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Algo más que una cuestión de límites en campo Belgrano

Domingo, 10 de junio de 2012 12:22
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Cuando parecía que se disipaba la controversia por el monumento de Manchalá, erigido justamente en el campo militar General Belgrano, apareció otro tema que amenaza ser tan o más polémico que el anterior. Todo comenzó cuando ediles capitalinos iniciaron gestiones a favor del traspaso del predio a la comuna salteña.

Hasta los concejales de San Lorenzo se involucraron cuando dijeron que “una multitud de juicios se podría iniciar” si el predio cambiaba de destino, dando a entender que la donación de la Provincia a la Nación, hecha hace 110 años, había sido condicionada. Otros dijeron públicamente que si el Ejército había vendido antes predios para barrios privado como La Almudena y otros, bien podría transferir ahora las tres mil hectáreas para ampliar la urbanización de la ciudad.

Donación y límites

En primer lugar, hay que decir que la donación hecha por la Provincia a la Nación en 1902 fue sin cargo. Y segundo, que los terrenos sobre los cuales se construyeron los barrios privados, al sur de la ruta a San Lorenzo, nunca fueron del Ejército. Y pruebas al canto. El 5 de abril de 1902, la Legislatura provincial sancionó la ley 76 (número original), norma que días después fue promulgada por el gobernador Angel Zerda. Esa ley dice en su artículo primero: “Declárase de utilidad pública y autorízase al Poder Ejecutivo de la Provincia para expropiar, con arreglo a la Ley en la materia (de expropiación), el área de terreno necesario para el establecimiento de un campo de maniobras, y cederla al Gobierno Nacional con ese objeto”. Como se puede ver, la donación fue sin cargo; simplemente informa sobre el destino que tendrá el predio, sin imponer condición en caso de que deje de ser campo militar.

Con respecto a que los predios del sur del camino Salta-San Lorenzo fueron del Ejército, el decreto 97, del 14 de mayo de 1902, ilustra y aclara en el artículo 2§ cuando dice: “La autorización, que confiere el Poder Ejecutivo en el Art. 1§ de la citada ley del 5 de abril (76) designa expropiables los terrenos de la finca Buena Vista, comprendidos entre el río Vaqueros por el norte, sus límites naturales por el naciente (ruta de Salta a Jujuy), y por el oeste las Lomas de Patrón (Lomas de Medeiros) hasta el arroyo de San Lorenzo, divididas por una línea que, partiendo a unos 150 metros más o menos al norte del parque 20 de Febrero (actual avenida Arenales), corra paralela al río Vaqueros y vaya a terminar al arroyo de San Lorenzo; y los terrenos de diversos propietarios, comprendidos entre el límite sur de Buena Vista y la referida línea imaginaria; todo de acuerdo con el plano del Ministerio de Guerra”.

 Hubo varios intentos para que la ciudad avanzara sobre esas tierras

La idea de que la ciudad avanzara sobre el actual campo militar es de vieja data. La Provincia la donó en 1902.

Cuando en 1901 el general Pablo Riccheri comenzó a organizar profesionalmente el Ejército Argentino, compró tierras en distintos puntos del país para establecer bases militares que, según instrucciones, debían “estar alejadas de los centros urbanos”.

Los predios adquiridos fueron: Campo de Mayo, al noroeste de Buenos Aires; Campo General Belgrano, al norte de Salta; Campo General Paz, al oeste de Córdoba; Campo Los Andes, en la ciudad de Mendoza, y Paracao, en Entre Ríos. Sobre esa base, el país organizó sus regiones militares.

Propuestas anteriores

La idea de que la ciudad avanzara sobre el actual campo militar es de vieja data. El primer intento fue del gobernador Juan Ramírez de Velazco, sucesor de Hernando de Lerma. Proyectó la mudanza a cercanías del río Vaqueros, con el nombre de San Felipe de la Nueva Rioja, pero obviamente fracasó.

Más acá en el tiempo, otro con una idea similar fue don Juan Carlos Dávalos. Lo expuso en un artículo publicado en diario El Intransigente, el 20 de enero de 1943, con el título “Conquista del noroeste”. Abogó por la expropiación del campo militar y las Lomas de Medeiros para ampliar el ejido de la ciudad, añadiendo que: “Ninguna ciudad argentina podría superar entonces las bellezas de nuestra capital”. Un mes después, el gobernador conservador Ernesto M. Aráoz solicitó un empréstito de 350.000 pesos para comprar un predio y permutarlo después por Campo Belgrano, pero el proyecto tampoco prosperó.

Historia del predio

A fines del siglo XVIII y principios del XIX, la ciudad de Salta se extendía por el norte hasta el Tagarete de Tineo, actual avenida Belgrano. El zanjón llevaba el nombre de Tineo porque allí comenzaba, hacia el norte, el predio rural de la familia de Tineo, heredado de Rosa de Escobar Castellanos, casada con Juan Victorio Martínez de Tineo. Esta señora adjudicó Buena Vista a su hija María Felipa Tineo, que casó con Miguel Vicente de Solá.

De esta unión nació Victorino Solá Tineo, heredero de Buena Vista. Sus descendientes retuvieron la propiedad hasta que el Gobierno de la Provincia la expropió para donarla a la Nación en 1902.
 

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