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Los animales sueltos causan el 13% de los accidentes viales

Lunes, 30 de junio de 2014 01:08

A pesar de las campañas de concientización y de los altos niveles de siniestralidad que enlutan las rutas salteñas, la problemática de los animales sueltos no solo no disminuye, sino que se transforma lamentablemente en un mal endémico.

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A pesar de las campañas de concientización y de los altos niveles de siniestralidad que enlutan las rutas salteñas, la problemática de los animales sueltos no solo no disminuye, sino que se transforma lamentablemente en un mal endémico.

De acuerdo a los datos proporcionados desde la AMT (Autoridad Metropolitana de Transporte), el 3% de las muertes en accidentes de tránsito se originan en esta situación que es, además, causante de un 13% de los siniestros viales.

La negligencia de las personas que abandonan sus mascotas o ganado en la vía pública genera infinidad de hechos graves. Según investigaciones del Cesvi (Centro de Experimentación y Seguridad Vial) existen tres tipos de accidentes originados por los animales sueltos. Los que generan los animales domésticos o mascotas, los producidos por el ganado errante, ya sea que hayan escapado de un campo o deambulen por las banquinas en busca de pastaje, y en menor medida los provocados por animales silvestres.

En el Valle de Lerma, la presencia de caballos, vacas y principalmente los perros en la cinta asfáltica son un escollo, que los conductores deben sortear a diario.

La ruta provincial 21 (camino a San Agustín) mantiene en su tramo urbano, desde Salta Capital hasta el departamento Cerrillos, pobladas sus banquinas con caballos precariamente sujetos y que cuando se sueltan pueden causar serios accidentes. A este hecho prohibido por la Ley Nacional de Tránsito, se suman innumerables perros que retozan a sus anchas sobre la cinta asfáltica. La situación origina frenadas, maniobras bruscas y hasta accidentes, en la cada vez más congestionada carretera.

La urbanización de bastos sectores que hasta hace poco eran rurales en la zona sur, este y oeste, multiplica la presencia de mascotas en los caminos provinciales y nacionales, fundamentalmente por la falta de responsabilidad de sus dueños.

Desde Pavicei explicaron, que si bien ante un accidente el dueño del animal debe responsabilizarse ante la ley, su identificación es prácticamente imposible, por lo que se debería trabajarse en una legislación provincial que supla las lagunas existentes en la normativa.

El peligro de accidentes a causa de los animales sueltos es también preocupante en las rutas 26, 23, 24. 68 y 51.

No hay temor a las sanciones 

Tras producirse una accidente de tránsito en la vía pública, normalmente no existe forma de demostrar la propiedad o la tenencia del animal, a fin de imputar la responsabilidad que define el Código Civil.

En aquellos casos excepcionales en los que si es posible, se concluye que ese propietario o tenedor es insolvente.

Esta situación es grave no sólo porque no se le puede reclamar el daño a nadie, sino porque los verdaderos responsables eluden cualquier tipo de condena moral y/o legal, sin tomar verdadera conciencia de sus actos o, si la toman le es indiferente.

No existe la verdadera libertad sin responsabilidad y no existe responsabilidad sin temor a sufrir las consecuencias por los actos perjudiciales que se ocasionan a los demás.

Los perros, vacas, caballos 

Según investigaciones del Cesvi los días más frecuentes de atropellos de mascotas son las vísperas de feriados o domingos, cuando muchos de estos animales se escapan de sus dueños o son abandonados en lugares de recreación o rurales donde deambulan de noche o al día siguiente por las rutas, producto de la desorientación.

También el cadáver de la mascota atropellada puede ser desencadenante de una nueva tragedia, al provocar maniobras bruscas de parte de los conductores.

Vacunos y equinos

Por su volumen, el impacto de un vehículo con un caballo o una vaca suele generar verdaderas tragedias. Generalmente por su altura, el animal se monta sobre el capot y se estrella con el parabrisas generando lesiones directas a los ocupantes, Esta circunstancia es peligrosa en extremo, aún si el accidente se produce a bajas velocidades. Si bien la responsabilidad sobre la presencia de este tipo de animales en las rutas es responsabilidad del dueño del campo, rara vez se penaliza porque generalmente las marcas de propiedad son arrancadas del cadáver.

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