Por primera vez en la Ciudad Termal este fin de semana en las instalaciones del Paseo de los Artesanos se llevó a cabo un acto de jura. Se trata de un suceso histórico protagonizado por el abogado Carlos Correa, quien logró recibirse hace pocos meses y con mucho sacrificio, vendiendo bingos en las calles de Rosario de la Frontera.
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Por primera vez en la Ciudad Termal este fin de semana en las instalaciones del Paseo de los Artesanos se llevó a cabo un acto de jura. Se trata de un suceso histórico protagonizado por el abogado Carlos Correa, quien logró recibirse hace pocos meses y con mucho sacrificio, vendiendo bingos en las calles de Rosario de la Frontera.
El acto de jura se desarrolló en presencia del personal del Colegio de Abogados de Salta, junto a la compañía de amigos y familiares del flamante y nuevo profesional. "Para mí el hecho de haber realizado la jura en mi ciudad realmente fue un momento muy emotivo y muy especial, porque es la primera vez que un abogado de Rosario de la Frontera jura en esta ciudad", expresó Carlos Correa a El Tribuno minutos después de finalizado el evento.
"También fue un momento muy especial porque pudo estar presente mi familia; mis padres, mis hijos, mis tíos, primos y algunos amigos, por eso es que me siento bendecido desde que logré recibirme", señaló.
En ese sentido, Correa recordó que rindió su última materia "el 28 de julio y afortunadamente el título de abogado salió al poco tiempo y después tuve que empezar con los trámites de la matrícula, pero, por mi situación económica y por los costos que implica, se me complicaba un poco y tuve que solicitar que me hicieran el cobro en cuotas".
Al respecto, Carlitos, como lo llama cariñosamente todo el pueblo, explicó que "todos los meses va aumentando, y en nuestro caso el pago no se mide en pesos sino en ius. En noviembre la matricula costaba alrededor de ochenta mil pesos, aparte de eso está la caja de abogados, que cuesta unos veinte mil pesos, o sea en total la matrícula ronda los cien mil pesos"
"Por suerte cuando me recibí mi caso tuvo una gran repercusión y desde el Colegio de Abogados ya sabían que yo vendía bingos, sabían la situación económica en la que yo estaba y tuvieron consideración con eso y me facilitaron el pago en cuotas".
"Lo bueno es que ya empecé a pagar las primeras cuotas y me dieron el número de matrícula, por lo que ya estoy en condiciones de ejercer", dijo con alegría. En cuanto a su futuro laboral, aseguró que desarrollará su profesión con honradez y dignidad. "En un principio la idea es empezar a litigar, de acuerdo a los casos que me lleguen y viendo cómo los llevo adelante. También he presentado currículos en Tribunales en Metán, en la Fiscalía y en la Municipalidad, pero mientras tanto, al tener la matricula yo ya puedo empezar a trabajar para litigar y para acompañar a las personas que me traigan un caso o una situación para llevarla adelante de la mejor manera posible", aseguró.