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Con más oficio que buen fútbol y por las carencias que Independiente mostró en el segundo tiempo, Boca Juniors, sin sobrarle demasiado, se quedó con un triunfo que lo mantiene en lo más alto y en soledad.
La saludable intención de Independiente de salir a buscar el resultado, y no a apostar a los cuidados excesivos, derivó en un espectáculo entretenido durante la primera etapa.
Hubo dos situaciones de riesgo: primero Ustari pifió al cortar un centro y Farías no llegó a conectar, y el equipo de Julio Falcioni respondió con dos entradas libres por la izquierda de Sánchez Miño que, por poco, no fueron gol. El desarrollo del juego fue evidenciando cierta superioridad de Independiente, que hizo pie en el medio por las falencias de Leandro Somoza y aprovechó las debilidades defensivas de Boca, sobre todo por la punta del uruguayo Albín.
Por allí justamente llegó la apertura del marcador, una estupenda jugada individual de Osmar Ferreyra que terminó con un centro y un rebote en Matías Caruzzo para decretar el 1-0.
Pero este Independiente, aún con la reciente llegada de Gallego y a pesar de generar las mejores oportunidades de peligro (dos de Farías, una de Rosales, otra del Malevo Ferreyra), padece de insuficiencia moral, no tiene reservas anímicas. Y, en la primera reacción, Boca empató con un gol del uruguayo Santiago Silva.
Iban 26 minutos. De allí hasta el final del primer tiempo todo fue más equilibrado. Y al inicio del complemento, Boca lo liquidó.
Apenas había pasado el minuto cuando Velázquez salió jugando desde el fondo e hizo un pase lateral hacia la derecha para Fredes, pero Sánchez Miño lo madrugó, eludió a Tula y definió con un remate fuerte al que Hilario Navarro no le opuso demasiada resistencia. Independiente había sido mejor, pero perdía 2 a 1.
Sin explicaciones, el Tolo Gallego buscó respuestas en el banco e hizo los tres cambios antes de que Falcioni hiciera uno en Boca. El primero, obligado, fue Cáceres por Tula; los otros dos, Vargas por Rosales (flojo lo del enganche) y Vidal por Fredes. No funcionaron las modificaciones en el rojo y a Boca, con Sánchez Miño (la figura) bien acompañado por Erviti y Silva, se le hizo más cómodo el camino hacia los tres puntos.
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