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Mensajerías, trenes y caminos en un informe del año 1889

Los medios de transporte de que nos conectaban a Copiapó, Potosí, Sucre, Tarija y Santa Cruz de la Sierra.
Domingo, 02 de noviembre de 2025 00:44
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Un curioso informe periodístico de fines del siglo XIX nos permite saber en parte cómo eran en Salta las comunicaciones, el transporte y las conexiones con otros pueblos y ciudades de entonces. El arribo del ferrocarril en la década de 1890 acortó distancias y permitió comunicarnos con otros centros poblados del país, pero las conexiones con el interior de la provincia, por ejemplo con el Valle Calchaquí o el norte, siguieron hasta bien entrado el siglo XX, a cargo de las mensajerías que no eran otra cosa que carruajes tracción a sangre. En el museo del Cabildo de Salta se expone uno de estos últimos vehículos, luego reemplazados por los automotores. En otra parte del informe de referencia, habla de los salarios del hombre de campo, de la relación de estos con los patrones y sus modos de vida. La noticia de antaño nos pone al tanto de las distintas compañías que trabajaron en el tendido de los ramales ferroviarios en Salta y también del estado de caminos y puentes.

Volviendo al documento que nos ocupa, este nos cuenta sobre los medios de transportes que había cuando el ferrocarril estaba por llegar a nuestra provincia. "Por entonces –dice-los medios de locomoción de esos años se reducían a una mensajería que salía diariamente de Salta a Chilcas (Metán); otra para Jujuy que lo hacía dos veces a la semana; un coche de tiro que cada dos días salía a Cerrillos y Chicoana, destinos que admitían pasajeros con boletos de ida y vuelta. A los demás departamentos de la provincia se viajaba en carruajes propios o se alquilaban a precios subidos, los que se hallaba en la plaza", (9 de julio).

En cuanto a los precios de los pasajes de estas mensajerías eran de aproximadamente $1 pesos por legua y media aunque por ejemplo el viaje en coche de Salta a Chicoana (45 kilómetros) costaba $1.50., mientras que ida y vuelta salía $2.50; a Rosario de Lerma desde $2, e ida y vuelta $4; y de Salta a Cerrillos, un peso por los 17 kilómetros que los separaba por entonces. Sobre los empleados de las mensajerías el periódico contaba que "un tren formado por seis carruajes, tienen 28 personas entre peones y conductores y 500 mulas de tiro".

Sobre los animales de tiro empleados, el informe revela datos interesantes: "Las tropas de carros que parten de esta capital hasta Chilcas (Metán), tienen un tren de 100 carros, 4.000 mulas aparejadas y manejadas por 500 peones y capataces. Las mulas y burros empleados en el tráfico interior y exterior de la provincia ascienden a 50.000 animales". Y añade un dato que permite calcular el tiempo de viaje según la estación del año: "Una mula cargada -dice- recorre diariamente 50 kilómetros en tiempo seco y solo la mitad en estación lluviosa. Así, para ir de Salta a Copiapó (Atacama, Chile) distante a 1.157 kilómetros, una mula cargada necesita 23 de días en invierno y el doble en verano; para caminar de Salta a Potosí (890 kilómetros), necesita 15 días y medio en tiempo seco; de Salta a Sucre, (1.035 kilómetros), necesita 22 días (seco); de Salta a Tarija (675 kilómetros) 13 días (seco); a Santa Cruz (1.550 kilómetros) 35 días (seco), y Huanchaca, (855 kilómetros) 18 días (seco). Estos datos, más allá de lo curioso, muestra a las claras los pueblos y ciudades a los que Salta estaba conectada en el pasado, pese a las distancias y las dificultades propias de la época. Esos destinos como Copiapó (Chile), Sucre, Potosí, Tarija, Santa Cruz y Huanchaca –importante centro minero de Bolivia- integraban geográficamente lo que años después se denominó el Centro Oeste Sudamericano y donde Salta tuvo un destacado papel.    

