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De Los Murciélagos, al campo de las artes marciales

Julio Ramírez es un deportista no vidente que tras su paso por el fútbol encontró otro deporte que lo apasiona. 
Domingo, 25 de julio de 2021 02:19

El salteño Julio Ramírez es un exjugador de la Selección argentina de fútbol para ciegos, Los Murciélagos, quienes por mucho tiempo e incluso en la actualidad son potencias a nivel mundial.
Con el correr de los años el plantel de Los Murciélagos se fue renovando y varios de sus futbolistas debieron buscar nuevos horizontes.
Ramírez, quien a pesar de su dificultad para ver nunca bajó los brazos y es un ejemplo de perseverancia, se inclinó por un deporte nuevo para él y también para su “maestro”. 
“Estaba haciendo fútbol, estuve en Boca, también pasé por Brasil y Paraguay. El fútbol me dio toda la adrenalina pero me faltaba algo, a mis 40 años estuve buscando varias escuelas de artes marciales pero en todas las que fui me decían que no por mi condición. Hasta que un día llegué a la Escuela Pakua Federación Mundial, pregunté y me dijeron sin dudar que sí”, recordó Julio Ramírez. 
Su nueva aventura en esta disciplina le cambió la vida, según Ramírez.
“Hace más de seis meses que estoy en las artes marciales, pensé que no se me iba a dar pero es algo impresionate. La persona ciega es libre en la cancha, las artes marciales también te abren la orientación, te abren la mente, que los chicos se acerquen, el ciego no está solo para fútbol, sino para otros deportes”, remarcó Ramírez, quien aprovechó la oportunidad para agradecer a su “maestro”.
“Le doy las gracias al maestro Facundo Martínez, él fue el único que me abrió las puertas para hacer este hermoso deporte”, señaló. 
Justamente, Facundo Martínez, quien es maestro en segundo grado en la escuela de “Pakua Federación Mundial”, se refirió a la integración de Julio Ramírez.
“Muchas decían que no se le podía dar clases por su condición pero acá todo se puede, Julio (Ramírez) empezó a entrenar con muy poquita gente, una vez que aprendió técnicas básicas se empezó a relacionar un poco más. Empezó a familiarizarse. Es la primera vez que trabajo con una persona en su condición y él viene porque le gusta, esa dedicación hace que sea todo más sencillo. En cuanto a la práctica, es algo nuevo, tengo que agarrarlo de los brazos, le digo el nombre de los movimientos pero aprende muy rápido”, sostuvo Martínez, quien además agregó: “Arrancó en cinturón blanco, cada tres meses hay evaluaciones, de blanco pasó a amarillo punta naranja y ahora está en naranja con punta verde. Vienen maestros a evaluarlo como Juan Manuel Albarracín, tercer grande de la Federación Mundial de Pakua”.
Sin lugar a dudas que Julio Ramírez es un gran ejemplo para los deportistas con capacidades diferentes para alentarlos a seguir haciendo actividad física y que nada es impedimento que pueda rendir a su manera practicando lo que más los apasiona en el deporte.

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El salteño Julio Ramírez es un exjugador de la Selección argentina de fútbol para ciegos, Los Murciélagos, quienes por mucho tiempo e incluso en la actualidad son potencias a nivel mundial.
Con el correr de los años el plantel de Los Murciélagos se fue renovando y varios de sus futbolistas debieron buscar nuevos horizontes.
Ramírez, quien a pesar de su dificultad para ver nunca bajó los brazos y es un ejemplo de perseverancia, se inclinó por un deporte nuevo para él y también para su “maestro”. 
“Estaba haciendo fútbol, estuve en Boca, también pasé por Brasil y Paraguay. El fútbol me dio toda la adrenalina pero me faltaba algo, a mis 40 años estuve buscando varias escuelas de artes marciales pero en todas las que fui me decían que no por mi condición. Hasta que un día llegué a la Escuela Pakua Federación Mundial, pregunté y me dijeron sin dudar que sí”, recordó Julio Ramírez. 
Su nueva aventura en esta disciplina le cambió la vida, según Ramírez.
“Hace más de seis meses que estoy en las artes marciales, pensé que no se me iba a dar pero es algo impresionate. La persona ciega es libre en la cancha, las artes marciales también te abren la orientación, te abren la mente, que los chicos se acerquen, el ciego no está solo para fútbol, sino para otros deportes”, remarcó Ramírez, quien aprovechó la oportunidad para agradecer a su “maestro”.
“Le doy las gracias al maestro Facundo Martínez, él fue el único que me abrió las puertas para hacer este hermoso deporte”, señaló. 
Justamente, Facundo Martínez, quien es maestro en segundo grado en la escuela de “Pakua Federación Mundial”, se refirió a la integración de Julio Ramírez.
“Muchas decían que no se le podía dar clases por su condición pero acá todo se puede, Julio (Ramírez) empezó a entrenar con muy poquita gente, una vez que aprendió técnicas básicas se empezó a relacionar un poco más. Empezó a familiarizarse. Es la primera vez que trabajo con una persona en su condición y él viene porque le gusta, esa dedicación hace que sea todo más sencillo. En cuanto a la práctica, es algo nuevo, tengo que agarrarlo de los brazos, le digo el nombre de los movimientos pero aprende muy rápido”, sostuvo Martínez, quien además agregó: “Arrancó en cinturón blanco, cada tres meses hay evaluaciones, de blanco pasó a amarillo punta naranja y ahora está en naranja con punta verde. Vienen maestros a evaluarlo como Juan Manuel Albarracín, tercer grande de la Federación Mundial de Pakua”.
Sin lugar a dudas que Julio Ramírez es un gran ejemplo para los deportistas con capacidades diferentes para alentarlos a seguir haciendo actividad física y que nada es impedimento que pueda rendir a su manera practicando lo que más los apasiona en el deporte.

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