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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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La sombra de Putin exaspera a Europa

Sabado, 04 de marzo de 2023 02:10
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No existe voluntad de la parte de Vladimir Putin de terminar la guerra. Basta con escuchar el contenido de sus discursos:

"Rusia es una víctima del Occidente, de su decadencia, de la rusofobia, del rebrote de los neonazis, no solo en Ucrania, en el mundo Occidental". "Esos humanistas de Occidente que amenazan los valores esenciales de Rusia, ignorando la decadencia de Ucrania, que se inspira en la Alemania nazi".

"En Occidente se aprueban los casamientos entre gente del mismo sexo o las practicas de curas pedofilos". Con esas declaraciones trata de justificar la invasión que, según él, es la respuesta al choque de civilizaciones y la defensa de sus territorios. Sus argumentos tienen eco en Rusia, en la extrema derecha en Europa y en algunos republicanos en EEUU. Putin parece encerrado en una realidad paralela. Trata a nuestras sociedades de decadentes y afirma que los dirigentes occidentales "mienten".

Contra toda evidencia, afirma que Occidente inició la guerra y que Rusia solo usa la fuerza para detener la invasión. Declara que protege la vida de sus ciudadanos, cuando la próxima etapa es llamar al frente a estudiantes, o cuando destruyen ciudades y las víctimas son soldados y ciudadanos civiles de ambos países. El jefe del Kremlin utiliza la retórica de la inversión acusatoria, según la cual el occidente colectivo, los países de la OTAN y todos aquellos que ayudan a Ucrania son los responsables de destruir brutalmente el orden mundial establecido en la Segunda Guerra Mundial.

Aferrado al poder

En Rusia habrá elecciones de autoridades locales y regionales en septiembre del 2023 y presidenciales en el 2024. Según Putin, las mismas se llevarán a cabo en el estricto respeto a la ley. En caso de ser reelecto, teóricamente, podrá permanecer en el poder hasta el 2036. Sería su cuarto mandato. Algunos observadores escucharon en el ultimo discurso la melodía de anuncios de una campaña política. Cuando el jefe del Kremlin presume de la gran resistencia que ofrece frente a Occidente, cuando hace alarde de una economía plena de oportunidades y cuando promete una larga lista de ayudas sociales, entre líneas se lee la intención de continuar en el poder y se entiende que la guerra se prolongará.

Un sucesor de Putin tampoco garantiza la paz; todo lo contrario; un sucesor proveniente del Partido Comunista anticiparía una política mucho más dura y sanguinaria que la actual. Respecto a la economía rusa, contra toda expectativa, el PBI solo disminuyó en un 2%, a pesar del embargo sobre los hidrocarburos, gas y petróleo. Se esperaba que las sanciones repercutieran en una baja del 15 al 17%. El efecto de las sanciones se sentirá a mediano y largo plazo; por ahora no afectan a la economía rusa, ya que encontraron nuevos clientes importadores de los hidrocarburos de origen ruso, principalmente India y China.

India es el importador mundial numero uno y además cuenta con una gran capacidad para refinar y reexportar petróleo. Nada les impide hacerlo; la paradoja es que Europa y EEUU se abastecen de países que le compran a Rusia.

Las sanciones son un veneno lento y, por el momento, Putin pega por donde más duele. El aumento de los hidrocarburos en Europa lleva indefectiblemente al aumento de la inflación y costo de vida en los países de la Unión Europea.

China, impredecible

China, por su parte, juega con dos caras: hace un llamamiento para promover el diálogo entre las partes, afirmando estar muy preocupados por el conflicto que se intensifica e incluso se convierte en una guerra "sin control", como afirmó el ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang.

A su vez, la Casa Blanca muestra gran preocupación por la provisión de armas chinas a Rusia, tal como lo manifestó el secretario de Estado, Antony Blinken; lo que fue desmentido por Pekín.

China pide no enviar ayuda ni material bélico y hace un llamamiento al diálogo. Esta guerra constituye un dossier delicado para Pekín, entre otros motivos porque entre ambos países mantienen un fuerte vínculo diplomático, político, ideológico y económico, que comenzó hace mas de 10 años. Consolidada por el interés común de hacer frente a Washington, China se declara públicamente "neutra". Afirma respetar la soberanía de los estados, (incluso la de Ucrania), al mismo tiempo reclama a la comunidad internacional que tenga en cuenta las "preocupaciones y motivos" por los cuales Moscú invadió a Ucrania. En tiempos de guerra, sin embargo, China es la gran vencedora. Rusia, cada vez mas aislada, se ve obligada a importar mas que nunca productos chinos, a cambio de los hidrocarburos de origen ruso. Pekín nunca dejará de apoyar al Kremlin. Aunque lo manifiestan discretamente, no pueden apostar solo en un país ni poner en riesgo el crecimiento de su economía. Temen las consecuencias económicas, teniendo en cuenta la cantidad de reservas en dólares que acumulan (de allí que hoy compran en el mercado del oro). Los tiempos cambian y ellos tienen un único y claro objetivo: reivindicar un nuevo orden hegemónico mundial, donde quieren ocupar el primer lugar.

