir más lejos en países limítrofes más seguros que nuestra economía.

Las políticas pendulares, la creciente presión tributaria, los cambios de reglas de juego, subsidios generalizados o discrecionales de acuerdo a las necesidades o capacidad de lobby de determinados sectores, congelamientos de precios y tarifas con una inflación de tres cifras, diversos tipos de cambio que no son otra cosa que devaluaciones encubiertas, prohibición de girar utilidades, cepos a la importación de bienes destinados a la producción, son algunas de las razones por las cuales ni empresarios ni empresas invertirán en el largo plazo en nuestro país. Lamentablemente, la dirigencia política no solo los ignora sino que también actúa en sentido contrario y ahuyenta a potenciales inversores.

Un claro ejemplo de inseguridad jurídica y económica que no entusiasma a ningún inversor lo podemos ver en el Presupuesto 2023, que pretende reconstruir de a poco el esquema de Estado Empresario de los años 70 y 80 a pesar de no tener para financiar recursos genuinos, agregando la reciente ley que exime del pago de derechos de importación, impuestos y tasas a determinadas empresas estatales y otras con mayoría estatal mayoritaria

La producción y siguiendo los informes de Indec en septiembre, bajó un 0,3% en relación con agosto, ya lo podemos advertir en diversos rubros; el más significativo es la industria automotriz, a la que le faltan insumos importados. Las terminales han dejado de producir y adelantan vacaciones al igual que varias industrias y emprendimientos que están en las mismas condiciones, la inflación, la falta de dólares y los sueldos que van siguiendo a la inflación son actualmente las causantes de una recesión que ya se está sintiendo.

Desde el Ministerio de Economía creen que la inflación comenzará a descender a valores cercanos al 3% mensual a partir del próximo otoño, muchos lo ven como irreal, recordando el famoso segundo semestre del expresidente Mauricio Macri. El descrédito hacia la proyección del ministro Sergio Massa sobre lo que es una dificultad endémica y estructural en nuestro país; un país donde ningún sector de la política quiere resignar su porción del gasto público que aumenta el endeudamiento y la emisión permanente, según la explicación de Rubinstein.

Al proceso de decadencia productiva que lleva décadas hay que revertirlo. Por el momento, salvo inversiones que llevan un altísimo grado de certidumbre relacionada con procesos productivos como algunas inversiones mineras (litio), hidro-carburiferas (Vaca Muerta) y alimentos a los que se les garantiza un retorno de las inversiones, son pocos los emprendimientos anunciados desde la actividad privada.

Actualmente observamos que existen cambios por semanas en las reglas de juego que se manejan de acuerdo a las necesidades urgentes como por ejemplo la implementación del "dólar soja 2" para cubrir un faltante de aproximadamente US$ 3.000 millones, realizando nuestro país un pésimo negocio ya que compra dólares a $230 y los vende a $165. El tan discutido congelamiento de precios por cuatro meses con un final incierto se suma a los parches que se van realizando por la ausencia de un plan económico serio y sustentable; en fin políticas para llegar a las elecciones sin mayores sorpresas, si es que llegamos.

 

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