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En la Ciudad Judicial de San José de Metán comenzó ayer el juicio por el crimen de Ariel Fernando Ríos, quien trabajaba como playero en una estación de servicio que se encuentra a la vera de la ruta nacional 16, cerca del acceso al pueblo de El Galpón, y fue ejecutado de un disparo en la cabeza.
En el banquillo se encuentra Javier Hernán Pino, sospechado de ser el autor material del asesinato ocurrido el 13 de julio de 2015. En el robo habría sustraído alrededor de 70.000 pesos.
El debate se desarrolla en la sala II del Tribunal de Juicio de Metán, a cargo del juez Sebastián Fucho y los vocales Carolina Poma Salvadores y Ramón Haddad. El fiscal es Sergio Castellanos, Pino es asistido por el defensor oficial Jorge Colque y el abogado querellante es Ramón Arturo Posadas.
El acusado, que es considerado de suma peligrosidad, llegó bajo una fuerte custodia al debate, en el que debe responder por el delito de homicidio criminis causa. Se abstuvo de declarar en el juicio que continuará hoy y concluirá mañana. Se sospecha que Pino ingresó esa madrugada a robar y sustrajo la recaudación de la caja de seguridad. Luego del violento crimen el imputado fue detenido en Santiago del Estero, donde se le secuestraron dos armas de fuego, una de las cuales, según las pericias balísticas, habría sido la utilizada en la playa de la estación de servicios de El Galpón.
Luego de ser detenido en Santiago del Estero Pino escribió una nota donde confesó ser el autor del crimen de Ríos. Sobre el momento del crimen, sostuvo que ambos forcejearon y que el disparo se le escapó.
Momento tenso
Un momento tenso se vivió ayer por la tarde en la primera jornada del juicio cuando el testigo Hugo Aldo Filipuzzi, quien tiene una gomería cerca de la estación de servicios, ingresó a la sala a declarar, increpó e insultó a Pino.
"Sos un asesino, un hijo de puta que no tiene perdón de Dios. Mataste a un amigo. Este tipo se tiene que podrir en la cárcel porque si sale de nuevo va a volver a asesinar a alguien. Pido justicia", dijo a los gritos Filipuzzi, quien se acercó al imputado.
Debido a la situación y a que el testigo no se calmaba y seguía gritando, el juez Fucho ordenó a los policías que sacaran al acusado de la sala para que Filipuzzi continuara declarando como testigo.
Ayer pasaron varios testigos por el tribunal, principalmente compañeros de trabajo de Ríos, quienes comentaron que en ese tiempo Pino y su padre andaban en un automóvil y se quedaban a dormir, se bañaban y permanecían en la estación de servicio y en el comedor.
Todos coincidieron en que se hicieron amigos de la mayoría de los trabajadores del lugar, incluso de la víctima. Dijeron que los Pino tenían armas, que alquilaron un inmueble y tenían una sanwichería en El Galpón.
"Yo era compañera de trabajo de Ariel. Me sorprendió mucho la actitud de Pino, porque con su padre se mostraban como gente buena", dijo Verónica Viviana Zárate.
"Se hicieron amigos de todos porque prácticamente vivían en la estación hasta que consiguieron alquiler y pusieron una sandwichería", señaló la testigo.
Otro de los testimonios que se escucharon ayer fue del jefe de la Brigada de Investigaciones de Metán, José Maldonado, quien se refirió a la investigación y a la detención de Pino, en octubre de 2015 en Santiago del Estero.
El procedimiento fue realizado por la policía santiagueña y le secuestraron dos armas 9 milímetros, municiones, dos silenciadores, cámaras de fotos, dinero, notebooks, tarjetas de abogados y herramientas.
El hecho
Ariel Fernando Ríos fue encontrado sin vida el 13 de julio de 2015 en la estación de servicio de El Galpón, donde se desempeñaba como playero. La autopsia determinó que Ríos falleció por un disparo de arma de fuego con orificio de entrada en la zona izquierda del parietal, sin orificio de salida. Minutos antes del crimen el joven permanecía en una reposera donde trataba de conciliar el sueño. Fue soprendido por el agresor, quien le arrancó la vida de un disparo.
Pino había entrado a robar, sustrayendo lo recaudado el día anterior de la caja de seguridad. Cuando fue detenido en Santiago del Estero; se le secuestraron dos armas de fuego, una de las cuales, según la pericia balística, sería la utilizada en el hecho.
En Santiago del Estero
Entre los otros delitos que ponen al acusado en la mira de la Justicia, se sospecha también que el 6 de julio de 2015, Javier Pino y su padre Jorge Raúl Pino ingresaron a una financiera de calle 9 de Julio al 100 en Santiago del Estero, empuñando un arma y amenazando a la cajera, ambos se alzaron con más de 5.000 pesos.
El joven habría abandonado el local en primera instancia llevándose el dinero, mientras que su padre se quedó unos minutos más para luego salir. En su huida Jorge Pino fue detenido, mientras que su hijo logró escapar.