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Tras las declaraciones del delegado de ATE en la zona Norte, Rubén Moreno, quien fue víctima de un atentado con bombas molotov contra su domicilio, hecho perpetrado en la mañana del domingo en Salvador Mazza, dos concejales olmedistas de la localidad, Eulogio Antezana y Rafael Ruiz, aseguraron ayer a El Tribuno que los hechos acaecidos en contra del delegado gremial son producto de una feroz interna que se debate en el municipio local por el control de la recaudación tributaria.
Informaron al respecto que las diferencias entre personajes allegados al municipio (a quienes no quisieron nombrar) y el delegado gremial, provocaron a manera de venganza los vandálicos hechos que tomaron estado público y que fueron dados a conocer por El Tribuno.
Para el edil Antezana “el problema se venía venir ni bien se aprobó de manera irregular un aumento sustancial de la unidad tributaria del municipio, que pasó de $0,80 a $1,30, aumentando inmediatamente la recaudación en el concepto de cobro de tasa de repavimentación, que se le aplica en las garitas de Salvador Mazza y Caraparí a todos los camiones nacionales y extranjeros, con pagos diferenciados para uno y otro: un transporte nacional debe oblar al municipio $55 al ingresar, en tanto un extranjero debe pagar, por lo mismo, $155 pesos al ingresar y otro tanto al egresar”.
Según los concejales opositores, “la ordenanza de marras fue girada desde el Ejecutivo para su tratamiento con gravísimos errores de forma pero aún así fue aprobada por solo cinco concejales en una fugaz sesión que no alcanzó a durar cinco minutos”, expresaron indignados.
“Inmediatamente se puso en vigencia y esta nueva grilla tributaria aumentó en gran manera la recaudación diaria, que pasó de 23.000 pesos a casi 40.000”, argumentaron.
En tanto, el concejal Rafael Ruiz, del mismo partido Salta Somos Todos, aseguró que la relación entre ese dinero público y el atentado es irrebatible, toda vez que el delegado de ATE le hizo conocer a quienes luego demandó enormes deudas a los empleados y prestadores que no son atendidas por falta de fondos. Ese reclamo, a nuestro parecer, motivó una respuesta violenta”.
“No nos cabe duda que detrás de estos hechos están aquellos que están viviendo de la recaudación diaria del municipio, bajo un contrato que les otorga un porcentual inimaginable de los dineros públicos”.
“Para que tengan una idea”, dijo Antezana, “a nosotros no nos pagaron las dietas desde que asumimos”.