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Gustavo Marangoni: "La recesión explica el resultado electoral"

El politólogo Gustavo Marangoni analizó el escenario electoral y económico tras los comicios bonaerenses..
Sabado, 13 de septiembre de 2025 22:19

El politólogo y docente Gustavo Marangoni —ex titular del Banco Provincia— analizó la secuencia que une el resultado de 2023 con la coyuntura de 2024 y ubicó a las elecciones de octubre como un punto de inflexión: "En octubre se define la forma de salir, o no, de la crisis". Con esa idea, repasó cómo la combinación entre economía y política derivó en un esquema de "dos velocidades". Habló del impacto de la elección bonaerense.

Marangoni propuso volver por un instante a 2023. En cada provincia, recordó, se eligieron gobernadores, intendentes y legisladores entre la dirigencia tradicional —las dos coaliciones en pugna o partidos provinciales—, mientras que en la presidencial triunfó un "outsider". A su juicio, ese resultado no se entiende sin dos protagonistas de entonces: Mauricio Macri y Sergio Massa. "Macri tenía un propósito: que nadie del PRO lo herede. Fue el primero en 'anabolizar' la figura de Milei. Massa tenía otro: dividir a la oposición para procurar su única bala para ganar en primera vuelta, porque en segunda era imposible", planteó. "Macri consiguió lo que quería; Massa estuvo cerca: con un poquito más de los 37 puntos, le alcanzaba".

Sobre esa base, introdujo un clivaje que, dijo, persiste: "Creo que el corte fundamental en la Argentina es entre peronismo y no peronismo. Y el tema es qué grado de unidad tienen ambos en la disputa electoral". En ese marco, valoró el balotaje —incorporado en la reforma constitucional de 1994— como una "gran herramienta del no peronismo para poder vencer al peronismo", por la estabilidad histórica de su voto.

Con ese telón de fondo, describió el "diseño peculiar" que dejó 2023: "Una velocidad de lo que el oficialismo llama 'casta' -gobernadores, diputados, senadores- en manos de peronistas y oferta tradicional; y la Presidencia con todos sus atributos, pero sin respaldo en el Congreso". Para que ese esquema funcionara en 2024, evaluó, la política -"la tan denostada casta, que suele ser dadora de gobernabilidad"- encontró una forma de permitir que el Ejecutivo avanzara con sus lineamientos bajo el argumento de "no hay plata", el ajuste y la motosierra. "Pudo avanzar y alejar a la Argentina de la hiperinflación o de un régimen de altísima inflación de tres dígitos", dijo. "Pero acercó al país a otro riesgo económico: la recesión". El diagnóstico fue preciso en el tiempo: "El tercer trimestre de este año es recesivo. Y estoy bastante seguro de que el trimestre que empieza en octubre también lo será. La Argentina va a terminar 2025 en recesión. Esa recesión explica, por lo menos, el resultado del domingo pasado". Frente a la pregunta "¿qué define la política en octubre?", respondió: "Define la forma de administrar la salida o no de la crisis económica". En 2023, el objetivo fue despegarse de la inflación de tres dígitos; "en parte se logró", pero "la Argentina está en una crisis económica severa" y "el descenso de la inflación no elimina esa crisis".

El cuadro que describió combina "restricción monetaria muy severa" y fragilidad externa. "Que la Argentina tenga actualmente 1.100 puntos de riesgo país señala que hay agentes que no ven improbable una reestructuración de la deuda soberana o, peor, un default", afirmó. Anunció que "2026 y 2027" concentran "compromisos" elevados y precisó: "Redondeando, 41.000 millones de dólares en los dos años que vienen. En enero hay que pagar 4.100 millones". Sumó otro dato: "Las reservas internacionales de Argentina son el 7% del producto contra el 15 o 20% del resto de América Latina. Y las nuestras son prestadas. En realidad, son negativas". Para él, esa es hoy la "espada de Damocles", como lo fue la alta inflación el año pasado.

El frente cambiario, dijo, queda atrapado entre dos fuerzas: "Es muy difícil sostener un dólar sobrevaluado cuando no tenés dólares, no tenés acceso a los mercados y tenés problemas recesivos y de competitividad". A eso agregó un dilema de reglas: "Es muy difícil convivir con dos reglas a la vez: tipo de cambio sobrevaluado y apertura importadora. Una cosa es tener un tipo de cambio bajo con protección más alta, u otra es reducir protección con dólar alto; tener ambas en contra complica". En su repaso incluyó el efecto de la salida del cepo en abril del año pasado: "Sucedió lo esperable: las personas fueron a comprar dólares y a atesorar. Nadie puede sorprenderse".

