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Un exapoderado y amigo íntimo de Iñaki Urdangarín y dos empresarios implicados en el caso de corrupción “Nóos” declararon ayer ante la justicia y complicaron aún más al yerno del rey de España, quien podría afrontar una pena de 17 años de prisión.
El juez de Palma de Mallorca, José Castro, interrogó en calidad de imputado a Mario Sorribas, amigo personal de los duques de Palma y apoderado de Aizóon, cuya propiedad comparten al 50% Urdangarín y su esposa, la infanta Cristina.
Urdangarín y su exsocio Diego Torres habrían desviado a Aizóon parte de los seis millones de euros que se apropiaron a través de la Fundación Nóos, una entidad supuestamente sin fines de lucro que obtuvo contratos sin que mediara licitación de los gobiernos balear y valenciano, en manos del Partido Popular (PP).
Según fuentes judiciales, Sorribas aseguró ante el juez que él era el único trabajador en Aizóon y el resto eran “empleados fantasmas”. El juez también tomó declaración a Miguel Zorío, empresario que facilitó los contratos de Nóos con la administración valenciana, y quien afirmó que Urdangarín ordenó manipular una factura para cobrar más de 240.000 euros. En tanto, otro empresario, Alex Sánchez Mollinger, reveló al magistrado que Urdangarín cobró 10.000 euros por cada reunión que celebraba para buscar un patrocinador para el Valencia Club de fútbol y que facturaba a través de Aizóon. Sánchez Mollinger sostuvo que cobró para Urdangarín 140.000 euros.