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La historia de Mukayli comienza como una apuesta por aprender un oficio y terminó convirtiéndose en un desafío colectivo para transformar realidades. En la Puna salteña, a más de 3.700 metros de altura, siete mujeres decidieron fundar la primera cooperativa de trabajo del departamento Los Andes integrada exclusivamente por albañilas.
El nombre, elegido por sus integrantes, proviene del quechua y significa "ser" o "somos". Resume su propósito: identidad puneña, liderazgo femenino y trabajo solidario. La Cooperativa de Trabajo Mukayli Limitada ofrece obras y servicios afines a la construcción y busca generar oportunidades laborales para mejorar la calidad de vida de las familias locales, en un contexto donde el empleo formal es escaso y las distancias dificultan la llegada de proyectos.
Del aula a la obra
Mukayli nació en 2023 a partir del Proyecto Escuela de Albañilería para Mujeres, impulsado por la Fundación Cóndor con el apoyo de empresas como BMI Constructora, Hidrotec SA, Cactus SRL y Posco Argentina, junto a Fundación Uocra y el Municipio de San Antonio de los Cobres. Durante meses, 25 mujeres de distintas comunidades se capacitaron en técnicas de construcción, seguridad laboral y gestión de proyectos.
La experiencia tuvo un efecto inmediato: más de diez participantes consiguieron empleo en obras mineras de la mano de BMI Constructora, y siete decidieron dar un paso más: crear su propio emprendimiento cooperativo para trabajar de manera independiente, sin alejarse de sus hogares.
En la minería, el trabajo por roster (sistema rotativo que implica semanas lejos de casa) es habitual, pero para muchas mujeres de la Puna significa dejar a sus hijos o depender de redes familiares de cuidado. "Queríamos trabajar sin abandonar nuestras responsabilidades en la crianza y la comunidad. La cooperativa nos permite eso", explican sus fundadoras: Violeta, Noelia, Milagro, Haydee, Marta, Mabel y Gisel.
Desde su constitución oficial —con matrícula Nº 72014 otorgada por el INAES en el marco de la Diplomatura en Cooperativismo de la Universidad Nacional de Salta—, Mukayli ha desarrollado proyectos que combinan valor funcional y simbólico. Entre ellos, la segunda etapa del techado de la Oficina de Género de San Antonio de los Cobres, el primer espacio institucional construido por y para mujeres en la localidad.
También realizaron la construcción de una apacheta y un busto rústico en la estación del tren, obras que refuerzan la identidad cultural de la zona.
Más que empleo: transformación social
Para la Fundación Cóndor, el caso de Mukayli es una muestra concreta de que la capacitación con perspectiva de género y el acompañamiento sostenido pueden generar un cambio duradero. "No se trata solo de enseñar un oficio, sino de organizarse para trabajar, generar ingresos y autonomía, y redefinir el rol de las mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados", remarcan desde la organización.
La cooperativa es, además, continuidad y evolución del Programa Puentes de la Puna, que promueve habilidades técnicas y blandas para la empleabilidad en comunidades andinas. En una región donde la mayoría de los puestos calificados están vinculados a la minería y a obras de gran escala, contar con un equipo local que pueda ejecutar trabajos de calidad significa fortalecer la economía y reducir la dependencia de mano de obra externa.
Desafíos y proyecciones
Mukayli aspira a consolidarse como referente regional. Su misión es "brindar soluciones innovadoras y de calidad en la construcción, con enfoque en sostenibilidad, eficiencia y trabajo colaborativo", y su visión, "liderar la inclusión de mujeres en el rubro para promover un futuro más equitativo y próspero".
Los valores que guían al grupo —solidaridad, equidad, integridad y compromiso social— se traducen en un modelo de trabajo que prioriza la contratación local y el respeto por las tradiciones de la Puna.
En el futuro cercano, planean ampliar su cartera de servicios, presentarse a más licitaciones y sumar nuevas integrantes. "Queremos que otras mujeres vean que es posible. Que se puede vivir en la Puna, trabajar en lo que una elige y ser parte del crecimiento de la comunidad", sostienen.
Un modelo que inspira
El camino recorrido por Mukayli también es un ejemplo para las empresas e instituciones que han acompañado el proceso, entre ellas BMI Constructora, Hidrotec SA, Cactus SRL, Kaizen Ingeniería, Abra Silver y Posco Argentina, así como el Municipio de San Antonio de los Cobres.
En una tierra donde el viento y el frío marcan el ritmo de la vida, estas mujeres eligieron desafiar las condiciones y romper techos —literal y simbólicamente— para construir un futuro más justo. Con cada pared que levantan, Mukayli reafirma que en la Puna, el trabajo femenino también puede ser sinónimo de fuerza, calidad y orgullo local.
Desde Fundación Cóndor destacaron que el camino iniciado en 2022 con programas como Constructoras de Altura permitió no solo que decenas de mujeres accedieran a un empleo formal, sino también que algunas desarrollaran proyectos empresariales propios. "Reforzamos nuestro compromiso de seguir acompañando iniciativas sostenibles que impacten en la cadena de valor minera y en la economía de la Puna, siempre con una mirada de género y desarrollo local", señalaron.