Unos minutos antes de las 18, el cielo le dio alivio a quienes bajo los 32ºC que sofocaban la ciudad de Salta, seguían con sus tareas adelante. Pero no solo que dio alivio, sino que las macetas que fueron alzadas por la lluvia, las banquinas de la ruta, el jardín de la casa o de la oficina comenzaron a emanar una perfume único: olor a tierra mojada.
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Unos minutos antes de las 18, el cielo le dio alivio a quienes bajo los 32ºC que sofocaban la ciudad de Salta, seguían con sus tareas adelante. Pero no solo que dio alivio, sino que las macetas que fueron alzadas por la lluvia, las banquinas de la ruta, el jardín de la casa o de la oficina comenzaron a emanar una perfume único: olor a tierra mojada.
Un olor característico de la tierra que solo se emana cuando llueve, pues cuando se riegan las plantas, nada de eso ocurre. ¿Por qué ocurre esto solo cuando llueve?
Lo que dice la ciencia
En 1964, en la prestigiosa revista Nature, se hablaba del petrichor, un olor único derivado de rocas y que se liberaba con la lluvia. Se suele apreciar después de una tormenta y suele resultar bastante agradable.
Se produce cuando el agua entra en contacto con la tierra, las bacterias y otras sustancias.
Al no existir una palabra en castellano para definir el concepto, se ha adaptado la voz petricor, en referencia al olor de la lluvia. La propia Real Academia Española (RAE) señala que se encuentra en estudio su incorporación al diccionario académico, por lo que probablemente es cuestión de tiempo que petricor forme parte.
La geosmina está muy presente en este proceso.
La palabra procede del griego y significa literalmente aroma de la tierra. Se trata de una sustancia generada por la bacteria Streptomyces coelicor. Cuando llueve, estos microorganismos se hidratan, se hinchan y liberan ese característico olor que nosotros percibimos.
Tanto el petricor como la geosmina son compuestos químicos que están relacionados con la lluvia. Mientras que el primero es más relevante al inicio de la lluvia, cuando el suelo todavía está seco; el segundo está presente con el olor húmedo más persistente.
Un aroma agradable y hasta placentero
Ciertamente, se trata de un aroma muy agradable al olfato humano y la razón que lo explica puede ser evolutiva.
El agua es un símbolo de vida y este olor indicaba que la lluvia estaba cerca, garantizando que el suministro humano y las labores agrarias iban a ir bien. Así, con esta señal, las personas primitivas ya sabían que tendrían agua para vivir y para que las plantas se desarrollasen.