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Existe en China entre el sueño y el siglo de la humillación una fuerte interpelación que ha estado presente sobre las características que mejor definen la cultura de esa nación y, en fin, sobre el vínculo con Occidente y sus modelos culturales.
La civilización china es la más antigua del mundo.
Durante milenios su sistema político se basó en dinastías hereditarias.
La primera fue la dinastía Xia en torno al 2000 a. C. desde el 221 a. C., cuando la dinastía Qin conquistó diversos Estados y formó el primer Imperio chino, el país se ha expandido, fracturado y ha sido reformado en numerosas ocasiones.
Casi cuatro milenios después nace la República de China que derrocó a la última dinastía en 1911 y gobernó hasta 1949. A partir de entonces, el Partido Comunista, vencedor en la Guerra Civil proclamó la República Popular China en Pekín, el 1 de octubre de 1949.
Las tres religiones más importantes sobre las que se basa la cultura china son: budismo, taoísmo y confucionismo. El budismo ingreso en China procedente de la India y se expandió sobre todo durante la dinastía Tang, de los siglos VII a X de nuestra era. El taoísimo. Se trata de un sistema de filosofía de vida que se basa en el libro Tao Te King, atribuido al filósofo chino Lao Tsé, o Laozi, quien vivió en el siglo IV a. C. El confucionismo es un conjunto de principios y virtudes que una fe, iniciadas y enseñadas por el pensador Confucio, en los siglos VI y V antes de Cristo, la mayor fe del pueblo chino. El budismo. Proveniente de la India, llegó a China hace unos 2000 años y en algunos períodos fue la religión más importante del país. El confucionismo fue muy perseguido al principio de la caída del último emperador y con el tiempo fue aceptándose más y en la actualidad hay esfuerzos por hacerlo una especie de religión nacional, y el Gobierno chino mediante sus institutos confucianos tienen como objetivo la difusión cultural e idioma en todo el mundo.
Al comienzo de la dinastía Ming, a mediados del siglo XIV, China era el país más avanzado del mundo en materia económica y científica y ello se reflejaba también en su poderosa escuadra marítima.
Los líderes chinos entienden que la decadencia de su país comenzó cuando se dio la espalda a la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII, lo que aplazó su desarrollo social.
Así, en la mirada china, al siglo de la humillación (1839-1949) le habría acontecido un siglo de recuperación, que culminaría en 2049 con el retorno a la normalidad histórica, es decir, que China vuelva a ser el centro del mundo en 2049.
En China, siglos de riqueza cultural y espiritual no pueden sino integrarse en la sociedad en la forma de un fuerte nacionalismo que registra no solo cinco mil años de historia, sino también al ser la nación con más población en el mundo.
Entre los años 2002 y 2012 se promovió la construcción de una sociedad armoniosa lo cual el país recuperaba el legado confuciano con la irrupción de los valores tradicionales que caracteriza a la sociedad y cultura.
En consecuencia, los líderes políticos se propusieron alcanzar “el sueño chino” que consiste en lograr convertirse en un país desarrollado, con exclusión de la pobreza y especializado en alta tecnología.
La iniciativa más importante actual de China es la ruta de la seda, que comprende varias aristas que van desde el desarrollo económico de China, la inserción internacional, y una nueva modalidad de globalización propuesta por China para el resto del mundo, con características chinas. El proyecto fue lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping e incluyó una enorme serie de programas de desarrollo e inversión que se extienden desde el este de Asia, hacia Europa, África y América Latina.
Que en si, la República Popular China se presenta hacia el mundo como referente mundial desde su cultura, y no sólo por su magnitud económica y política, por lo cual su plan de diplomacia parte desde el multilateralismo y con ello establecer nuevas estrategias de política exterior que aumentan su atractivo en lugar de la amenaza. La inversión china en el exterior es otro elemento clave, y es creciente en el área de recursos naturales, tanto en África como en América Latina.
Estos recursos energía, minerales y alimentos son cruciales para sostener el elevado ritmo del crecimiento económico del país mientras sea con desarrollo sostenible.
Por ello, para entender la visión de China hacia el mundo es crucial conocer su cultura mediante las ideas y valores que viene construyendo desde su historia.