Marcos Arrabal, el distribuidor oficial de Snacko y de una variedad de marcas de alimentos y bebidas en Salta y Jujuy, se sumó por primera vez al ciclo Hablemos de lo que viene, organizado por El Tribuno y que en esta oportunidad abordó el financiamiento de las pymes, una gran preocupación y necesidad del sector.
Marco’s Distribuciones SRL es el nombre de su empresa instalada en Salta hace 20 años, cuando agarró la distribución de Pepsico, multinacional que luego en 2018 se retiró de la provincia, por lo que el distribuidor tuvo que ingeniárselas al principio para subsistir, pero afortunadamente salió a flote rápido. Hoy, además de Snacko, distribuye Tía Maruca, Dulcor, Fecovita, Baggio, Molinos y varias marcas más.
Ahora, Arrabal abrió una sucursal estratégica en Coronel Moldes, que cubre desde Santa María -Catamarca-, Cafayate, San Carlos, Guachipas, La Viña y sus alrededores. Además, de un mayorista al frente del mercado Cofruthos. Entre todos sus negocios tiene unos 90 empleados.
Como todos los argentinos, Marcos Arrabal viene padeciendo al enemigo de la “inflación”, dice que la escalada de precios es constante y que los porcentajes distan mucho de los informados por el Indec. “Por ejemplo, el azúcar, nosotros compramos 30 toneladas por mes, y el 17 de junio la compré a 880 pesos, la segunda semana de julio ya salía 1.300 y el miércoles (último) estaba a 1.600 pesos, es decir, tuvo una suba del 70%”, detalló el comerciante. Incluso hay otros productos, como los enlatados, que tuvo que dejar de vender porque no están ingresando. Compras que no le liberan y que a su vez la distribuidora no puede entregar.
“Esto que estamos viviendo ahora es un colador de pequeños negocios, si no estás preparado, chau”, lanzó, al tiempo que afirmó que todos los días están teniendo “lista de precios nueva”, y se ven obligados a remarcar. De todas maneras, puso un límite y decidió por el momento no comprarle a algunas fábricas.
Tras los cambios en el Gobierno nacional, Arrabal tiene “esperanzas” de que el panorama económico mejore para todos, especialmente para las pymes, que como él apuestan a emprender en el país. “Yo pasé la crisis del 2001, no la sentí tanto porque recién empezaba; la recesión de 2009 fue bastante fuerte, no muchos se acuerdan, pero ahora ya venimos peleándola desde el año pasado, y no solamente nosotros, como distribuidores somos cada vez menos”, manifestó el emprendedor, planteando que en el eslabón de la cadena, las distribuidoras son las que más gastos tienen, especialmente las del norte argentino. Se ven ahogados entre el costo del flete y la cantidad de impuestos que pagan. “A las pymes nos están matando con tantos impuestos”, enfatizó y reclamó cambios en las leyes laborales y reducción de los tributos.
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Marcos Arrabal, el distribuidor oficial de Snacko y de una variedad de marcas de alimentos y bebidas en Salta y Jujuy, se sumó por primera vez al ciclo Hablemos de lo que viene, organizado por El Tribuno y que en esta oportunidad abordó el financiamiento de las pymes, una gran preocupación y necesidad del sector.
Marco’s Distribuciones SRL es el nombre de su empresa instalada en Salta hace 20 años, cuando agarró la distribución de Pepsico, multinacional que luego en 2018 se retiró de la provincia, por lo que el distribuidor tuvo que ingeniárselas al principio para subsistir, pero afortunadamente salió a flote rápido. Hoy, además de Snacko, distribuye Tía Maruca, Dulcor, Fecovita, Baggio, Molinos y varias marcas más.
Ahora, Arrabal abrió una sucursal estratégica en Coronel Moldes, que cubre desde Santa María -Catamarca-, Cafayate, San Carlos, Guachipas, La Viña y sus alrededores. Además, de un mayorista al frente del mercado Cofruthos. Entre todos sus negocios tiene unos 90 empleados.
Como todos los argentinos, Marcos Arrabal viene padeciendo al enemigo de la “inflación”, dice que la escalada de precios es constante y que los porcentajes distan mucho de los informados por el Indec. “Por ejemplo, el azúcar, nosotros compramos 30 toneladas por mes, y el 17 de junio la compré a 880 pesos, la segunda semana de julio ya salía 1.300 y el miércoles (último) estaba a 1.600 pesos, es decir, tuvo una suba del 70%”, detalló el comerciante. Incluso hay otros productos, como los enlatados, que tuvo que dejar de vender porque no están ingresando. Compras que no le liberan y que a su vez la distribuidora no puede entregar.
“Esto que estamos viviendo ahora es un colador de pequeños negocios, si no estás preparado, chau”, lanzó, al tiempo que afirmó que todos los días están teniendo “lista de precios nueva”, y se ven obligados a remarcar. De todas maneras, puso un límite y decidió por el momento no comprarle a algunas fábricas.
Tras los cambios en el Gobierno nacional, Arrabal tiene “esperanzas” de que el panorama económico mejore para todos, especialmente para las pymes, que como él apuestan a emprender en el país. “Yo pasé la crisis del 2001, no la sentí tanto porque recién empezaba; la recesión de 2009 fue bastante fuerte, no muchos se acuerdan, pero ahora ya venimos peleándola desde el año pasado, y no solamente nosotros, como distribuidores somos cada vez menos”, manifestó el emprendedor, planteando que en el eslabón de la cadena, las distribuidoras son las que más gastos tienen, especialmente las del norte argentino. Se ven ahogados entre el costo del flete y la cantidad de impuestos que pagan. “A las pymes nos están matando con tantos impuestos”, enfatizó y reclamó cambios en las leyes laborales y reducción de los tributos.