A fines del siglo XIX, las mulas y burros utilizados para el transporte en Salta ascendían a 50.000 animales, un indicador clave de la magnitud del tráfico.

Sobre los salarios del hombre de campo aquel informe periodístico decía que las condiciones del ajuste del peón para las labores de campo, indicaba que eran por año, meses o días, siendo la tarifa de un peso diario, 25 mensuales y 100 pesos anuales. Un puestero –cuidador del ganado- obtenía en recompensa cuatro vacunos para su alimentación y 100 pesos de salario al año. Cuando el peón de campo no comía en el rancho común del establecimiento se le otorgaba $0,50 diario para su sustento como ración. En las estancias o chacras, los peones y sus familias vivían en "ranchos" o habitaciones construidas por el propietario, generalmente vecinas a la casa habitación (sala) del patrón quien ejercía sobre sus peones y arrenderos un dominio más o menos paternal y humanitario pero casi siempre absoluto. El peón consideraba a su patrón como el defensor natural de su persona e intereses, y cuando llega a convencerse por actos de esta creencia, sacrifica por su patrón hasta la vida misma. De aquí nacieron los caudillos de la campaña.

Más adelante, el informe mostraba el estado vial y el transporte de nuestra provincia. "No tenemos –cuenta- mas ferrocarriles en construcción que la vía férrea Central Norte que, viniendo de Tucumán llega a Chilcas (a 90 km de la ciudad de Salta) y que a la altura de Campo Santo deberá bifurcarse en dos ramales: uno para esta ciudad y otro para Jujuy". En cuanto a la continuación de este ramal paralizado en Chilcas, denunciaba: "Los concesionarios de esta obra, señores Lucas González y Cïa, se obligaron por formal contrato con el gobierno nacional, a dejar terminado el ramal a Salta el 30 de marzo de 1889, pero por medios inescrutables para nosotros, han conseguido postergar la obra en términos que aún dichos concesionarios mantienen en secreto. El hecho es que les será imposible cumplir lo estipulado en sus compromisos, pues aun no han principado la obra". Sobre los ferrocarriles en estudio decía "En proyecto hay cuatro vías férreas más que deben dirigirse a esta provincia: la del señor Younger, que partiendo desde Resistencia debe llegar hasta Tartagal; la de los señores Sánchez, Igarzabal y Cïa, que desde La Rioja pasando por Catamarca y Cafayate, debe empalmar en Guachipas con el Ferrocarril Central Norte (C-13) que recorrerá el Valle de Lerma; la del señor Mauricio Pennano, desde el Campo Santo irá hasta la ciudad de Orán, y el de los señores Lanusse y Cía que deberá partir desde Resistencia y llegar a Chilcas. Los empresarios de todos estos ferrocarriles parece que trabajan activamente en Londres y otros mercados europeos para allegar los capitales que estas grandes obras exigen. El Dr. Carlos Clegg ha propuesto la construcción de un ferrocarril trocha ancha desde Yerba (Santa Fe) hasta Orán y el señor Felipe Rojas la construcción de un ferrocarril trocha ancha que partiendo de la ciudad de Santiago del Estero siga hasta Orán por la orilla del río Salado".

Caminos carreteros

En cuanto a las rutas de Salta, aquel informe decía: "Los caminos carreteros nacionales son: de esta capital a Chilcas -punta de rieles del Central Norte- transitable todo el año; el que va a Jujuy por Cobos, se encuentra en las mismas condiciones que el anterior; y el otro de esta capital (Salta) a Jujuy por La Caldera o Quebrada de los Sauces, es practicable con carruajes solamente en invierno.

El camino a Bolivia por la Quebrada del Toro es practicable todo el año con refacciones indispensables durante la estación lluviosa. El que parte de esta capital a Orán es transitable únicamente durante la estación seca por los numerosos ríos que impiden el tránsito durante sus crecientes. 

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