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En 2022 presentó una denuncia en la Justicia en contra de su abuela por abuso sexual. La demanda avanzó, se realizó el juicio y la terminaron condenando. Ahora bien, hay que esperar que la condena quede firme para saber si la Justicia considera si la prisión será efectiva o terminará en una domiciliaria por la edad de Marina, está próxima a cumplir 74 años.
Emanuel mantuvo un diálogo con El Tribuno. Rompió el silencio sobre su doloroso proceso hacia la denuncia. En una entrevista emotiva, compartió su difícil camino hacia la justicia, el impacto de la condena de 10 años y su proceso de sanación. Contó datos desgarradores sobre las veces en que su abuela lo obligó a tener sexo. Destacó la importancia de hablar, instando a otras víctimas de abuso a no callarse y a buscar apoyo familiar. A pesar de la gravedad de lo vivido, Emanuel expresó que ahora se siente aliviado, acompañado y con una nueva perspectiva de la vida.
¿Cómo te sentiste después que salió la condena a tu abuela por haber abusado de vos?
Al comienzo fue bastante... cuando yo me enteré, me impactó porque yo no me esperaba la respuesta de mis abogados, de los 10 años (de condena). Hasta el día de hoy es como que a mí me impactó desde ese lugar, ¿no? Pero por otro lado, sí, puedo decir que me puso muy contento y bueno, se hizo justicia, que es lo que yo vengo buscando desde muy chico.
¿Vos en 2022 hacés la denuncia, quien te acompañó tu papá?
No. Me acompañan a hacer la denuncia mis papás, los dos, y mi hermana.
¿Y cuándo te hace un click y sentis que tenés que hacer la denuncia por lo que te había hecho tu abuela?
Principalmente esto es una mochila que yo ya vengo cargando y que la verdad que fue el momento en el que dije, basta. Yo necesito hablar de esto porque era muy injusto, en el sentido de que yo tenía que quedarme callado. No me parecía. Al primero que se lo cuento es a mi papá. Él no entendió en ese momento la situación, obviamente que no es fácil entenderlo. Y bueno, después, yo hablándolo con él, fuimos a mi casa y mi mamá estaba durmiendo, mi hermana estaba en su pieza, nos reunimos los tres y se los conté.
Me imagino una situación shockeante para todos...
Fue una situación horrible porque la verdad que no tengo ni una manera de describirlo porque la verdad que fueron muchas emociones juntas: enojo, tristeza y era como que no cabía (todo eso) dentro del comedor en el que estábamos hablando. Fue muy shockeante. Y eso hasta el día de hoy que yo lo tengo muy presente.
Cuando habla tu abuela, ella hace alusión a que vos la denunciás por abuso sexual después que ella te reclamó porque te robaste plata de su casa y también apunta a tu mamá y la mala relación que tenían...
No. Por empezar a mí nunca me hizo ningún reclamo de plata. Segundo, que yo no le robé nada, ni a ella ni a nadie. Acá lo único que se le robó a alguien fue a mí, la vida. Y eso la verdad que nadie me lo va a devolver. Eso para mí es muy triste. Y después, bueno, la relación que tenía ella con mi mamá era como la relación que puede tener una abuela con la mujer (de su hijo). Y yo en eso no me voy a meter porque eso es un tema de hechos (que ocurrieron). No es algo que a mí me corresponda. Nunca me correspondió y no lo voy a jugar ahora tampoco.
Ella te llegó a amenazar a vos para que no cuentes nada. ¿Hubo situaciones de esas?
Sí, en un par de ocasiones ella me dijo, después de tener un acto sexual, me dijo esto no lo podemos hablar, no lo hables nunca porque vamos a tener un problema los dos. Eso fue siempre en un par de ocasiones, me dijo después de haberme violado.
No quiero incomodarte, pero en un principio de habló de tocamiento, pero ¿te obligaba a tener sexo con ella?
Sí. Y fueron varias veces.
¿Y dónde trataba de hacerlo ella? ¿En su casa? ¿Te citaba a otros lugares?
No, no. Eso yo ya lo mencioné. Fueron en tres domicilios. Fueron en Capital Federal, en Mar del Plata y en Salta. En el domicilio de (ellos en) Capital, en Mar del Plata yo ya mencioné en la casa de algunos amigos de ellos y después en Salta también. En el domicilio de ella que hoy reside.
¿Vos le contaste alguna vez a algo a tu abuelo? ¿Le insinuaste algo de esta situación? ¿Crees que él sabía esto?
No. No, no, no.
¿Ahora qué esperás que la justicia que le ratifique la condena en el corto plazo?
Sí, yo espero que... Bueno, esto fue un proceso muy largo. Desde que hago la denuncia me sometí a un montón de pericias, psicológicas, muchísimas. Y bueno, sí, yo espero que se haga justicia y que ratifiquen los 10 años. Y ahora solamente queda esperar a ver qué... bueno, que la respuesta de la defensa y bueno, y saber si es prisión domiciliaria lo que le toca o no.
¿Cómo te sentís hoy en día ya con la condena? ¿Te sacarse una mochila?
Bueno, principalmente sí, me siento muy aliviado y muy acompañado. Me siento muy acompañado. Bueno, yo pude formar unas familias hace un año. En ese tiempo nació mi hija. Bueno, me casé. Y la verdad que ellas me han cambiado la vida. Yo hoy veo la vida de otra manera, veo color, veo luz. Esto sí, lo digo hoy, es hermoso. Yo mucho tiempo vi las cosas muy mal por toda esta situación.
Emanuel, ¿se puede perdonar a alguien después de esto?
No. Yo se lo preguntaría no solo a usted, sino a cualquier persona. Si esto le pasara a un hijo suyo o nieto, ¿usted se lo perdonaría?
No, no.
Bueno, no. Yo no puedo, no puedo perdonárselo. Yo no puedo, no puedo perdonárselo.
Qué le dirías una persona que está pasando o pasó por una situación similar a la tuya. ¿Querés dejar algún mensaje?
Sí. Yo les diría que hablen las víctimas de violencia por abuso y violación, violencia criminal. Hablen, hablen. Porque no está bien guardarse las cosas. Y principalmente que las familias ayuden. Eso lo... Me gustaría dejar eso principalmente. Un mensaje. Un mensaje de esperanza, de decir, bueno, existe la justicia y... Y sobre todo, resaltar que las familias se acompañan. Porque muchas veces uno se calla no solamente por vergüenza, por miedo a menos hasta el otro. Sino también porque las familias a veces escapan.