A diferencia de las motos, la categoría de coches quedó decidida el jueves de modo que salvo catástrofe mayúscula, hoy no se esperaban grandes cambios. De hecho, los dos hombres que han luchado por el triunfo, Peterhansel y Al-Attiyah, han andado tranquilos, sin disputar la última victoria parcial.
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A diferencia de las motos, la categoría de coches quedó decidida el jueves de modo que salvo catástrofe mayúscula, hoy no se esperaban grandes cambios. De hecho, los dos hombres que han luchado por el triunfo, Peterhansel y Al-Attiyah, han andado tranquilos, sin disputar la última victoria parcial.
El catarí terminó hoy por delante del francés y cierra la prueba finalmente a 14:51 de Monsieur Dakar. De nuevo detrás de un buggy y de nuevo impotente ante las ventajas que, según el propio Al-Attiyah, el reglamento otorga a los coches de dos ruedas motrices: ‘Es la quinta victoria de los buggies y creo que la organización tiene que reflexionar porque las reglas no son justas, hay que hacerlas más igualadas para todos. Tienen ventaja con las ruedas, nosotros sufrimos con los neumáticos. Es como tener una mano con cuatro dedos cuando otros las tienen con cinco‘, explicó el catarí, visiblemente contrariado.
El premio final se lo jugaron Yazeed Al-Rajhi, con el Toyota, y Sainz y Cruz con el Mini. El madrileño y el catalán fueron los más rápidos en pista, de hecho lideraban la tabla a mitad de jornada, pero una vez alcanzaron a Peterhansel tuvieron que cubrirle las espaldas y su ventaja decreció. Sin embargo, el saudí tuvo un problema en la parte final y no pudo disputar el triunfo a los españoles.
El madrileño y el catalán se despiden con el podio final y tres victorias parciales, pero con un mal sabor de boca por las grandes dificultades que han sufrido, especialmente con la navegación.