Los datos alarmantes de pobreza publicados por el Indec son muestra del enorme deterioro económico que ha sufrido la población durante los últimos años. Según el organismo nacional, el 37,5% de los habitantes en Salta son pobres. Si tomamos en cuenta los últimos datos oficiales publicados, más de la mitad de los chicos que van de 0 a 14 años viven en la pobreza.
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Los datos alarmantes de pobreza publicados por el Indec son muestra del enorme deterioro económico que ha sufrido la población durante los últimos años. Según el organismo nacional, el 37,5% de los habitantes en Salta son pobres. Si tomamos en cuenta los últimos datos oficiales publicados, más de la mitad de los chicos que van de 0 a 14 años viven en la pobreza.
Esa situación de extrema vulnerabilidad se siente en los barrios más carenciados. La ayuda social y estatal no alcanza para todos y hay miles de chicos que hoy no están obteniendo una alimentación de calidad. En la ciudad de Salta los comedores infantiles tienen la desafiante tarea de enfrentar una realidad marcada por la difícil situación económica.
El Tribuno entrevistó a dos mujeres, Graciela de "Hermanitos del corazón", y Cristina Mamaní del comedor "Por una sonrisa", quienen graficaron cuál es el impacto directo que tienen los elevados costos de los alimentos y cómo la crisis económica que atraviesa el país
las ha llevado a tener que dar menos ayuda de la que quisieran.
La dura realidad de comedor "Hermanitos del corazón"
Graciela está al frente del comedor "Hermanitos del corazón". Durante la charla con este medio relató la lucha constante que tiene para poder alimentar entre 40 y 50 niños, dos veces por semana, en el barrio de Primera Junta.
El aumento exorbitante de precios en alimentos básicos, la situación económica precaria de las familias se refleja en la creciente necesidad de ayuda alimentaria que tienen esos niños, a pesar de la lucha de Graciela para poder superar esas adversidades.
"Seguimos tirando, como se dice, está todo tan caro. Sigo yendo a Cofruthos a pedir la verdura y después me colaboran con la carne y la mercadería. Ahora está todo carísimo. Por el monto que compraba antes ahora traigo la mitad o quizá menos. Ahora se me agregaron unos cuantos chicos, y si de la salita me mandan alguien que tenga necesidad, como un abuelo o una embarazada, yo les doy comida. Pero me dedico a niños nada más. Yo les doy el almuerzo más postre los martes y jueves", expresó la mujer.
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Graciela contó que los chicos que asisten tienen entre 3 y 15 años, son de bajos recursos y sus padres tienen que salir a trabajar y no los pueden ver. También asisten chicos de madres solteras o separadas, que quedan a cargo de los hermanitos.
"La situación empeoró en los últimos meses. Yo no sé qué pasará ahora también, porque todos están diciendo que va a ser peor, pero yo espero no sigan subiendo las cosas como ahora. Espero que sea mejor, es lo que todos esperamos, uno quiere lo mejor para el país. En cuanto a mi comedor, espero que me puedan seguir ayudando y donando cosas para poder seguir alimentando a tantos chicos de Primera Junta y Solidaridad", expresó la mujer.
Comedor "Por una sonrisa"
Cristina Mamaní, está a cargo del comedor "Por una sonrisa", y comentó lo desafiante que se ha vuelto para las familias de zona sudeste después del cierre del vertedero San Javier, donde los vecinos solían recoger materiales reciclables para subsistir.
Describe cómo, a pesar de las dificultades, sigue buscando donaciones y cocinando para poder dar de comer a más de 300 chicos los martes. Revela su lucha diaria para mantener el comedor, ya que antes lo mantenía abierto tres veces por semana y ahora tan solo una.
"Yo cocino en tachos grandes porque cuando abro el portón ya hay una fila enorme de la gente que viene de los asentamientos que están a la orilla del vertedero. Yo siempre digo, no hay que bajar los brazos, hay que seguir yendo a golpear puertas para buscar cosas y seguir adelante. Más que nada doy gracias a Dios que me da fuerza, tengo salud, que es lo principal, y así sobrevivo. No puedo bajar los brazos por los chicos", comentó Cristina.
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Contó que ahora solo les está dando de comer los días martes, porque no le alcanza. Aunque expresó que cada vez que recibe alguna donación abre el portón y les da un poco de pan, azúcar, yerba o galletas.
"Les doy un poco, por lo menos para que tengan para hacerse un mate. Es terrible, porque antes atendía tres veces por semana y ahora tuve que bajar a un día. Y a veces cocino de noche para los chicos que no tienen nada, que no comen durante todo el día. En mí confían los que me donan, saben cuál es mi trabajo y que sigo trabajando para ellos, porque son mi vida los chicos. Y cada día se aumentan más. Yo me acuesto con la Biblia en mi cama pero no puedo dormir, mi cuerpo está rendido, pero mi mente no duerme pensando qué puedo hacer mañana, cómo lo consigo", finalizó.
Datos de los comedores
- El comedor "Por una sonrisa" se encuentra en barrio Primera Junta, manzana 515 C, lote 4. El teléfono fijo es 4717028 y el celular es 3875104162.
- Necesitan donaciones de carne, verduras y comestibles no perecederos. Atienden solo los martes a más de 300 personas.
- El comedor y merendero "Hermanitos del corazón" está ubicado en la manzana 514 B, lote 24, de barrio Primera Junta y el celular es 3875216703.
- Atienden a más de 40 chicos los martes y jueves al mediodía. Necesitan donaciones de alimentos y además un heladera.