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Isabel Yaconis integra la Asociación Madres del Dolor junto a otras siete mamás. Es una mujer simple y tenía una vida sin sobresaltos, dedicada a sus hijas, hasta el 21 de abril de 2003. Ese día, a ocho cuadras de su casa, fue asesinada su hija Lucila, de 16 años. Había estado en la casa de su abuela y a las 18.40 fue atacada por un hombre que intentó violarla.
Un testigo del momento del ataque no intervino porque el abusador aseguró que la chica era su novia y, pese a los gritos y resistencia de la jovencita, no la socorrió.
Lucila fue tenaz en su resistencia a la violación y por eso fue asesinada. Aún hoy no hay un condenado por la muerte de la adolescente. Este hecho cambió la vida de Isabel. Desde 2003 busca que la Justicia encuentre y condene al asesino de su hija.
En diálogo con El Tribuno, destacó que el trabajo de la asociación es dar contención y apoyo a los familiares de las víctimas.
Señaló que les brindan asesoría legal a los familiares “porque la gente común no sabe cómo actúan los fiscales y los jueces”.
¿Cuál es su análisis de lo ocurrido en Salta con María Luján Peñalva y Yanina Nesch?
Las noticias que nos llegan a Buenos Aires son demasiado claras y no dejan una puerta abierta a la duda. Hablan de que las chicas habrían comprado ciertos elementos como cintas y cuerdas, de que hay ciertos mensajes en uno de los celulares, conversaciones y consultas de páginas en internet. Son muchas pautas que indican que se trata de un suicidio. Por supuesto que los papás, en Madres del Dolor, hemos tenido casos de suicidio, nunca jamás van a aceptar que esa sea la verdad. Es sumamente doloroso por la misma culpa que se siente de no haberse dado cuenta de lo que le estaba pasando a su hijo. Siempre decimos que cuando alguien amenaza con que se va a matar es muy posible que no lo haga. El que está decidido a hacerlo no lo dice, no se adelanta a comunicarlo. Imagino el dolor de estos papás. Yo pasé por la pérdida de una hija y uno no encuentra respuesta. No hay respuesta. En esta caso parecería que no hay signos de violencia -y si las pericias se hicieron en un lugar en el que se puede confiar, donde hay una seguridad jurídica- ¿cuál fue el motivo de la muerte?
Ahora, la única duda que yo me planteo es si las chicas vieron algo que no tendrían que haber visto, o alguien les ofreció algo como salir del país. Siempre está latente el tema de la trata de personas y a lo mejor frustraron una salida del país. Eso es lo que yo puedo llegar a pensar.
Salta fue escenario de varios crímenes contra mujeres en los últimos meses y ninguno fue juzgado aún...
Recuerdo muy bien el caso de las jóvenes francesas. Además me conmocionó tanto porque se trató de chicas jóvenes y además en una ciudad tan turística como es Salta. En este caso los cuerpos mostraban signos de violencia. En el caso de Yanina y María Luján los cuerpos todavía no han hablado. Durante una reunión hablamos de estos casos y pensábamos en estas jóvenes. En algunas zonas del país las mujeres tienen menos voz y son tapadas por las voces de los varones, tal es el caso de Romina Tejerina en Jujuy, que es una chica a la que yo sigo defendiendo. Romina contaba que su padre era tan severo que nunca se le había ocurrido contarle que estaba embarazada. Quizás ese temor de Romina la llevó a terminar en la tragedia que terminó. A lo mejor en el caso de Yanina y María Luján no tuvieron el coraje de hablar de lo que las estaba atormentando y pensaron que no iban a ser comprendidas.
¿Qué consejo le daría a estos padres?
Espero que estos padres encuentren un poco de paz. Descartar todo y confirmar que no se trató de un homicidio y luego ir a terapia, porque es muy triste aceptar el suicidio de un hijo.
¿Cómo funciona Madres del Dolor?
Tenemos una página web: www.madresdeldolor.org.ar. Nosotras decimos siempre que cuando el teléfono suena en la asociación es porque alguna tragedia ocurrió. Hacemos acompañamiento, damos asesoramiento jurídico y esto es totalmente gratuito. No patrocinamos las causas porque no tenemos abogados para seguir los casos a futuro. Lo que sí tenemos es la experiencia de saber cómo se manejan los fiscales, cómo se comportan los jueces. Todo lo que la gente común ignora porque los que vivimos dentro de la ley -como me pasó a mí- no tenemos cuidado de algunas cosas. En mi caso cuando menos lo esperé me vi involucrada en la pérdida de mi hija. Ahí aprendí cómo era el sistema. Al calzar los mismos zapatos y el mismo dolor de los padres que se han quedado sin sus hijos se aprende a acompañar. Hoy somos siete mamás que perdimos a nuestros hijos en distintos hechos de violencia. Estamos al tanto de todo lo que ocurre en el país y en muchas ocasiones nos hacemos escuchar y reclamamos una política de seguridad que hoy el país no tiene. Entonces los funcionarios se enojan con nosotras, mientras que los familiares de las víctimas nos acompañan.
¿Hay otra forma de comunicarse con ustedes o tienen sedes en las provincias?
Estamos únicamente en la ciudad de Buenos Aires. La asociación no tiene otra sede, pero tenemos un 0800 que es gratuito para todo el país. Es el 0800-229832.
La Asociación le cuestionó a la ministra Nilda Garré la falta de un plan nacional de seguridad contra la violencia. ¿Tuvieron respuestas?
Hasta ahora la única respuesta es el silencio. No hubo ningún compromiso y nos molesta el discurso de que en toda Latinoamérica somos el país con menos homicidios. Ostentamos una baja en la cantidad de víctimas con respecto a los otros países de América Latina. Para nosotros, para una madre a la que le han matado un hijo víctima de un delito, esto no nos conforma. Hoy la seguridad no está en la agenda de nadie.
¿Analizan alguna propuesta para mejorar la seguridad?
Creemos que primero hay que resolver los casos de la cantidad de gente que está detenida sin juicio, además están los casos de personas que cumplieron la tercera parte de sus condenas y los jueces los dejan en libertad sin un seguimiento posterior. Hoy no se cuenta con un estudio de las pericias psicológicas previas a la liberación.
Creemos que el sistema carcelario no está funcionando. Se supone que la cárcel ayuda a rehabilitar a las personas y lo que se ve -por lo menos en Buenos Aires- es que muchos delincuentes con prontuarios muy graves están en libertad y vuelven a delinquir. No hay un patronato de liberados que alcance, porque es más la cantidad de gente que está fuera de la que está detenida. Creo que el cambio no es poner a más policías en la calle. No alcanza con eso porque si los escalones que hay que subir para que se haga justicia son ineficientes, se cae en rodada. Como sucede ahora. Nosotras no somos las especialistas, somos las afectadas, y lo que vemos son las muertes y son todas de jóvenes.
¿Ustedes apoyan la reforma del Código Penal?
Creemos que lo que hay que reformar es el Código de procedimientos. El Código Penal ha sufrido miles de parches y ahora lo que están fallando son los procedimientos. Vemos que un chico por robar una caña de pescar está preso y que una persona que va a una rueda de reconocimiento por un robo con armas hasta que no llega el juicio está en libertad. Los procedimientos no están funcionando.