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En un año marcado por la desaceleración de inversiones y la cautela en el desarrollo de nuevos proyectos, la minería salteña comienza a mostrar señales de reordenamiento y expectativa hacia el mediano plazo. La mejora en los precios internacionales de los minerales, la obtención de declaraciones de impacto ambiental para emprendimientos estratégicos y la discusión sobre incentivos a la exploración vuelven a instalar en agenda el debate sobre el rumbo del sector.
En ese contexto, el presidente de la Cámara de la Minería de Salta (CMS), Juan Martín Gilly, repasó con El Tribuno los principales hitos de 2025, analizó los desafíos estructurales que persisten y trazó un escenario posible para 2026.
¿Qué hay para destacar de este año y qué quedó pendiente en la minería de Salta?
Fue un año desafiante, que comenzó con una actividad contraída, lejos de los niveles que tuvimos en 2021, 2022 y 2023. Eso obligó a todo el sector a replantearse cómo optimizar la actividad en general. A partir de ahí, y también alentados por un cambio en los precios, la situación empezó a mejorar: el oro se mantiene en máximos históricos, el cobre está en muy buenos valores y el litio, que llegó a su piso este año en torno a los 8.000 dólares la tonelada, ya está cerca de los 15.000. Es un rebote muy importante que nos da buenas sensaciones de cara a lo que viene.
Además, comenzaron a activarse proyectos clave. Rio Tinto obtuvo la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), lo que fue el puntapié inicial para redinamizar una actividad que estaba con muy bajo movimiento. También es muy relevante la DIA de Ganfeng (para el proyecto Pozuelo Pastos Grandes), con vistas al inicio de la construcción el año próximo. Esperamos que ocurra algo similar con Abra Silver, un proyecto de plata muy ambicioso, y con la reciente DIA del Grupo Nioi, un proyecto calero destinado a abastecer a los desarrollos de litio y otros emprendimientos mineros. Si bien fue un año complicado, se termina en otra situación, con buenas perspectivas para 2026.
Toda esta mejora de precios y el avance de proyectos implica más trabajo para los salteños en 2026…
Sí, totalmente. Más proyectos significan más contratación de proveedores, y eso a su vez implica más empleo tanto en las empresas mineras como en los proveedores locales. Se vuelve a poner en marcha una rueda que estuvo bastante frenada, con proveedores trabajando al 30 o 35% de su capacidad. Somos optimistas, aunque sabemos que la minería tiene vaivenes y que los procesos llevan tiempo. Esperamos que esta nueva perspectiva se ratifique.
El nuevo secretario de Minería de la Provincia, Gustavo Carrizo, planteó que la exploración será uno de los ejes de su gestión. ¿Coinciden con ese enfoque?
Totalmente. Es uno de los objetivos que también nos planteamos como comisión directiva de la Cámara al asumir. Sin exploración no hay proyectos en construcción ni en producción. Para que un proyecto llegue a producir, algunos dicen que hacen falta 100 proyectos de exploración, otros hablan de 90. Esa baja tasa de éxito muestra lo difícil que es llegar a la etapa productiva y, al mismo tiempo, lo clave que resulta explorar.
En ese sentido, nos pusimos a total disposición del secretario para facilitar, desde la Cámara, todas las herramientas posibles para agilizar los permisos. No es lo mismo un permiso de exploración que uno de explotación, y ahí hay margen para trabajar. También es importante seguir optimizando las tasas: el año pasado se logró una reducción significativa, lo cual fue muy positivo, y sería bueno continuar por ese camino para mantener la competitividad de Salta frente a otras provincias y países.
Si de 90 o 100 proyectos sólo uno llega a producir, los incentivos para explorar deben ser muy altos…
Exactamente. Si los permisos de exploración demoran demasiado y, además, las tasas son elevadas, con una probabilidad tan baja de llegar a producción, la inversión se desincentiva. Por eso creemos que es clave trabajar en este punto y, desde la Cámara, estamos articulando con el secretario Carrizo una nueva estrategia para volver a generar un fuerte impulso a la exploración en Salta.
Hoy Lindero está en producción y también hay tres plantas de litio operativas. En ese contexto, se volvió a hablar de la posibilidad de cambiar regalías por obras de infraestructura. ¿Lo ven viable?
Sería muy positivo. Las empresas ya lo hemos propuesto en distintas oportunidades. Es una posibilidad que está contemplada en la Ley 8164, la ley de contratación local, que permite que, a través de esquemas de articulación público-privada, las empresas inviertan en obras consensuadas y luego esos montos se deduzcan de las regalías.
En una reunión con la mesa empresaria, el ministro de Producción, Ignacio Lupión, planteó una idea en ese sentido, y desde la Cámara le recordamos que ya existe el marco legal en Salta. Ahora vamos a trabajar junto al Ministerio y la Secretaría para explorar esa posibilidad, que permitiría financiar obras de infraestructura y, al mismo tiempo, generar un alivio proporcional en el pago de regalías.
Claro, imagino que si las mineras tienen que invertir en algo de uso público van a invertir sobre todo en rutas, que es lo que más hace falta para la Puna...
Sí, principalmente en rutas, que es lo que más se necesita en la Puna. Lo vimos claramente esta semana con los cortes por lluvias y nevadas. La conectividad vial es un tema de extrema sensibilidad. También es clave la infraestructura energética, como la electrificación de zonas que aún no tienen red eléctrica. Diría que caminos y energía son las prioridades.
Para cerrar, ¿qué le falta al sector minero para encarar 2026?
Este fue un año desafiante que nos obligó a enfrentar adversidades, pero como sector se respondió con madurez. Se trabajó de manera articulada con proveedores, comunidades y el Gobierno provincial, buscando puntos en común más que desacuerdos. La minería es cíclica: tiene años muy buenos y otros no tanto, y eso hay que saber manejarlo, aprendiendo de los momentos de retracción y administrando expectativas.
La renovación de autoridades provinciales en las últimas semanas nos permite darle continuidad a ese trabajo conjunto. Es clave mantener el diálogo con las comunidades, que también sintieron el impacto de la baja actividad, y seguir avanzando para lograr más proyectos en producción y, sobre todo, más exploración, que es lo que va a generar mayor flujo de actividad, empleo y oportunidades para Salta.