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La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, reiteró hoy su pedido a Reino Unido de abrir el diálogo sobre la soberanía de las islas Malvinas y homenajeó a los excombatientes de la guerra con Gran Bretaña, al
cumplirse hoy 31 años del desembarco en Puerto Argentino, que fue la antesala del conflicto bélico.
La mandataria formuló este mensaje por cadena naciona en el el Monumento de los Caídos en Malvinas, de Puerto Madryn, frente al mar Argentino, donde se realizó un acto conmemorativo del Día del Veterano de Malvinas.
La jefa de Estado se refirió a los excombatientes como "combatientes" porque, según dijo, alguien "que ha combatido sigue siendo un combatiente, más allá de que hoy la paz y la diplomacia sean el único camino" para resolver el diferendo con Reino Unido por la soberanía de Malvinas.
Dijo que los excombatientes durante muchos años fueron "ocultados" y "que jamás volverán a ser olvidados", porque son "la gloria de la Nación".
También señaló que Reino Unido era el enemigo durante la guerra, pero que la Argentina "hoy no tiene enemigos", porque "el único enemigo es la pobreza y la desigualdad".
Sostuvo cuando alude a Reino Unido lo hace a su gobierno y "no a su pueblo", y acusó a la administración de David Cameron de "utilizar Malvinas para ocultar el desastre económico de hoy en Europa, producto de las políticas ajuste". Al respecto, afirmó que la Argentina "solamente participa en misiones de paz con sus Fuerzas Armadas" y cuestionó que Reino Unido no se siente a dialogar sobre la soberanía.
Un barco científico
"Estuvieron dispuestos a dialogar con una dictadura sangrienta y genocida. Es inconceible en el siglo XXI negarse al diálogo", dijo Cristina Kirchner, y agregó: "Creo que las cosas no van a poder mantenerse así durante mucho tiempo; hay demasiada incongruencias e incoherencias".
Asimismo anunció un convenio con Canadá para poner a navegar en el mar Argentino a un barco científico, "mientras ellos envían naves de guerra".
También anunció el gobierno ha logrado localizar a las familias de 100 de los 123 soldados enterrados en el cementerio malvinense de Darwin, a quienes no se les conoce la identidad.
Y anticipó que "91 familiares nos han firmado el pedido para lograr la identificación de estos soldados, que merecen tener una placa con su nombre y apellido para que cada madre y padre pueda hincarse ante esa tumba frente a su hijo y ponerle una flor". Calificó como "uno de los más elementales derechos humanos" al de velar y honrar a un muerto" y dijo que el Estado argentino cuenta con "el más eficaz y eficiente equipo de identificación de
ADN".
La Presidenta se jactó también de que durante su gobierno el reclamo por Malvinas dejó de ser una causa nacional "para convertirse en una causa regional de soberanía y en una causa global de lucha contra el colonialismo". Y reseñó que en el mundo "quedan 16 enclaves coloniales, de los cuales 10 son ingleses".
Al agradecer la presencia de dirigentes de la oposición en el acto de Puerto Madryn, reiteró su pedido de "unidad de los argentinos" y pidió que "cuando cada argentino mire a otro argentino, mire a un hermano".
También trazó una comparación entre Río Gallegos, "la ciudad más cercana en línea recta a Malvinas", con Hiroshima y Nagasaki, ya que en 1982, según contó, se rumoreaba que la capital santacruceña "podría ser bombardeada, para acabar con la guerra", similar propósito durante la Segunda Guerra Mundial, según señaló.
Sobre el final de su discurso, tras destacar a un joven chubutense que murió luego de haber rescatado a tres personas del mar, volvió a recordar a su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner y dijo: "A la historia pasan siempre los que se la juegan todos los días, todo el tiempo, por la patria, por el pueblo y por la vida".