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En su obra "América Invertida" del artista uruguayo Joaquín Torres García nos invita a mirar la realidad desde una perspectiva diferente. Estamos acostumbrados a ver el mapa de Argentina con la región pampeana como su centro. Sin embargo, al invertirlo, se revelan nuevas posibilidades y centralidades.
Nuestro país se formó territorialmente tomando como base el Virreinato del Río de la Plata que comprendía el alto Perú (actual Bolivia) y, lo que actualmente se conoce como el NOA, era el centro de las Provincias Unidas, razón por la cual el Congreso de 1816 que declaró la independencia se celebró en Tucumán.
Salta: Un punto estratégico
Salta ocupa una posición estratégica en la región. Es el corazón de la Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano (ZICOSUR). Para entender su importancia, basta considerar su cercanía a varias ciudades importantes del continente:
- San Pablo (Brasil): 2,400 km
- Antofagasta (Chile): 750 km
- Asunción (Paraguay): 1,100 km
- Potosí (Bolivia): 750 km
- La Paz (Bolivia): 1,230 km
- Buenos Aires: 1,450 km
- Rosario: 1,150 km
Estas distancias subrayan la posición privilegiada de Salta para actuar como un nexo entre países vecinos y regiones estratégicas.
Infraestructura clave
El desarrollo del ramal ferroviario C-14 y la pavimentación de la Ruta 51 son piezas fundamentales para potenciar el desarrollo de Salta. Estas obras no solo fortalecerán la minería en la Puna, sino que también le otorgarán una alternativa de exportación a productos agropecuarios contribuyendo a descentralizar el país y promoviendo un modelo de desarrollo más equitativo.
La mayoría de los proyectos mineros de Salta se encuentran en la zona de la Puna, y desde el punto de vista logístico, puede ser más eficiente -en algunos casos- exportar a través de Chile. Sin embargo, esto no excluye que estos proyectos beneficien directamente a la provincia, fortaleciendo su economía y posicionándola como eje del Corredor Bioceánico. Además, estas conexiones pueden complementarse con rutas hacia los puertos de Buenos Aires y Rosario, diversificando las alternativas logísticas.
Desafíos y oportunidades
Ahora bien, el Estado Nacional está enfocando su política en el control del gasto, razón por la cual, seguramente no aportará fondos para este tipo de obras. Sin embargo, ello no es obstáculo para que desde la Provincia se avance con la ejecución de este tipo de proyectos.
Así, el desarrollo de infraestructura enfrenta diversos desafíos, entre los que cabe destacar los siguientes:
1- Financiamiento: Las obras requieren importantes inversiones. Una solución podría ser el uso de fideicomisos, contratos de participación público-privada (PPP) o concesiones. Incluso se puede pensar en la creación de una entidad jurídica que contrate la ejecución de las obras y que pueda conseguir financiamiento. Por ejemplo, algunos proyectos mineros de Salta proyectan exportaciones por más de USD 2.000 millones anuales, por más de 30 años, por lo cual si se puede reducir sus costos con una mejor infraestructura, sus ingresos pueden constituir una base sólida para garantizar el financiamiento de las obras. Es decir, por un lado, las empresas mineras pueden ver disminuidos sus costos y con ese ahorro, contribuir a financiar la obra de infraestructura.
2- Competencia: La concreción de estas obras depende de la coordinación entre distintos niveles de gobierno, por ello, es crucial alcanzar acuerdos con el Estado Nacional para garantizar el éxito de los proyectos.
Así, en este contexto, se requiere que la Provincia efectúe diversos acuerdos con la Nación para que le transfiera la posibilidad de:
-Financiar obras de infraestructura sobre terrenos nacionales, especialmente, esto sería útil para el caso de la Ruta N° 51;
-Tomar intervención en el proceso de privatización y/o concesión del ferrocarril Belgrano Cargas, a fin de que la Provincia pueda participar en el modo en que se llevará a cabo, considerando sus intereses de acuerdo con lo previsto en el Plan estratégico 2030.
En definitiva, Salta tiene la oportunidad de consolidarse como un actor clave en el desarrollo regional, gracias al auge de la minería y a su posición estratégica. Este momento histórico no solo permite aprovechar los proyectos mineros existentes, sino también fomentar encadenamientos productivos que generen empleo, innovación y desarrollo sostenible.
El futuro de Salta está íntimamente ligado a su capacidad para coordinar esfuerzos públicos y privados, financiar obras clave y fortalecer su rol como puente entre el norte argentino y el resto de Sudamérica. Es hora de mirar al Oeste y redescubrir el potencial de nuestra región.