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1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Con los asesinos no nos acostamos

Domingo, 09 de noviembre de 2014 15:34
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"Las putas de San Julián" estremece. La historia oficial enmudece ante la ignominia y la crueldad de los sucesos de 1922 actualizados por esta obra teatral que se vió el sábado en el Salón Auditórium, en una gira del Teatro Nacional Cervantes.
En el comienzo nomás, Osvaldo Bayer, de 87 años, representándose a sí mismo, aparece en escena para recordar cuando el exministro peronista José López Rega lo obligó a exilarse 8 años y lo amenazó de muerte, y cuando la expresidenta Isabel Perón prohibió "La Patagonia rebelde", filme escrito por Bayer en 1974, que da origen a obra "Las putas de San Julián" dirigida por Rubén Mosquera. La enorme imagen de Osvaldo Bayer parece salirse de escena para meterse en cada espectador, por su convicción de maestro, por su forma de pararse frente a la injusticia, los atropellos, la violencia, los abusos.
Fue durante la filmación de "La Patagonia rebelde", que Soriano escribió, cuando supo del burdel de La Catalana, adonde iban a "divertirse los "soldados del Ejército Argentino" enviados por el expresidente Hipólito Yrigoyen para sofocar un reclamo obrero. Los uniformados asesinaron a 1500 peones por "subversivos", por reclamar por algunos derechos básicos que los latifundistas no cumplían.
En el escenario, las prostitutas comentan lo que pasa afuera, intercambian información que les llega por sus "clientes"; se preocupan porque los peones de las estancias "están en problemas y son buena gente", a diferencia de los soldados que llegaron al sur "para matar" y ahora "tienen las manos manchadas con sangre". Se las ve, también, en formidables actuaciones cuando son torturadas, manoseadas y abusadas, por repugnantes jefes militares que pretenden obligarlas a decir "quién decidió que no van a recibir a los hermosos y rubios soldados de la Patria". "Todas", respondió cada una pese a los atroces interrogatorios. Y todas gritaron, cada vez, "no nos acostamos con asesinos". Como era de esperar, los militares llegaron a la casa, ellas solo pudieron resistir con palos de escobas. Poco se supo después.
"Las putas de San Julián" es un canto a las convicciones y a la dignidad. Es una historia que nos interpela como sociedad, como la describió el director Mosquera.

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