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Gimnasia y Tiro: bochorno y escándalo

Domingo, 11 de mayo de 2014 12:46
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Fue triste que todo lo bueno que hizo Gimnasia y Tiro en el Argentino A en lo que va del año se vea opacado por el bochornoso final de ayer, en el 2 a 1 de la revancha a favor de Guillermo Brown de Puerto Madryn, que al albo se le escapó de las manos tras comenzar ganando con gol de Gastón Suso. El albo perdió un partido increíble a raíz de sus distracciones del final y de la “ayuda” del árbitro bonaerense Eliseo Acosta al local, al adicionar ocho minutos en un final caliente (el gol del triunfo de los sureños llegó en el séptimo minuto de adición). Pero el resultado, y hasta la eliminación del albo, terminaron siendo anecdóticos.

Gimnasia también perdió tras el pitazo final, porque fue parte de un bochorno que no encuentra solo a los dirigidos por Salvador Ragusa como culpables, sino también a los futbolistas locales, a la hinchada de la banda y a la Policía, que reprimió a los jugadores del millonario, permitió la invasión de hinchas al campo y también a la zona de vestuarios (allí Franco Asencio recibió una pedrada en la cabeza que le originó un corte y robaron pertenencias a jugadores).

El partido se había caldeado con el 1 a 1 parcial; allí Francisco Vazzoler vio la roja (41' del segundo tiempo) y luego se trenzó con jugadores de Brown. Minutos más tarde, Velázquez respondió a una provocación del Arenero y también se fue expulsado, no sin antes golpear al asistente Darío Rojas en el rostro. Acosta decidió parar el partido por su convulsión y luego tomó la polémica decisión de adicionar ocho minutos, lo que terminó colaborando para que Brown pase a ganarlo con gol de Diego Giménez en los últimos segundos. La impotencia por la cachetada de la eliminación sacó de sí a los jugadores de Gimnasia. Según relatan cronistas locales, en el saludo final, Juan Mauri le asestó una violenta trompada a Franco Flores que lo dejó nocaut. Allí reaccionaron los de Coleoni y todos se trenzaron a golpes en el campo. La Policía, vergonzosamente, en lugar de garantizar la seguridad, dejó que los hinchas invadan la cancha mientras reprimía a los jugadores del albo (el que peor la ligó fue Héctor López). Para colmo, particulares invadieron al vestuario del albo y sustrajeron elementos personales de los jugadores y hasta del árbitro. Bochornosa fue la reacción de los jugadores de Gimnasia y también de los de Brown. Pero más aún de los que debían garantizar la seguridad.

Papel digno desde el fútbol

Más allá de lo tendencioso del arbitraje y así como fue repudiable la actitud de los jugadores de Gimnasia al no bancarse la derrota con Brown de Madryn e iniciar una batahola, que también involucró a los locales y a la Policía, también hay que rescatar el digno papel del albo adentro de la cancha en todo un semestre y de la mano de Salvador Ragusa, que lo llevó a cumplir el objetivo planteado de zafar del descenso y caer de pie en el primer play-off de un sueño trunco de ascenso.
Gimnasia no fue menos que Guillermo Brown a lo largo de los 180 minutos. Tras sacar la ventaja en la ida, ayer arrancó pisando fuerte en la revancha y ganándola con gol de Gastón Suso (a los 8’ de partido), plasmando fútbol y orden en los primeros 45’. Respondió golpe por golpe, salió a jugar (como en casi todo el 2014), se plantó en campo enemigo y jugó contra los nervios y la desesperación del conjunto de Coleoni. Pero todo lo bueno del primer tiempo se derrumbó en la última etapa. Entonces, el albo cometió todos los errores juntos: se replegó muy atrás, dejó hacer al local, cometió excesivas faltas y descuidó las marcas de Zampedri y Giménez en los goles.

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