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Crece el caos ante la tragedia. En el área afectada por el naufragio del crucero Costa Concordia, que encalló el viernes pasado, se detectó que la nave está perdiendo líquidos, aunque se desconoce si se trata de combustible. A su vez, se continúa con la búsqueda de 29 personas desaparecidas y, hasta el momento, son seis las víctimas fatales.
En este contexto, el Gobierno de Italia tomó la decisión de declarar el estado de emergencia en el área afectada por el naufragio del crucero Costa Concordia, tras haber detectado que la nave estaría perdiendo líquidos, anunció ayer el titular de Medio Ambiente, Corrado Clini.
Aún se está por confirmar si se trata de una parte de sus 2.380 toneladas de carburante. Hasta el momento, las autoridades han desplegado barreras protectoras que restringen el paso de combustible en caso de que se vierta, luego de que helicópteros que sobrevolaban la zona divisaran algunas manchas en el agua.
Con el pasar de las horas, la preocupación crece por el tremendo daño ambiental que podría ocasionar este hecho.
Los datos oficiales destacan que entre las víctimas mortales se encuentran cuatro turistas, dos franceses, un italiano y un español identificado como Guillermo Gaul, así como un peruano de la tripulación, Tomás Alberto Costilla Mendoza, de 49 años, quien murió por ahogamiento. En este sentido Luciano Roncalli, bombero que forma parte del equipo de rescatistas, dijo que todas las áreas de la parte sumergida ya fueron revisadas, lo que indica que hay pocas esperanzas de encontrar a más sobrevivientes.
Cabe recordar que los equipos de rescate tuvieron que interrumpir tres horas la carrera contra el reloj, debido al mal tiempo imperante.
La “broma” del capitán
Los investigadores dicen que el barco estaba demasiado cerca de la costa y la compañía propietaria, Costa Cruceros, señaló que el capitán, que ha sido arrestado, realizó una rápida maniobra para “saludar” a la gente de la isla.
Francesco Schettino ha rechazado los cargos de homicidio involuntario y su abogado, Bruno Leporatti, afirmó que la decisión de su cliente de anclar la embarcación en un extremo para acercarla a la costa, después de la colisión, salvó las vidas de miles de personas.
El padre del jefe de camareros del crucero contó que su hijo lo había llamado antes del accidente para decirle que la tripulación saludaría con la sirena del barco cuando pasaran cerca de Giglio, donde ambos residen.
“El barco, obviamente, se acercó demasiado”, opinó Giuseppe Tievoli, de 82 años.
“No sé si Antonello (su hijo) le pidió al capitán que se acercara, pero la responsabilidad es siempre del capitán”, añadió. Schettino también ha sido acusado de abandonar el barco antes de que se evacuara a todas las personas que iban a bordo.