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Al menos 300 personas marcharon pacíficamente desde la plaza central del pueblo hasta la escuela, donde se leyó una carta; se cantó el Himno Nacional y se dejaron carteles con mensajes de apoyo: “No somos lo que la prensa describe, no nos discriminen”. “Fighiera no discrimina ni es violento. Es un pueblo tranquilo”. “Por la verdad y la dignidad de nuestra escuela”. “Todos juntos queremos que se aclaren los hechos”. “Hermanos salteños son bienvenidos... tienen las puertas abiertas”.
Mientras esto ocurría en las calles del apacible pueblo, la familia oranense, que denunció que a su hijo de 11 años le pegaron en la escuela “por ser salteño”, pasó el sábado fuera de la localidad pegada al río Paraná, a 37 kilómetros al sur de Rosario.
“El abrazo fue para respaldar a la escuela y a los chicos de ese grado. Creo que se habló de más y sin saber. Hablaron de patoterismo, cuando acá no existe eso. Dijeron que perdió el testículo por un golpe, pero el médico dijo públicamente que no. Los chicos quedaron todos como patoteros. Son chicos de 11 años y hacen travesuras, pero no a ese nivel”, dijo Karina una de las madres con hijos en la escuela.
“Me parece que los medios lo agrandaron mucho y que la escuela y el pueblo quedaron como mal. Es la primera vez que nos toca una situación semejante. Jamás pasó. Pero esto es también para respaldar a los chicos de la escuela, que se sientan contenidos por todos los padres. No es contra la madre, ni contra nadie. Los chicos dicen que eso no pasó, que no fue así y los medios fueron muy crueles con ellos”, dijo Mariana, que tiene una hija cursando en la escuela.
‘Se agrandó mucho. Casi todos fuimos a esta escuela, casi todo el pueblo. Mis hijas van a esta escuela. No es que somos salvajes, como dicen los medios. Acá no hubo ninguna golpiza brutal. No son chicos violentos, son chicos comunes‘, contó Verónica. Las madres dicen que fue ‘una gran injusticia lo que se escuchó en los medios, no trataron como si fuéramos lo peor‘. Además coinciden en que ‘no es contra el nene o la madre‘.