"El Milei plebeyo de 2023 se convierte en más antiperonista"

En el plano político, vinculó indicadores de confianza y voto reciente. "Previo a la elección, el índice de confianza en el gobierno y el del consumidor (de la Universidad Torcuato Di Tella) son buenos predictores. Cuando mostraron un descenso del 14% en agosto, el gobierno tenía un aviso". Y agregó un matiz territorial: "Si discriminamos GBA y resto del país, el índice del conurbano marca 34 puntos: es lo que sacó el oficialismo en la provincia. Aun en caída, en el interior el índice es mayor; ahí octubre no está perdido".

Volvió entonces a una caracterización de 2023: "Milei tenía algo especial: era un no peronismo plebeyo. Es difícil mirarlo y decir 'mirá qué garca'. Daba otra cosa. En su discurso previo a 2013 era más antirradical que antiperonista". Ese formato, según dijo, conectó con jóvenes menores de 35 años de sectores bajos del conurbano, atravesados por la informalidad (apps, changas, rebusques) y por una idea de "libertad" asociada a "sacar al Estado que le daba a otros pero no a ellos". "Eso se dañó", afirmó, y lo vinculó con ingresos deteriorados en trabajadores no registrados y también registrados. "Muchos de los que no fueron a votar son jóvenes de sectores bajos que vieron una esperanza en 2023 y un año y ocho meses después no la vieron traducida".

Para explicar el humor económico, bajó a una cuenta doméstica: "El ingreso disponible —lo que queda después de pagar lo impostergable— es menos. Todos están peor que en 2023. Los deciles 1 al 4, diez puntos por debajo". De allí, una conclusión abierta: "¿Es garantía de derrota para el Gobierno el 26 de octubre? No nos apuremos. En el interior todavía pareciera que Milei tiene más dónde ir a buscar". Con todo, relativizó pronósticos eufóricos: "Hace unas semanas se habló de una victoria de 42 puntos a nivel nacional. Ese escenario es difícil". Sin citar encuestas, ensayó una banda hipotética para La Libertad Avanza: "Un piso de 30 y un techo de 37/38 podría ser una posibilidad. Quizá con eso le alcance si Fuerza Patria, que no está en los 24 distritos con esa nomenclatura, no reúne ese caudal". También mencionó a Provincias Unidas.

En cualquier caso, proyectó un Congreso sin mayorías propias. "Aun con una elección favorable, el oficialismo sumará diputados -porque se renueva 2021, cuando LLA prácticamente no existía-, pero no alcanzará mayoría propia. Seguirá necesitando acuerdos". Sobre el Senado, "podrá crecer, pero para llegar al tercio no da matemáticamente". Y advirtió que "el Congreso ya toma previsiones" con el debate para modificar la reglamentación de los DNU de 2006: "El espíritu del cambio es lo contrario: si en 90 días el DNU no es refrendado, cae; si una de las cámaras lo rechaza, cae".

En el frente cambiario, se detuvo en expectativas: "El dólar futuro está por arriba de la banda superior del esquema actual. El mercado piensa que el tipo de cambio del año que viene tiene que estar más arriba". Allí, consideró alternativas —"que el FMI habilite cambiar niveles de banda"— y descartó otras: "La banda de abajo, olvidemos". Incluso dudó de un alivio automático por un eventual triunfo del oficialismo: "Si ganan en octubre, se supone que esto debería caer como un piano: bajar expectativas cambiarias, caer riesgo país, que el Banco Central compre reservas. Lo dudo".

Sobre la orientación del Gobierno, fue concreto: "La desinflación sigue siendo el objetivo prioritario. ¿Va a cambiar? No. Ya demostró que no". Enumeró señales: "Upgrade del secretario de Interior a ministro para decir a las provincias que los ATN no se coparticipan; veto a la ley del Garrahan y a la de financiamiento universitario". En lo político, leyó una mutación: "El Milei plebeyo de 2023 parece convertirse lenta y gradualmente en un Milei más antiperonista clásico". Y cuestionó el encuadre "kirchnerismo-libertad" como claim eficaz. "Aun si tomara alguna medida económica, es muy difícil pensar en efectos antes del 26 de octubre. Septiembre va a ser recesivo y octubre también". En un pasaje, aclaró un desliz de edición en su material: donde figuraba "2,2", la inflación de agosto fue "1,9".

 

 

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