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Un prometedor acuerdo

Lunes, 21 de septiembre de 2020 03:38

Recientemente se hizo pública la noticia de la firma de una carta intención entre los gobiernos de Argentina y China para la instalación en nuestro país de granjas de cerdos destinadas a la producción de 900.000 toneladas anuales de carne para exportar a ese país asiático.

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Recientemente se hizo pública la noticia de la firma de una carta intención entre los gobiernos de Argentina y China para la instalación en nuestro país de granjas de cerdos destinadas a la producción de 900.000 toneladas anuales de carne para exportar a ese país asiático.

En el actual contexto económico, en el que debemos avanzar para poner en marcha la plena producción del país, queda claro que resulta imprescindible que todos los productores de la cadena porcina del país participen, opinen y hagan propuestas para la instrumentación del acuerdo que, por su envergadura y naturaleza, excede su tratamiento en Cancillería.

Para tener un pantallazo de la producción porcina en el país, hoy el 60% de la actividad se concentra en la zona central del país, el NOA tiene solo el 9,7%, el NEA el 20%, Cuyo el 9% y la Patagonia el 1,9%; con un stock de alrededor de 5,2 millones de cabezas. En el país hay unos 16.000 productores porcinos, de los cuales el 82% son pequeños, es decir, tienen planteles de menos de 50 madres, que es la unidad de referencia para definir el tamaño de una explotación.

La actividad vivió en los últimos 20 años dos importantes fenómenos: un crecimiento sostenido de la producción, estimado en un 5% anual; y una transformación del consumo, que era en un 70% de chacinados y 30% de carne fresca, y hoy es exactamente la inversa. Este mayor consumo directo de carne de cerdo se explica esencialmente en su precio. Hoy la carne de cerdo es en promedio 30% más económica que la carne vacuna.

Sobre esta base, el debate que tenemos por delante no es solo cómo incrementar la producción, sino también cuál es el modelo de producción que se va a aplicar en ese crecimiento, para ganar en soberanía alimentaria y garantizar el desarrollo local.

El pasado viernes, invitada por la Corriente Nacional por la Producción y el Trabajo, participé de un foro para analizar el acuerdo con China, en el que estuvieron presentes especialistas, legisladores y funcionarios nacionales y provinciales. Ahora deben sumarse productores y organismos técnicos nacionales como el INTA. De allí deberían surgir una serie de recomendaciones y pautas de trabajo que definan el modelo de producción, inversión, comercialización y exportación, sobre el cual tendría que sostenerse el acuerdo definitivo con China. Como senadora nacional, me comprometí a llevar el tema para su debate y aportes al Senado.

Sin descartar la propuesta de asociación entre capitales chinos y argentinos, se podrían analizar otros modelos alternativos. Un ejemplo es la empresa "Cerdos de los Llanos", en La Rioja, que cuenta con dos plantas de producción, una fábrica de balanceados y un frigorífico; además de locales comerciales en la capital provincial. Es una empresa del Gobierno provincial, creada hace ocho años para desarrollar una región adonde no llegaban las inversiones privadas. Hoy no solo genera ganancias sino que además planea triplicar su producción, creando empleo y desarrollando más de 200 proveedores locales.

Una de las ventajas de la producción porcina es que permite agregar valor a la producción de granos en el lugar adonde se producen, ofreciendo perspectivas de desarrollo que contribuyen al arraigo de los jóvenes, que no se ven obligadas a emigrar en busca de un futuro mejor.

Por otra parte, el presidente Alberto Fernández viene sosteniendo que el federalismo no debe ser una proclama, sino una lucha que requiere del compromiso de las provincias. En ese marco, nos toca a los salteños dar pelea para hacer efectivo ese federalismo al negociar las condiciones para la producción local en la negociación con China.

En definitiva, el acuerdo propuesto es una gran oportunidad, pero en un contexto en el que beneficie tanto a chinos como a argentinos. La voluntad y el consenso de todos los sectores harán que este acuerdo dinamice la producción, comercialización y exportación de carne porcina, generando no sólo divisas, sino también desarrollo local y empleo para miles de compatriotas.

 

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