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Los legisladores estadounidenses en el Congreso negociaban ayer contrarreloj y con premura para intentar encontrar un acuerdo que evite que el país sufra una brutal cura de austeridad, conocida bajo el nombre de “precipicio fiscal”, solo a pocas horas del final del plazo que vencerá mañana a la medianoche.
Los consejeros de los jefes de filas del Senado, controlado por los aliados demócratas del presidente Barack Obama, trabajan en la elaboración de un acuerdo que resulte aceptable tanto para los demócratas como para los republicanos, que dominan, por su parte, la Cámara de Representantes.
“Las discusiones están en curso”, declaró ayer un alto consejero republicano, subrayando que los detalles de un eventual acuerdo no serán hechos públicos antes de que los dirigentes de los partidos informen previamente hoy a sus grupos parlamentarios.
En su comunicación semanal, Barack Obama pidió al Congreso que evite a la clase media un aumento del impuesto sobre la renta.