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El tenis argentino se va satisfecho de Roland Garros

Con Schwartzman se recupera un lugar en el exclusivo top ten. Con Podoroska se gana presencia en los mejores torneos del circuito.
Sabado, 10 de octubre de 2020 02:42

Rafael Nadal sigue siendo el rey imbatible de Roland Garros. Ayer hizo polvo las aspiraciones que tenía Diego Schwartzman de ser finalista del último Grand Slam de la temporada al vencerlo por 6-3, 6-3 y 7-6 y mañana buscará ganar su título número 13 en París enfrentando al serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo. A pesar de su derrota, el Peque ganó mucho más para el tenis argentino en estas dos semanas de competencia que en lo acumulado desde aquella histórica final que jugaron Gastón Gaudio y Guillermo Coria en 2004. 
Hacía mucho tiempo que dos tenistas argentinos como Schwartzman y Nadia Podoroska no se arrimaban a instancias finales de Roland Garros, el Grand Slam con el que más feeling tienen los argentinos, tanto los que lo juegan como los que lo ven a la distancia. Desde la edición de 2005, la primera que ganó Nadal tras imponerse en la final sobre el argentino Mariano Puerta, siempre hubo finalistas europeos en el Grand Slam francés, y los sudamericanos que más lejos llegaron fueron Schwartzman este año, el cordobés David Nalbandian en 2006, el chileno Fernando González en 2009 y el tandilense Juan Martín Del Potro en dos ediciones, las de 2009 y 2018.
La actuación de Schwartzman, sumada a la de Podoroska, transformaron a la edición 2020 de Roland Garros en histórica para el tenis argentino, puesto que se volvió a tener presencia en un Grand Slam francés y recordó aquella de 2004 que ganó Gastón Gaudio.
La última vez que el tenis argentino pisó fuerte en París fue ese año, cuando el Gato Gaudio alzó el trofeo tras imponerse en semifinales sobre el cordobés David Nalbandian y en la final ante el santafesino Guillermo Coria, al tiempo que en el cuadro de damas la pergaminense Paola Suárez se instalaba entre las cuatro mejores del torneo más importante del mundo sobre polvo de ladrillo.
La actuación de Schwartzman no se muere con lo que quedó en la cancha sino que vive con lo que sucederá en el ránking ATP a partir del próximo lunes. Nuevamente un tenista argentino estará entre los diez mejores del planeta, un círculo cerrado al que cuesta enormidades ingresar. El Peque será el nuevo número 8 del mundo, seguirá siendo la mejor raqueta del país y el único tenista no europeo dentro del top ten. No es poca cosa.
Lo de Podoroska también trascendió más allá de los resultados que obtuvo en Roland Garros. ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para ver a una argentina en instancias de semifinales? Fueron 16 años desde aquella vez que Paola Suárez perdió con la rusa Elena Demienteva. La rosarina, de 23 años, se convirtió en la primera tenista de la era abierta en instalarse entre las cuatro mejores de un Grand Slam tras llegar desde la clasificación. 
Podoroska, vale recordarlo, empezó 2020 en el puesto 255º del ránking. Llegó a París como la 131ª del mundo, y con lo hecho hasta aquí se aseguró terminar Roland Garros al menos como la 48ª de la clasificación semanal de la WTA, la mejor posición de su carrera. 
Todo un éxito a pesar de haber quedado a las puertas de la final en París.
 

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Rafael Nadal sigue siendo el rey imbatible de Roland Garros. Ayer hizo polvo las aspiraciones que tenía Diego Schwartzman de ser finalista del último Grand Slam de la temporada al vencerlo por 6-3, 6-3 y 7-6 y mañana buscará ganar su título número 13 en París enfrentando al serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo. A pesar de su derrota, el Peque ganó mucho más para el tenis argentino en estas dos semanas de competencia que en lo acumulado desde aquella histórica final que jugaron Gastón Gaudio y Guillermo Coria en 2004. 
Hacía mucho tiempo que dos tenistas argentinos como Schwartzman y Nadia Podoroska no se arrimaban a instancias finales de Roland Garros, el Grand Slam con el que más feeling tienen los argentinos, tanto los que lo juegan como los que lo ven a la distancia. Desde la edición de 2005, la primera que ganó Nadal tras imponerse en la final sobre el argentino Mariano Puerta, siempre hubo finalistas europeos en el Grand Slam francés, y los sudamericanos que más lejos llegaron fueron Schwartzman este año, el cordobés David Nalbandian en 2006, el chileno Fernando González en 2009 y el tandilense Juan Martín Del Potro en dos ediciones, las de 2009 y 2018.
La actuación de Schwartzman, sumada a la de Podoroska, transformaron a la edición 2020 de Roland Garros en histórica para el tenis argentino, puesto que se volvió a tener presencia en un Grand Slam francés y recordó aquella de 2004 que ganó Gastón Gaudio.
La última vez que el tenis argentino pisó fuerte en París fue ese año, cuando el Gato Gaudio alzó el trofeo tras imponerse en semifinales sobre el cordobés David Nalbandian y en la final ante el santafesino Guillermo Coria, al tiempo que en el cuadro de damas la pergaminense Paola Suárez se instalaba entre las cuatro mejores del torneo más importante del mundo sobre polvo de ladrillo.
La actuación de Schwartzman no se muere con lo que quedó en la cancha sino que vive con lo que sucederá en el ránking ATP a partir del próximo lunes. Nuevamente un tenista argentino estará entre los diez mejores del planeta, un círculo cerrado al que cuesta enormidades ingresar. El Peque será el nuevo número 8 del mundo, seguirá siendo la mejor raqueta del país y el único tenista no europeo dentro del top ten. No es poca cosa.
Lo de Podoroska también trascendió más allá de los resultados que obtuvo en Roland Garros. ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para ver a una argentina en instancias de semifinales? Fueron 16 años desde aquella vez que Paola Suárez perdió con la rusa Elena Demienteva. La rosarina, de 23 años, se convirtió en la primera tenista de la era abierta en instalarse entre las cuatro mejores de un Grand Slam tras llegar desde la clasificación. 
Podoroska, vale recordarlo, empezó 2020 en el puesto 255º del ránking. Llegó a París como la 131ª del mundo, y con lo hecho hasta aquí se aseguró terminar Roland Garros al menos como la 48ª de la clasificación semanal de la WTA, la mejor posición de su carrera. 
Todo un éxito a pesar de haber quedado a las puertas de la final en París.
 

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