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La inseguridad vuelve a golpear el corazón comercial de Salta. Esta vez, el blanco fue una florería ubicada en la esquina de San Luis y Buenos Aires, a apenas cinco cuadras de la plaza 9 de Julio, donde un grupo de delincuentes (mal llamados trapitos) saqueó por completo el local durante la madrugada de este jueves. El hecho ocurrió alrededor de las 5.36, cuando una vecina alertó al 911 al notar movimientos extraños.
Lo que encontraron los efectivos fue desolador:puerta de ingreso destruida, objetos tirados por el suelo, heladera en la vereda, inodoro arrancado del baño, flores destrozadas. En el lugar trabajó personal de Criminalística, que levantó huellas y revisó las cámaras de seguridad para dar con los responsables.
Según confirmó el oficial Villanueva, al menos dos "trapitos que frecuentan la zona. fueron vistos merodeando en actitud sospechosa. Uno de ellos fue demorado con una garrafa de 10 kilos, pero el otro logró escapar. La propietaria del local aseguró que podrían ser tres o cuatro los cómplices, trapitos nuevos que aparecieron en los últimos días y que amenazan a automovilistas, vecinos y turistas para exigir dinero, muchas veces más de 2.000 pesos, que luego usan para consumir drogas.
"Me avisaron por teléfono, no lo podía creer. Se quisieron llevar hasta el inodoro, rompieron todo. Ayer fue un día muy movido, con muchísimo trabajo, ya que estamos al lado de la funeraria Pieve. Me fui temprano, no puse la reja que protege la puerta principal y ahora me pasa esto. Creí que no me iba a tocar, pero me tocó", contó con resignación la dueña de la florería, aún sin poder ingresar al local por los peritajes.
Denunció además que estos falsos cuidacoches, conocidos por los vecinos como "trapitos", "fisuras" o "zombis", aprietan a la gente y roban con total impunidad: “A los turistas les revientan los vidrios de los autos, esta cuadra es tierra de nadie. Nadie hace nada y cada vez somos más los comerciantes perjudicados. La Policía ni pasa. Estamos completamente solos. La seguridad brilla por su ausencia, y eso que estamos cerca de una de las funerarias más importantes de Salta, pero ni así tenemos paz".
Según testigos, los atacantes rompieron todo el local y desarmaron el baño, probablemente para llevarse los elementos sanitarios. Incluso el inodoro quedó tirado sobre la vereda. “No sé ni qué me robaron aún, porque no puedo pasar, pero veo la heladera afuera, las flores rotas, el inodoro tirado", agregó la comerciante, que lleva años trabajando en la zona.
La Policía continúa la búsqueda del segundo implicado, mientras investiga si hay más personas involucradas en el ataque. La propietaria apuntó contra la falta de controles permanentes y reclamó mayor presencia policial, sobre todo de noche, cuando los trapitos se adueñan de las veredas, de las cuadras.
“No se puede trabajar así. Te rompés el lomo laburando y en una noche te destruyen todo*, cerró la víctima, quien ahora deberá rehacer su negocio.
Un detalle que llamó la atención de los investigadores fue que, en la vereda, quedó una sábana con numerosos objetos que los delincuentes intentaron llevarse, pero que habrían abandonado por el peso, en medio del apuro.