Para calmar los ánimos, Pekín hizo público un comunicado (poco creíble) declarando que es fundamental el respeto a la soberanía, la integridad territorial y el diálogo, rechazan el uso de armas nucleares y denuncian el sufrimiento, la miseria y las consecuencias devastadoras de la guerra, sin precisar de que manera van a ayudar a que termine.

Inquietud en Washington

Washington, por su parte, tiene fundadas sospechas de la ayuda militar que ofrece China's Space Station a Rusia. La principal actividad de la empresa consiste en captar imágenes muy precisas con radares de alta definición. El resultado de dichas imágenes lo vende al grupo mercenario Wagner, con el fin de facilitar las operaciones militares rusas. La administración americana está convencida de que los chinos podrán ir mas lejos y proveer armas letales. Por esta razón, aunque excepcionalmente, Washington rompe a veces el silencio de las informaciones clasificadas "top secret" para facilitar la divulgación de información clave. No hay que olvidar que los servicios americanos hace un año alertaron que una invasión rusa era inminente, intentando prevenir el desastre. Hoy las alertas de EEUU se toman muy en serio.

La Casa Blanca hace un llamado a la comunidad internacional con el fin de agotar todos los esfuerzos para acercar a las partes a la mesa de negociación. Hay que convencer a Pekín para que presione a Moscú tratando de alcanzar el diálogo. Esa presión se hace sentir directamente al más alto nivel de jefes y responsables de Estado y a través de la vía diplomática para activar la negociación. El presidente francés Emmanuel Macron no baja la guardia y sostiene que "es del interés de todos que Ucrania y Rusia se sienten en la mesa de discusión". Incluso antes de que comenzara la invasión intentó persuadir a Putin para que evitara la guerra.

La cruda realidad

Teniendo en cuenta, la realidad del conflicto, la naturaleza del régimen de Kremlin y el discurso de Putin, las condiciones no están dadas entre las partes para una negociación. Se trata de una agresión inmoral, sin piedad y con consecuencias nefastas. Putin es un dictador que quiere conquistar territorios (si puede avanzar, el espíritu de conquista no se limitará a Ucrania), se expandirá a otros países vecinos como Moldavia o Polonia. Él no asume dónde están las fronteras de Rusia. Europa es víctima de una guerra colonialista y el tirano ruso la convirtió en una cuestión existencial. No se puede reprochar a Ucrania por defenderse heroicamente; no está dispuesta a ceder ante la invasión, de allí la necesidad de Occidente de ayudarla con lo único que entiende Rusia, la fuerza militar. Tampoco Putin va a ceder los territorios conquistados por la fuerza.

Hoy, la industria europea se ve obligada a movilizase para producir armas y municiones. Pasar de una economía de paz a una de guerra, marca un cambio de paradigma para Europa, que compromete los dividendos de la paz invirtiendo en la industria militar, motivados por la noción de soberanía y libertad que tanto costó a los países después de las dos guerras mundiales. Los presupuestos de defensa aumentan para compensar años de baja inversión. Muchos de los estados europeos estimulan a sus industriales a producir más y rápidamente. Putin reitera la amenaza nuclear, lo único que lo puede persuadir para terminar con el conflicto es la unión del occidente.

Durante un encuentro organizado por la Asociación de la Prensa con François Hollande, el expresidente confesó: "Putin no es un jefe de Estado en quien se pueda confiar; es impredecible, indiferente e insensible; lo único que le importa son sus propios intereses y reconquistar los territorios que se independizaron".

Hollande considera que Europa tendría que hacer más esfuerzos para abrir nuevos caminos de diálogo y alianzas con el resto del mundo, en particular con América Latina, India, África. Los conflictos y el riesgo de las dictaduras se expanden en diversos países del mundo.

Frente a la guerra, Europa necesita más que nunca independencia y una estrategia común. Siente el imperativo de proteger la soberanía y la libertad de la UE y los miembros de la OTAN. Sin embargo, a juzgar por el último discurso de Putin y todos los intentos fallidos de las principales potencias de acercar las partes a una negociación, esta guerra de colonización por el momento continua y no es posible aventurar cuándo y cómo va a terminar.

 

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