La evolución de la
Astrología no puede entenderse sin considerar la evolución del pensamiento occidental. En estos artículos (tres o cuatro) compartiremos un viaje que va desde la religión astral de los antiguos caldeos hasta las más modernas teorías de los físicos, psicólogos y filósofos de nuestra época.
Los primeros indicios que nos hablan de una observación metódica del cielo datan de una fecha tan lejana como 15.000 años antes de Cristo, en astas o huesos encontrados por Marshack y que poseen incisiones que él consideró marcas de caza, basadas en un calendario lunar.
Cerca del año 10.000 a.C. se encontraron en el noreste de África, en la localidad de Susfana, lo que se ha interpretado como la primera muestra de un zodíaco, donde podían verse una svástica y doce signos, unificando el ciclo lunar (svástica) con el ciclo anual o solar (zodíaco).
Hasta la época de los primeros filósofos de Grecia, fue el pensamiento mítico el que generó la explicación de toda experiencia humana. Y son los mitos cosmogónicos los que relatan en las diferentes culturas el origen del mundo.
Cerca del año 700 a.C. ocurre un cambio fundamental en el pensamiento. Aparecen en Grecia los primeros filósofos, llamados los "filósofos de la naturaleza".
Este cambio que va del pensamiento mítico al racional, se habilita cuando, tanto Homero con su Ilíada como Hesíodo con su Teogonía, transcriben las historias referidas a los dioses dando lugar a una posterior profundización con crítica y debate acerca de estas historias, trasmitidas sólo oralmente a lo largo del tiempo.
Podemos pensar que en este momento la astrología podría haber sido alcanzada por la ola desmitificadora, pero lo que ocurrió fue que el mismo pensamiento racional se utilizó para intentar legitimarla.
Según Empédocles, los cambios en la naturaleza se dan porque los cuatro elementos (en diferentes proporciones) constantemente se separan y se juntan, gracias a dos fuerzas que llamó "odio" y "amor", respectivamente.
No se sabe si Empédocles tuvo algún contacto con las ideas egipcias o babilónicas, pero es evidente la relación entre su filosofía y la astrología, donde aún hoy hablar de las cuadruplicidades de los doce signos es parte de la columna vertebral del saber astrológico.
En el Timeo, Platón nos muestra la cosmología astrológica subyacente en su filosofía. Relata que el Demiurgo (el dios creador) creó el mundo a partir de los cuatro elementos. Todo en la creación tiene existencia, es idéntico o diferente a algo.
El Demiurgo creó al mundo y le dio un alma, el "ánima mundi", luego lo partió en dos mitades, creando dos franjas circulares oblicuas entre sí, el Ecuador y la Eclíptica.
La franja del Ecuador responde a lo idéntico ya que es única y rota siguiendo el movimiento de la esfera celeste. La franja oblicua, la Eclíptica, rota en dirección contraria, se subdivide en siete círculos desiguales que forman los círculos o esferas del sol, la luna y los planetas y que conforman el movimiento de lo diferente.
El Demiurgo nos hizo a nosotros con la misma materia del alma del mundo, cada uno de nosotros tiene su propia estrella y antes de encarnar se nos mostró como funciona el cosmos. Así es que la contemplación del cielo nos ayuda a recordar vagamente nuestro origen.