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No se puede cuestionar el éxito de la misa del papa Francisco en la playa Copacabana hace una semana. Pero en términos físicos, la cantidad de fieles que asistieron es otro asunto.
El Vaticano informó que una cifra histórica de 3,7 millones de personas asistieron a la misa, cantidad que la habría convertido en la segunda más grande de la historia. Pero los especialistas echaron un balde de agua fría sobre esas estimaciones, al afirmar que no fueron ni la mitad.
El director de investigaciones de Datafolha, una de las principales firmas de encuestas y estadísticas de Brasil, dijo que sobre la base del tamaño del área y estimados razonables de densidad, coloca la multitud que asistió a la misa del domingo en cerca de 1,5 millones de personas.
Cabe señalar que funcionarios vaticanos y organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud no alardearon ante la prensa sobre la cantidad de personas que asistieron a la misa.
“Es una vieja historia que las organizaciones siempre exageran el tamaño de la multitud porque quieren que la actividad se vea lo mejor posible”, dijo Clark McPhail, profesor emérito de Sociología de la Universidad de Illinois que ha estudiado estos conteos durante cuatro decenios.
McPhail se asombró cuando escuchó el estimado del Vaticano en una zona de Copacabana y calles adyacentes de unas 50 hectáreas.
Densidad por metro cuadrado
Según el Vaticano la densidad en toda la zona habría sido de 7,4 personas por metro cuadrado, lo que no permitiría movimiento de ningún tipo, mucho menos saltar, mover los brazos, cantar o bailar, como se vio en las actividades del papa. Videos y fotos mostraron que aunque la zona estaba repleta, la cantidad de personas era menor.
Es que un estimado de asistentes más elevado sería un gran impulso para los partidarios del Sumo Pontífice, quienes alegarían que la multitud le dio un mandato popular para enfrentarse a funcionarios del Vaticano que no ven con buenos ojos sus planes de reformar la burocracia de la Iglesia católica, también afectada por numerosos escándalos.
La exagerada cifra también ofreció una excusa a los funcionarios municipales de Río, donde los problemas logísticos durante la visita del Papa hicieron que se cuestionara la capacidad de la ciudad para celebrar el Mundial en 2014, para no hablar de los Juegos Olímpicos de 2016.
Los que asistieron a las actividades papales se quejaron del pésimo sistema de transporte público de la ciudad, la falta de habitaciones de hotel asequibles, la necesidad de más baños públicos y un sector de servicios que no pudo hacer frente a necesidades como un simple almuerzo. En ese contexto, un conteo de personas más elevado daría a las autoridades locales, más espacio para respirar.
Quizás no fue coincidencia que el alcalde de Río, Eduardo Paes, fuera el primero en mencionar que 3 millones de fieles asistieron el sábado a la vigilia. “Los organizadores nos dieron esas cifras”, dijo Nara Franco, portavoz del alcalde.
“Nos basamos en las cifras de eventos anteriores en Copacabana, como la fiesta de Año Nuevo, el Carnaval de Río y conciertos”, dijo Carol Castro, portavoz de la Jornada.
Datafolha no ofreció un cálculo de cuántas personas asistieron a la misa, pero sí calculó oficialmente otra multitud en una actividad del Papa, la reunión del jueves con jóvenes católicos en la playa, en 865.000. El estimado del Vaticano de la misma actividad fue de 1,2 millones.