¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
23°
25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Amado Boudou, la mancha de Ciccone

Domingo, 08 de abril de 2012 13:41
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Daba toda la imagen de una juventud que ya lo dejó hace tiempo y se mostraba haciendo música con su amigo Manu Quieto, en la Mancha de Rolando. Mientras la agrupación cobraba una fama inusitada y, de paso, aumentaba su cachet, Boudou se instalaba como un transgresor maduro, de edad incierta y desparpajo casi adolescente.
De adolescente no tiene nada, por cierto. En noviembre pasado cumplió 48 años de una vida que transcurrió siempre al calor del dinero.
El escándalo Ciccone destruyó el encanto. Demasiado solo ante un hecho que lo muestra utilizando el poder del Estado para beneficiar a una empresa presidida por alguien a quien su propia mujer señala como testaferro del vicepresidente. Boudou se defendió acusando a la prensa, a otros funcionarios y al juez Daniel Rafecas. Es tan complicada su situación que el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, la comparó con el escándalo Skanska: anticipó que va a terminar igual, archivado. Al parecer, Rafecas tiene otra idea, porque le allanó la casa y descubrió un vínculo de Boudou con su presunto testaferro.
A estas horas, en las fotos, Boudou aparece solo. Cuando aparecía acompañado solía meterse en problemas. Baste recordar la famosa fotografía donde está abrazado con Cristian Favale, el barrabrava acusado del asesinato del militante del PO, Mariano Ferreyra. O aquella otra donde comparte escenario con Gabriel Mariotto, su socio ausente en las conferencias de prensa y con Sergio Schoklender.
El vicepresidente tenía doce años cuando comenzó la dictadura y en la universidad se enroló en las fuerzas neoliberales de Alvaro Alsogaray, donde compartió militancia con Ricardo Echegaray, Sergio Mazza y Diego Bossio, figuras que serían claves en su conversión al kirchnerismo.
Los viejos conservadores decían: “Quien a los 20 años no es socialista, no tiene corazón; quien a los cincuenta no es conservador, no tiene inteligencia”. Boudou pareciera haber hecho el camino inverso.

 

De Ciccone, nada  

De Ciccone, Boudou todavía no explicó nada.
El escándalo con la empresa gira en torno de la emisión de billetes. Nadie se explica por qué el ministro de Economía y luego vicepresidente de un gobierno predispuesto a las soluciones estatistas puede quedar envuelto en un escándalo en torno de la impresión de dinero, que bien podría hacerlo la Casa de Moneda.
La Compañía de Valores Sudamericana S.A. (ex-Ciccone Calcográfica S.A.), tuvo evidentes apoyos, justificados por la preservación de las fuentes de empleo. Es claro y explícito, según el relato de Boudou y Echegaray, el interés por mantener a esta empresa en el negocio, que es grande, y que le permite ahora ser la elegida para imprimir 1.200 millones de billetes.
En febrero, el fiscal federal Carlos Rívolo se hizo eco de una denuncia que había realizado en julio pasado el escritor Jorge Asís en su blog. El fiscal avanzó en la investigación sobre la compra de la empresa Ciccone Calcográfica, que pasó a manos de The Old Fund SA, presidida por Alejandro Vandenbroele, registrado fiscalmente como monotributista, a quien le adjudicaron la impresión de 700 millones de billetes de 100 pesos a cambio de 50 millones de dólares.
La exmujer de Vandenbroele acusó a su esposo de ser testaferro de Boudou.
Boudou está hoy en manos de dos jueces nombrados por los Kirchner: Daniel Rafecas, quien el jueves allanó el departamento de Puerto Madero, y Ariel Lijo, a cargo de una denuncia por enriquecimiento ilícito contra el vicepresidente. En la denuncia se menciona a “los supuestos testaferros” del funcionario, “entre quienes se encontrarían Alejandro Vandenbroele, José María Núñez Carmona y Agustina Kämpfer”, pareja del vicepresidente.
 

El armado de una empresa  

La firma Dusbel SA es del uruguayo Daniel Gonzalo García Belhot. Controla el 50 por ciento de The Old Fund SA y, de ese modo, la nueva Ciccone, que preside el abogado y monotributista Vandenbroele.
José María Núñez Carmona es íntimo amigo y socio comercial de Boudou; Vandenbroele es abogado de José María Núñez Carmona.
Los amigos de Boudou llegaron a cuando la situación financiera de Ciccone Calcográfica era de quebranto. En 2010, tras un pedido personal del titular del ente recaudador, Ricardo Echegaray, el juez Javier Cosentino dictó la quiebra. En septiembre, la levantó a favor de The Old Fund SA, después del pago de 567 mil pesos.
Cuando intentó explicar el extraño levantamiento de la quiebra, Echegaray informó que Boudou, en su calidad de ministro, benefició económicamente con una resolución oficial a la empresa conducida por Vandenbroele. El resultado fue una moratoria extraordinaria de la AFIP, en 168 cuotas con una tasa de apenas el 0,5 % por ciento de interés.
El juez Rafecas aseguró que “está claro” que Boudou favoreció la entrada de The Old Fund en la ex-Ciccone. El jueves allanó el departamento que Boudou le alquila a Fabián Carosso Donatiello, amigo de Vandenbroele. Allí se descubrió que el monotributista, abogado, titular de la ex-Ciccone y presunto testaferro de Boudou, Alejandro Vandenbroele había pagado las expensas de agosto último.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD