¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Juan Alberto Torres: Pido a Dios cumplir este ministerio con sabiduría

Sabado, 14 de enero de 2017 01:30
Foto: Lucas Alascio 
Debido a la emoción que le enronquecía la voz por tramos, se podía adivinar que durante la ceremonia a Juan Alberto Torres le pasaban por la mente imágenes de su vida como una retrospectiva. Seguramente también pensó en los ausentes: su padre Iván Torres; su padrino, el ingeniero Eduardo Batule; y el reverendo archimandrita Efran Kasuf, el primer sacerdote ortodoxo permanente en Salta y que sirvió a la comunidad entre 1957 y 2003. Como lo indica la tradición ortodoxa, Juan recibió de monseñor Siluan el nombre de Serafín, por el santo ruso Serafín de Sarov (1759-1833).
¿Cuáles son los desafíos de tu servicio en Buenos Aires?
Son muy similares a los que tiene la sociedad argentina en general: aprender cómo vivir analizándose a sí mismo, cómo vivir con el otro, cómo vivir en familia, conceptos que se han ido olvidando en todo el país.
También te toca llevar consuelo y proteger a los desplazados por la crisis en Siria...
Los cristianos ortodoxos migran a Argentina y a otros países y en Buenos Aires se cumple esa función de acompañarlos, no solo en la cuestión religiosa sino en todo lo que se puede ayudarlos desde la contención, desde enseñarles el idioma hasta a orientarse y adaptarse en la sociedad de Buenos Aires y es un acompañamiento de por vida, porque el sacerdote no hace solo un acompañamiento del momento sino de por vida. Uno como diácono tiene una misión: acompañar a los enfermos, a los ancianos, a las viudas, a los chicos huérfanos y a tanta gente que necesita una guía.
Se te vio muy emocionado, ¿podés compartir que sentías?
Fue muy emocionante para mí, no podía hablar por la emoción que me invadía. En ese momento tantas imágenes que pasan por la cabeza del hombre... en ese instante pasaron por mi cabeza muchos faros y estaciones. Estas son las etapas que uno tiene que ir atravesando en el aprendizaje y el camino de servicio para llegar a una meta; pero para ir adelante a través de esas estaciones uno tiene que tener un faro. Como seguramente usted sabe los barcos cuando venían del mar con alimentos y otros productos, a oscuras, no tenían otra cosa más que un faro que les oriente hacia dónde ir. De la misma forma en mi vida ha habido muchos faros que me han iluminado hacia dónde era el camino. Primero Cristo, que es la luz del mundo y nuestra luz, en segundo lugar a nivel mundano o terrenal mis padres, familiares y seres queridos, al reverendo padre Efran Kasuf y especialmente el padre Barrionuevo, que me enseñó todo lo que sabía y me apoyó para estudiar.
También la comunidad lo vivió como un logro propio...
En 2009 cuando viajaba al Líbano fue algo muy lindo caminar por la calle y encontrar a un fiel de la Iglesia que tenía en aquel momento un comercio de maletas y me decía: "Juan, yo te voy a regalar esta maleta para que viajes al Líbano a estudiar". Seguía caminando y otro comerciante que vendía ropa me decía: "Yo te voy a regalar una campera muy abrigada porque el invierno en el Líbano es muy frío" y otra persona que vendía medias y ropa interior me donó también lo que podía y así muchas personas me brindaron cosas como también el ingeniero Eduardo Batule, él era mi padrino y un miembro activo de esta comunidad. Él hizo mucho esfuerzo para que yo pudiera continuar mi formación en la universidad.
Pediste que rezaran por vos...
Así como está la idea de conectarse a través de las redes sociales nosotros decimos que nos conectamos a través de la oración y así mantenemos la unidad. "Si tuviera mucho dinero podría regalarte muchas cosas, pero como no tengo puedo regalarte mi amistad, un abrazo, una compañía, el oído para escucharte y también mis oraciones". Es muy importante vivir en la oración. "Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador". A esta oración se la hace pensando en uno y en los demás. Este es un ministerio en el que uno no puede decir que es digno ni que ha logrado eso por su merecimiento porque sería vanagloriarse. Siento que no me merezco esto, que solo Dios sabe si soy digno o no, y pido a la gente sus oraciones para poder cumplir este ministerio con sabiduría, paciencia, y que tenga buenos frutos.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Debido a la emoción que le enronquecía la voz por tramos, se podía adivinar que durante la ceremonia a Juan Alberto Torres le pasaban por la mente imágenes de su vida como una retrospectiva. Seguramente también pensó en los ausentes: su padre Iván Torres; su padrino, el ingeniero Eduardo Batule; y el reverendo archimandrita Efran Kasuf, el primer sacerdote ortodoxo permanente en Salta y que sirvió a la comunidad entre 1957 y 2003. Como lo indica la tradición ortodoxa, Juan recibió de monseñor Siluan el nombre de Serafín, por el santo ruso Serafín de Sarov (1759-1833).
¿Cuáles son los desafíos de tu servicio en Buenos Aires?
Son muy similares a los que tiene la sociedad argentina en general: aprender cómo vivir analizándose a sí mismo, cómo vivir con el otro, cómo vivir en familia, conceptos que se han ido olvidando en todo el país.
También te toca llevar consuelo y proteger a los desplazados por la crisis en Siria...
Los cristianos ortodoxos migran a Argentina y a otros países y en Buenos Aires se cumple esa función de acompañarlos, no solo en la cuestión religiosa sino en todo lo que se puede ayudarlos desde la contención, desde enseñarles el idioma hasta a orientarse y adaptarse en la sociedad de Buenos Aires y es un acompañamiento de por vida, porque el sacerdote no hace solo un acompañamiento del momento sino de por vida. Uno como diácono tiene una misión: acompañar a los enfermos, a los ancianos, a las viudas, a los chicos huérfanos y a tanta gente que necesita una guía.
Se te vio muy emocionado, ¿podés compartir que sentías?
Fue muy emocionante para mí, no podía hablar por la emoción que me invadía. En ese momento tantas imágenes que pasan por la cabeza del hombre... en ese instante pasaron por mi cabeza muchos faros y estaciones. Estas son las etapas que uno tiene que ir atravesando en el aprendizaje y el camino de servicio para llegar a una meta; pero para ir adelante a través de esas estaciones uno tiene que tener un faro. Como seguramente usted sabe los barcos cuando venían del mar con alimentos y otros productos, a oscuras, no tenían otra cosa más que un faro que les oriente hacia dónde ir. De la misma forma en mi vida ha habido muchos faros que me han iluminado hacia dónde era el camino. Primero Cristo, que es la luz del mundo y nuestra luz, en segundo lugar a nivel mundano o terrenal mis padres, familiares y seres queridos, al reverendo padre Efran Kasuf y especialmente el padre Barrionuevo, que me enseñó todo lo que sabía y me apoyó para estudiar.
También la comunidad lo vivió como un logro propio...
En 2009 cuando viajaba al Líbano fue algo muy lindo caminar por la calle y encontrar a un fiel de la Iglesia que tenía en aquel momento un comercio de maletas y me decía: "Juan, yo te voy a regalar esta maleta para que viajes al Líbano a estudiar". Seguía caminando y otro comerciante que vendía ropa me decía: "Yo te voy a regalar una campera muy abrigada porque el invierno en el Líbano es muy frío" y otra persona que vendía medias y ropa interior me donó también lo que podía y así muchas personas me brindaron cosas como también el ingeniero Eduardo Batule, él era mi padrino y un miembro activo de esta comunidad. Él hizo mucho esfuerzo para que yo pudiera continuar mi formación en la universidad.
Pediste que rezaran por vos...
Así como está la idea de conectarse a través de las redes sociales nosotros decimos que nos conectamos a través de la oración y así mantenemos la unidad. "Si tuviera mucho dinero podría regalarte muchas cosas, pero como no tengo puedo regalarte mi amistad, un abrazo, una compañía, el oído para escucharte y también mis oraciones". Es muy importante vivir en la oración. "Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador". A esta oración se la hace pensando en uno y en los demás. Este es un ministerio en el que uno no puede decir que es digno ni que ha logrado eso por su merecimiento porque sería vanagloriarse. Siento que no me merezco esto, que solo Dios sabe si soy digno o no, y pido a la gente sus oraciones para poder cumplir este ministerio con sabiduría, paciencia, y que tenga buenos frutos.
PUBLICIDAD