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Para la masa mayoritaria de hinchas de Gimnasia y Tiro Leandro Zárate no es menos que un intocable: su entrega en cada partido, sus goles y sus gestos de compromiso y amor con el club lo convierten en una figura muy cercana a la de ídolo.
Sin embargo, todo lo bueno que supo construir quedó apenas empañado por una pequeña “mancha”, aunque su error no logra a salpicar la consideración y el amor de los hinchas hacia el atacante cordobés.
La Chancha se pasó de rosca con el árbitro Luis Lobo Medina (de flojo desempeño), quien no le perdonó un reproche y terminó mostrándole la roja apenas transcurrida la primera media hora de juego, con el 1-0 parcial y con la necesidad de Gimnasia de gestar una ventaja superior para viajar con relativa tranquilidad al sur del país. Al delantero lo traicionó su temperamento: cometió una infracción en ataque en un tiro de esquina, el juez tucumano lo advirtió y el goleador del millonario reaccionó y se excedió verbalmente. Inmediatamente, recibió la amarilla y se exasperó peor, por lo que inmediatamente fue expulsado y se le fue al humo al árbitro. Sus compañeros tuvieron que detenerlo para evitar que la cuestión pasara a mayores.
Luego, en el entretiempo, con los ánimos más templados, se dirigió al vestuario de Lobo Medina para pedirle disculpas. Lo cierto es que la Chancha dejó a su equipo diezmado en un partido complicado y su ausencia se sentirá en Madryn.
“Le dije al árbitro que nos estaba cobrando todo en contra. Antes, me advirtió que no quería ninguna protesta porque a él lo están por ascender a la B Nacional. Pero después le dije que yo también me estoy jugando un ascenso. Me dijo que lo apunté con el dedo, pero juro por mi hijo que no fue así. Le pedí disculpas como debe ser. Pero si yo me equivoqué, él también se equivocó, porque no le dije nada malo. Yo creí que fue roja directa, pero él me dijo que me echó por doble amarilla. Ojalá sea así y sólo reciba una fecha. En ningún momento lo insulté, pero ellos (los árbitros) tienen el poder y lamentablemente lo terminé pagando”, manifestó Zárate sobre la polémica.
Zárate pidió jugar el Anual
Zárate reconoció su culpa por un error en el que lo traicionaron sus pulsaciones. Pero su yerro no quita su grandeza. Y uno de los motivos por los cuales se ganó el cariño de la hinchada es su compromiso. Tras el partido, la Chancha le pidió al DT Ragusa autorización para jugar por el torneo Anual con el fin de no perder ritmo (estaría el miércoles ante Atlético Salta. “No estuve en Mar del Plata y hoy -por ayer- no jugué ni 30 minutos. Estaré tres semanas parado y necesito hacer fútbol. Tengo mucha fe que los muchachos van a clasificar en Madryn”, expresó el goleador.
UNO POR UNO
Martín Perelman (7): Otra vez le salvó las “papas” a Gimnasia en los momentos en los que más descompensado se encuentra. El “uno” fue clave en dos tapadas fundamentales a Zampedri (un mano a mano a los 29’ del complemento y un tiro libre que transformó al “uno” en héroe en la última del partido).
Rodrigo López (6): Fue una fiera en defensa y tuvo pocas fisuras. La acción del final del juego, cuando provocó una innecesaria falta en el área grande en el final, fue la única mancha de una actuación solvente.
Gastón Suso (6): Otra fiera. Llegó tarde a la acción del gol de Zampedri y su enjundia lo mandó varias veces al área equivocada. Pero en el complemento se reivindicó.
Ivo Chaves (7): Coronó con un golazo una impecable jugada colectiva, lo que le valió a Gimnasia el desahogo y el cerrojo que abrió un partido complicado. Cuando aceleró, contagió al equipo y condicionó a los jugadores rivales con faltas.
Pablo Saucedo (7): Impecable el rosarino. Fue parte del concierto de orden y oficio que mostró la pareja de volantes centrales, sobre todo en la etapa final y cuando el local se hallaba en inferioridad numérica. Contagió al equipo, se mandó al ataque y tuvo el gol en su cabeza (un testazo de sobrepique que despejó Guirado en el complemento (19’).
Juan Mauri (6): No desentonó y se complementó con Saucedo. Pese a que comenzó con las pulsaciones a mil y siguió la actitud protestona de Zárate, luego se dedicó a jugar y cumplió.
Rubén Villarreal (5): No tuvo la injerencia de otros partidos en ataque y perdió varias veces su duelo por el sector izquierdo.
Héctor López (6): Jugó e hizo jugar mientras pudo. Comenzó desdibujado, pero luego embanderó los intentos del millonario con su simpleza y su gesto técnico.
Francisco Vazzoler (8): Tras la expulsión de Zárate, Pancho “se disfrazó de Chancha” y emuló lo mejor del “9”: dijo presente en la red, guapeó, peleó, enfrió cuando era necesario y las corrió a todas. Tuvo una noche inspirada, aunque no le alcanzó para aumentar diferencias.